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Lo que molesta de la sociología a los neoliberales

Política, Ciberpolítica d'esquerres — Enviat per trinitro @ 01:47
Mas de una vez en debates de internet y entre algunos economistas emerge un desprecio de los adeptos de la doctrina neoliberal hacia la sociología. La consideran una ciencia “de segundas”, que no sabe manejar el instrumental teórico y matemático que manejan las teorías económicas, una ciencia “ideologizada” y contaminada por cuestiones no falsables como el “corpus social”, enfrente de verdades científicas afrontan ideología y dogmas. Como si estuvieran al mismo nivel las opiniones personales y los dogmas y eslóganes aprendidos que las afirmaciones científicas de la sociología.

Curiosamente esta critica no la hacen extensiva a otras ciencias sociales y humanas como el derecho, la psicología o la historia donde el factor ideológico o la falta de instrumental matemático-teórico es mas evidente. A parte que es una falacia, la sociología maneja y puede valerse de un instrumental matemático tan poderoso como la propia economía.

Pero a lo que vamos es esa reacción casi orgánica de los que sin saberlo o conscientemente defienden las tesis de la doctrina neoliberal. Que por cierto, es una doctrina política, no económica. Y es que la sociología es la ciencia que puede meterse de lleno y llenar las bases en que se fundamenta esta tesis política.

Los neoliberales utilizan la teoría económica neoclásica, mezclada con doctrina austríaca económica, pero interpretada a su són. En el fondo es un “laisser faire” pero con intervencionismo y proteccionismo de los grandes poderes económicos. Es decir un liberalismo solo para los de abajo y un proteccionismo a los grandes poderes.

Frente a ello la sociología se mete de varias maneras. La primera ontológicamente, diréctamente a los axiomas de los marcos teóricos económicos en los que se basan.

Como bien dice Bourdieu la sociología evidencía los ámbitos no evidentes en que el stablishment, la clase dominante, somete al resto de la ciudadanía. “Pone en evidencia las leyes que implica el laisser faire (es decir la aceptación inconsciente de las condiciones de ralización de los efectos previstos) para extender el dominio de la libertad. Una ley ignorada es una naturaleza, un destino (es lo que ocurre en la relación entre el capital cultural heredado y el éxito escolar); una ley conocida aparece como la posibilidad de un alibertad.”

Es decir, Bourdieu en particular y la sociología en general son peligrosos para los teóricos economicistas neoliberales. Primero porque evidencía un factor tan sencillo, simple y evidente que es la importancia de otros capitales y no solo el económico, como son el capital social o relacional y el cultural, que son heredados y transmitidos de padres a hijos, o el capital simbólico que es capaz de influir en la toma de decisiones de terceros, y que anula parte de las teorías de “mercados púramente libres son los que llevan a competencias perfectas” al contemplar tan solo la cuestión monetaria, de generación de negocio y de oportunidades económicas y no las sociales.

Y es que en ello la economía por sí sola (como tampoco la sociología por sí sola) pueden describir el sistema socioeconómico. Y la sociología se mete por medio. Introduce varios conceptos nuevos que son tan reales, y falsables como el concepto de “beneficio” o “demanda agregada”. En este caso la influencia del capital social (o sea las relaciones familiares y personales que son heredadas y que permiten a los que tienen un mayor capital social optar a mejores posibilidades de negocio y de acceso a posiciones de dirección), la influencia del capital cultural (conocimientos formales e informales que proporcionan una mayor competencia en los mercados financieros, laborales, etc..) y el capital simbólico (que es capaz de generar formas de dominación cultural y simbólica y de corromper, como afirma Galbraith, un economista que sabía leer la sociología, la supuesta autonomía y libertad del consumidor) en el funcionamiento de los mercados.

Introduce factores nuevos y los evidencía. No solo hace esto, también evidencia las dialécticas del poder económico (y social, porque van muy juntos) a la hora de continuar perpetuando las relaciones de poder y de dominio utilizando todo el capital que tienen. Desde las formas de transmisión de los valores culturales de la clase dirigente que se evidencían en las escuelas de negocios a las que solo pueden acceder los hijos de los que ya pertenecen a esa clase dirigente, a las formas de dominación cultural y simbólica que se evidencían en las relaciones entre euros invertidos en campañas publicitarias y la venta de determinados productos, existiendo incluso una ingeniería financiera que sabe como optimizar la inversión en publicidad. Pero no solo en las cuestiones mas evidentes.

La sociología es de las pocas ciencias que es capaz de decir que la libertad no es lo único que definen las tesis clásicas liberales (la ausencia de coacción estatal o privada), con algo mas que pura retórica como haría la filosofía. La sociología evidencia que los que carecen de capital cultural o social tienen menor grado de libertad que los que si poseen ese capital, que la herencia es muy importante a la hora de definir el futuro profesional y personal de los ciudadanos y evidencía la importancia de sistemas que faciliten el acceso a ese capital cultural. Y no lo hace con retórica, sino con ciencia, evidencias numéricas, datos estadísticos, que muestran que los problemas también son colectivos, de clase, y no solo de cada uno de los individuos por separado.

También le hace cosquillas al poder político, a las instituciones, etc.. y por ello la sociología también es bastante denostada por los que detentan el poder político, pero en este caso, los neoliberales teóricamente no se sienten atacados por esa vía. Para ellos el poder político solo es una vía para ganar poder en otros ámbitos, lo utilizan, pero no se identifican con él.

Además para los teóricos neoliberales, que han asumido de forma acrítica, pero bastante corrupta, la escuela austríaca de economía, la sociología les parece un anatema. Los grandes pensadores austríacos indican que es absurdo analizar la mano invisible, que no hay tendencias evidentes, que no hay quien controle la información para poder hacer predicciones en el mundo económico. Dejan el funcionamiento micro de la economía en el nóumeno de la “mano invisible” y en la acción no coordinada de los individuos en plena libertad que intentan maximizar sus beneficios, por tanto algo no predicible ni estudiable mas que en sus efectos.

Pero para la sociología eso no es así, detrás de esas acciones de los individuos hay condicionantes sociales, hay acciones que no son del todo de libertad sino en una parte importante siguiendo al adoctrinamiento simbólico y cultural, y eso lo evidencían los datos estadísticos. Como dice Bourdieu “No soy tan ingneuo como para los indicadores que proporcionan los institutos estadísticos, no son buenos índices del capital económico poseído. No hay que ser brujo para saber eso. Pero hay casos en que el purismo teórico es una coartada para la ignorancia o de la renuncia práctica. La ciencia consiste en hacer lo que se hace sabiendo y diciendo que es todo lo que se puede hacer, enunciando los límites de validez de lo que se hace.”

Y ahí la sociología introduce una bomba de relojería en la doctrina austríaca corrompida para adaptarse a las tesis del neoliberalismo que les detona aquel dogma de “no se pueden cotejar las teorías con ningún experimento ni resultado”. Lo que les sirve para justificar los innumerables fallos que tiene la doctrina neoliberal cuando se la pone en juego a través de las propuestas del FMI.

Y no nos engañemos, toda la retahíla de nuevos liberales, que se creen que han descubierto la doctrina de la liberal, no son mas que versiones avanzadas de la doctrina neoliberal, la vanguardia del “proletariado” neoliberal. Son excusas teóricas del neoliberalismo, doctrina política que aboga por un liberalismo y plena competencia entre los de las clases dominadas y proteccionismo de las clases dominantes, para maximizar un beneficio económico y perpetuar las relaciones de poder que se estaban laminando gracias a los mecanismos mas igualitaristas del Estado del Bienestar.

Porque de liberales han habido toda la vida, mucho antes de que en los años 70 se reinventaran el neoliberalismo y rescataran del olvido a la escuela austríaca, liberales que hoy en día son capaces de aceptar la sociología y hacer propuestas pragmáticas que no solo tengan en cuenta los conceptos economicistas, por tanto no es una crítica al liberalismo en su conjunto sino en los que defienden de forma acrítica las tesis neoliberales. Y es que el mismo Hayek no defendería las tesis neoliberales hoy en día:

Probablemente, nada ha hecho tanto daño a la causa liberal como la rígida insistencia de algunos liberales en ciertas toscas reglas rutinarias, sobre todo en el principio del "laisserz-faire".

Y como se estableció indudablemente una fuerte presunción en favor de la libertad industrial, la tentación de presentar esta como una regla sin excepciones fue siempre demasiado fuerte para resistir a ella


Es decir, la misma base del pensamiento liberal pone en cuestión el neoliberalismo, pero la sociología es la ciencia impertinente que es capaz de poner en solfa las estrategias de dominación que utiliza el poder. Y por ello es considerada una “ciencia menor e ideologizada”.

Por tener la arrogancia de mostrar las estrategias de dominación, por meterse dentro de la “mano invisible” y urgar en su funcionamiento social, por analizar los fallos de los axiomas del pensamiento único económico que necesitan “consumidores libres” y cuestionar en un cierto grado esa libertad de elección del consumidor, por evidenciar que existen otros capitales y no únicamente el económico que permiten perpetuar las relaciones de poder o profundizar en las desigualdades.

Por ello hoy en día la sociología es una ciencia cuestionada por la doxa economicista. A pesar que la praxis económica la tiene en cuenta y la aprovecha (como los gabinetes de estudios del Banco Mundial y de la OCDE que aceptan ciertas evidencias sociológicas de los mercados laborales). A pesar de que hay sociólogos que les pueden dar mil vueltas a los mejores economistas en el manejo de herramientas matemáticas, se la sigue considerando una ciencia discursiva (y eso que la economía está mas cerca de la elucubración filosófica y la sociología mas cerca del positivismo y la práctica de las ciencias empíricas en su metodología).

La sociología molesta al poder, molesta a los que detentan el poder cultural y relacional, la sociología urga en las tripas del poder y dice cosas tan sencillas como que “quien nace en buena cuna tiene una red de relaciones que le ayuda a acceder a mejores puestos de trabajo y una mayor facilidad en el acceso al capital cultural que le da esa formación para estos puestos” y se mete en el funcionamiento de los mercados diciendo cosas que la economía por sí sola no es capaz de analizar.

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