Observatori de ciberpolitica de Joselito

El gran reto de Berlin Smith

Reciéntemente, sufeando por internet descubrí que Berlin Smith convocaba un "gran reto" a la gente de derechas e izquierdas de la blogocosa para tratar un tema de debate común. Y he picado y he respondido al reto "Dixán", que plantea Berlin. He aquí mis respuestas.

  • ¿Tiene sentido que tras treinta años de democracia, definida en la Constitución como economía social de mercado, el estado siga efectuando concesiones personales hereditarias a individuos para el comercio de farmacia, de tabaco y la venta de loterías y quinielas?


Se mezclan tres tipos de servicios que deberían ser tratados a parte. En el sentido de “libertad” de acceso a la actividad profesional, libertad que es un bien a defender (y como cualquier derecho puede entrar en colisión con otros), la existencia de concesiones personales, o personales y hereditarias son negativas. En esto cualquier socialdemócrata o los principios de libertad que también profesa el centro-izquierda y la izquierda democrática han de oponerse.


Ahora bien, hay que ver que otros derechos se pueden lesionar o se garantizan con la existencia de estas concesiones. Y aquí radica la diferencia.


El comercio de la farmacia no es un “comercio” y nada más, como el de pipas o el de revistas. Forma parte del sistema sanitario. Las farmacias no es solo donde venden tiritas, es el lugar donde el ciudadano accede de forma más sencilla a los productos médicos de primera necesidad. En muchos casos es un refuerzo no buscado al sistema médico. Y por tanto como forman parte de un sistema sanitario han de responder a cierto control o intervención pública. Y reitero, la palabra “cierto”. También la peligrosidad, etc.. de lo que comercializan implica un mayor control sobre los mecanismos que se venden etc.. Por último al ser los proveedores de los medicamentos que prescribe un médico y la mayoría financiados con dinero público han de responder a un control público que no debe tener, por ejemplo, un quiosco.


Y aquí la administración no puede plantear una “liberalización” y punto. Ha de plantear que el sistema ha de garantizar varios aspectos: que territoriálmente haya farmacias abiertas en cualquier momento, es decir un mecanismo de guardias obligatorias. Las garantías sanitarias, de control, etc... extras que deben tener este tipo de establecimientos con respecto a un bar o una tienda de calzoncillos. Y su integración en el servicio de salud pública, siendo en algunas ocasiones puntos de actuaciones sanitarias como el poder proporcionar jeringuillas límpias a cambio de las usadas para los drogodependientes, puntos de información sanitaria, o de promoción de la educación sexual.


Por tanto, las farmacias no pueden responder a la lógica de los supermercados, deben responder a criterios públicos en una gran parte de su actividad. Y esto tiene unos costes agregados, que a priori paga el privado que inicia estos negocios. Pero por otro lado, esta situación hace que el privado requiera una compensación, y actuálmente se hace generando un monopolio territorial (chaval o compras en mi farmacia o vete andando 2 kilómetros a la mas cercana).


Esto colisiona con la libertad de acceso a la profesión, o a la realización de una nueva actividad. Y en este caso creo que las concesiones no pueden ni deben ser hereditarias, en el fondo esa concesión “como contrapartida al servicio público” no pueden pertenecer en perpetuidad a un privado. En el fondo es una “prebenda” pública, que debe responder a criterios de equidad, a criterios de servicio público y a criterios de libertad de ejercicio de la profesión, y por tanto esta “prebenda” necesaria no ha de convertirse en un bloqueo de los que no han estado antes. Esta concesión debería ser renovable bajo concurso, igual que ocurre con los bares de los centros cívicos, etc... Pero esto tiene un defecto: el privado invertirá menos (si no tengo la garantías que aún mi negocio esté funcionando económicamente me puedan quitar la licencia de actividad, no arriesgaré tanto). Además de generar una inseguridad en el privado que no es tampoco aceptable.


La solución, no la tengo, pero comenzaría eliminando la “heredabilidad” de este tipo de concesiones, fomentaría un sistema transparente de concesión, que respondiera a criterios de utilidad pública, garantías del servicio, etc... renovable en un plazo relativamente largo, con esto mejoraríamos la situación actual. Y comenzaría a plantear un debate con los nuevos farmacéuticos que están encontrando un bloqueo ya no solo generacional sino familiar y lobbístico en el acceso en plenas condiciones a su profesión.


Respecto a la venta de lotería, quinielas, tabaco, o por ejemplo sellos y papel timbrado. Creo que responden a otros criterios, en este caso de una necesidad del estado de tener distribuidores de:


  • Sellos y papel timbrado.

  • Papel y solicitudes oficiales.

  • La propia lotería del estado.

Etc...


Y que el “pago” del estado al privado por este servicio es esa situación monopolística. Herencia de las “prebendas” de inicio de los estados modernos. La solución: reducir la necesidad del estado de dar difusión de este tipo de material. Modernizar la administración para que en las OAC municipales se puedan gestionar todo tipo de ayudas, solicitudes, etc.. que puedan proporcionar papeles oficiales de otras administraciones, gestionar y reducir la necesidad de trámites, etc... Para ello se necesita la ventanilla única de la administración pública, la complicidad de todas las administraciones y una distribución de poder hacia la proximidad del ciudadano de las administraciones. Con esto esta “necesidad” se reduciría al máximo. Por tanto sería posible que administraciones de lotería privadas y que respondan a los criterios de actividad exigibles a estos establecimientos (como los que se les piden a las mercerías o a los supermercados) con sus licencias de actividad, etc.. puedan expedir lotería nacional, lotos autonómicas, o loterías privadas.


Respecto al tabaco, aquí supongo que la necesidad de esta “exclusividad” es por dar mayor valor añadido a los estancos que proveen parte de este papel timbrado, solicitudes oficiales, sellos, etc.. la reducción de la necesidad antes mencionada hace innecesario el papel de los estancos como proveedores únicos del tabaco como pago de un servicio que ya no es necesario. Por ende, a menos que el tabaco sea considerado un producto médico o que requiera un tratamiento toxicológico especial (y tal vez ser expedido en farmacias, o ser tratado de otras maneras), pero que considero que hoy por hoy es absurdo considerarlo así y es más bien un bien de consumo más como el alcohol o las patatas, no tendría sentido mantener esta situación monopolística.




  • ¿Afecta o no afecta la igualdad y/o a la libertad de los ciudadanos el no poder dedicarse a estas actividades libremente? ¿Y a la eficiencia?



Afecta, y negatívamente, pero en el caso de las farmacias, aunque hay que reducir esta situación monopolística, las externalidades positivas que genera compensan en conjunto los efectos negativos como antes he tratado. En el caso de estancos, administraciones de lotería, etc.. sus efectos beneficiosos pueden no serlo tanto a medio plazo y su mantenimiento en esta situación es negativo en su conjunto.





  • ¿Deben incluirlo el PSOE (o IU) y el PP en su programa electoral si dicen que son partidos que defienden la igualdad, especialmente en un caso, y la libertad, especialmente en el otro?


Deberían en el caso de los estancos y administraciones de la lotería. Primero impulsando medidas para conseguir agilizar la administració y hacer menos dependiente a esta de todo este papelajo, segundo, una vez conseguida la implantación de la ventanilla única, y al carecer el estado (y la sociedad) de este servicio entonces acordar una paulatina eliminación de estas situaciones.


En el caso de las farmacias deberían eliminar la heredabilidad y crear mecanismos de transparencia en la concesión, que esta de una manera u otra pudiera ser revocable o tuviera que ser renovada cada ciertos años (aunque fuera cada muchos).


  • Si fuera así, ¿qué se hace con las actuales concesiones?



Como he dicho antes, en el caso de las farmacias, mantenerlas pero sin heredabilidad y con la necesidad de renovarla cada cierto tiempo. Esto también es un problema reducido, no eliminado, queda aún resolver el tapón que significa (porque aunque cada 20 años se cambien las concesiones del 30% o del 90% si queremos de las farmacias, los nuevos farmacéuticos van a tener que esperar demasiado) este sistema.

En el caso de resolver el tema de la ventanilla única, agilización de trámites, traslado a las OAC parte de ese papeleo o la eliminación de gestiones, debería ser una reducción paulatina de las concesiones de estancos y administraciones de lotería. Hay que considerar que estos privados han hecho inversiones y han estado trabajando bajo unas condiciones de seguridad jurídica concreta y por tanto asumiendo unos niveles de inversión, coste de oportunidad, que sabiendo que las condiciones pudieran cambiar tal vez no harían.




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