A lo largo de estas elecciones los candidatos del Tripartito se esfuerzan por evitar tocar dos de los tres temas que más preocupan a los ciudadanos: inmigración y seguridad. En el debate de televisión pudimos ver como el candidato Hereu no fue capaz de replicarme cuando defendí una Barcelona, sin complejos, en donde no haya impunidad para los delincuentes y gamberros, donde las personas que cumplen las leyes y ordenanzas y pagan sus impuestos, se sientan seguras y apoyadas por su ayuntamiento.

En cuanto al tercero gran problema, la vivienda, el Tripartito se limita a reproducir las promesas de siempre, reiteradas elección tras elección y siempre incumplidas; tal es su confianza en la mala memoria de los votantes que no tienen empacho en presentar como logros de esta legislatura 2003-2004 los pisos prometidos en la legislatura 1999-2003, que en su mayoría se han hecho con varios años de retraso.

Barcelona es una gran ciudad, pero no basta con quererla para cuidarla. La hemos de cuidar con obras, no solo con palabras y buenos sentimientos. Y para cuidar Barcelona necesitamos además de normas y de voluntad para hacerlas cumplir, la complicidad de todos los ciudadanos con el respeto por las mínimas reglas de convivencia. Y es aquí donde necesitamos una auténtica educación de valores, que enseñe a las nuevas generaciones que la libertad de uno sólo es posible si acaba donde empieza la libertad de tu prójimo.

Tampoc podem oblidar que Barcelona és una ciutat de classes mitjanes. Unes classes mitjanes que paguen per tot, que contribueixen a l'esforç fiscal de la ciutat, de la societat catalana i del conjunt d'Espanya, però que després reben poc o gens. Hi ha molta classe mitjana, molta classe mitjana modesta, que no pot pagar-se un pis a preus de lliure mercat, però que no té possibilitat d'accedir a un pis de protecció oficial. Dos joves mileuristes que visquin com a matrimoni no poden accedir a un pis social, perquè les seves rendes superen els límits legals.

Però a més de parlar d'immigració, de seguretat, d'habitatge i de respecte per les classes mitjanes, estic parlant de llibertat i de pluralitat. Perquè Barcelona és la capital de Catalunya, una gran capital d'Espanya i una gran capital d'Europa. Una ciutat on el seu Ajuntament faci un ús normal del català i del castellà, com fan els barcelonins, sense limitar el castellà a les notificacions de multes i impostos o a la petició del vot.

Estamos en la recta final de la campaña. Después de 28 años de gobernar los de siempre el cambio es posible. Por dos ocasiones un solo concejal más del PP habría derrotado al Tripartito. En las elecciones del 2003 subimos un 20% los votos y sacamos 7 concejales, casi los mismos que tiene CiU. Todo es posible y aspiramos a ser no sólo una pieza decisiva en el cambio sino los líderes de este cambio. Podemos conseguirlo porque somos los únicos que tenemos las ideas claras y que queremos que el Tripartito en su totalidad pase a la oposición. El cambio real y sin complejos somos nosotros y cada voto que recibamos asegura la derrota del Tripartito, y más cuando Trias ya ha expresado que puede pactar con Mayol y ERC.