Ante los altos picos de violencia que estamos viviendo, sobre todo de adolescentes, no puedo dejar de pensar que el ser humano como tal y especialmente los padres estamos perdiendo la dignidad, el respeto, la moral y todos los valores.

¿Qué sucede con todo aquello tan bonito que nos enseñaron nuestros mayores? Respeto al ser humano en primer lugar, respeto a los padres, respeto a los maestros… ¿Dónde ha quedado todo esto? Desde los hogares deben partir estas enseñanzas, en cambio, algunos padres aún apoyan la violencia llevada a cabo por sus hijos o inclusive actúan con la misma violencia.

Los menores se protegen tras la ley del menor… y todavía tenemos que escuchar que los padres salen en defensa de los hechos gravísimos de sus hijos.