Martes, 5 Febrero 2008...5:44 pm

El extremismo de Ciutadans

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Cualquier día veremos a Albert Rivera con turbante, sentado, entonces sí, a la mesa de la alianza (de civilizaciones). Bromas aparte, Dolors Nadal, la número 1 del PP en la Lista de candidatos al Congreso de los Diputados por la circunscripción de Barcelona, acaba de sacar los pies del tiesto, tildando a Ciutadans - Partido de la Ciudadanía (C’s) de “partido folclórico” y, como no y dicho sea de paso, “de extrema izquierda”.

Albert Rivera ya ha dado cumplida réplica a la candidata. Y de ambos hechos se ha hecho eco, en sus ediciones de ayer y hoy, respectivamente, el diario El Mundo, en su edición para Cataluña.

Una vez más se hace patente que la presencia de C’s es un incordio. Primero, porque obliga a cambiar discursos, a modificar estrategias de entreguismo al nacionalismo de bisagra; segundo, porque araña votos en un amplio espectro que va desde el centro liberal hasta el centro izquierda socialdemócrata. Y molesta tanto lo primero como lo segundo.

Una muestra del extremismo de C’s es que el PP de Cataluña acaba de acoger en su ejecutiva nada menos que a Maite Nolla, la otrora portavoz de nuestro partido. Seguro que no han tenido que someterla a un tratamiento de choque, para centrarla.

Como bien dice nuestro presidente, Dolors Nadal tiene parte de razón: C’s tiene propuestas “extremas… de extremo sentido común”. Ya estamos acostumbrados a que todos los extremistas, los de verdad, acusen a C’s de ser radicales: “Los extremadamente conservadores nos llaman extrema izquierda (empezó Piqué tras el 1-N, ¿recuerdan?); los extremadamente nacionalistas nos tachan de extremadamente españoles por defender la Constitución (criatura abominable, como a nadie se le escapa); y los fascistas que nos amenazan de muerte nos llaman fascistas por defender los derechos fundamentales (que, lógicamente, atentan contra su odio ancestral a lo que les es ajeno)”.

Pues nada, si hace falta, y para contentar al personal, seguiremos en el extremo. Aunque insistiéndole al mister que, algún día, queremos jugar de delantero centro.

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