Medio Ambiente Imprimir E-mail
El año 2008 ha sido proclamado por las Naciones Unidas el Año Internacional de la Tierra como símbolo de la prioridad que necesitamos establecer para cambiar el actual modelo de desarrollo. En caso contrario todas las evidencias muestran que nos veremos abocados a una situación sin salida.
Este cambio del sistema no sólo es un contenido esencial de nuestro programa electoral sino que constituye un verdadero reto para la democracia, porque frente a la mayoría de los temas que conforman la agenda electoral es una cuestión de resultados a largo plazo, de ámbito mundial y al margen de las reglas del mercado.
 
Tanto el PP como el PSOE quieren convertir las elecciones es una especie de tómbola de promesas infantiles de muy corto recorrido. Los electores deben hacer un ejercicio de responsabilidad, en medio del bombardeo mediático, y elegir sacrificar en algo el presente inmediato para asegurarnos nuestro futuro y el de las generaciones venideras. Todos los estudios y encuestas sociológicas ponen de manifiesto que la opinión pública mundial en general y la andaluza en particular son conscientes de la necesidad de operar un cambio radical para conseguir un progreso sostenible, sobre todo a partir de las manifestaciones patentes del calentamiento del planeta y del cambio climático y su constatación por el panel de científicos que ha organizado Naciones Unidas. La propia ONU en la sesión plenaria del IPCC ha afirmado que no actuar contra el cambio climático sería criminal.
 
La clave del cambio de modelo consiste en integrar los costes medioambientales en la economía. Lo llamamos ecointegración. El capital físico es un factor productivo que hay que cualificar y reponer como cualquier otro. Los precios deben decir la verdad ambiental. Dilapidar los recursos naturales, y desequilibrar el clima global, no puede seguir siendo gratis.
 
Los patrones de producción, distribución y consumo actuales, heredados del tipo de industrialización de alto impacto ambiental, son la prueba más evidente del fracaso del modelo neoliberal. Sin embargo son los que el PSOE ha propiciado en Andalucía representando no sólo una irresponsabilidad sino un ataque sin precedente a nuestra tierra, de consecuencias a veces irreversibles y, en todo caso, muy duraderas. Su política práctica, aunque disfrazada de demagogia sobre la sostenibilidad, ha producido una catástrofe medio ambiental y territorial, esquilmando el litoral, amenazando la supervivencia del medio rural, degradando la biodiversidad, contribuyendo a la desertización, contaminación de ríos y derroche en el consumo de agua.
 
Por ello, los andalucistas presentamos este Programa como una propuesta estratégica para preparar la transición hacia otro modelo de producción y consumo que respete los límites del metabolismo de la naturaleza, hacia otro modelo de progreso que asegure el presente y el futuro de Andalucía, como contribución a nuestra tierra y a la sostenibilidad del Planeta. El informe Stern ha alertado sobre los altísimos costes para la economía mundial si no se combate el actual, la destrucción del medio ambiente y el cambio climático.
Como primera medida para integrar el medio ambiente en los planteamientos económicos, proponemos una gestión contable medioambiental:
CREAREMOS UN FONDO PARA INCENTIVAR LAS ACTIVIDADES CON UNA INCIDENCIA POSITIVA SOBRE EL MEDIO AMBIENTE.
 
ESTABLECEREMOS MEDIDAS PARA QUE LAS ACTIVIDADES GENERADORAS DE IMPACTOS AMBIENTALES Y PAISAJÍSTICOS REPONGAN LAS CONDICIONES NATURALES, PAISAJÍSTICAS Y DE CALIDAD AMBIENTAL PREEXISTENTES.
MODIFICAREMOS LA CONTABILIDAD PÚBLICA PARA INTRODUCIR LOS COSTES DE NUESTRO PATRIMONIO COMÚN EN LAS CUENTAS ECONÓMICAS.
Esta medida hay que conectarla con la promoción de los valores sociales de responsabilidad, con los hábitos de los andaluces de sostenibilidad y con el cambio de modelo de desarrollo económico y territorial. Al mismo tiempo la política ambiental debe inspirar al resto de los sectores, actuaciones, y servicios. Para ello, el camino a seguir comienza con el ejemplo de los responsables públicos:
COMPROMISO POR ESCRITO DE LOS CARGOS PÚBLICOS ANTE LA OPINIÓN ANDALUZA DE PRACTICAR UNA POLÍTICA AMBIENTAL SOSTENIBLE.
 
Para los andalucistas el compromiso con el medio ambiente no es sólo una cuestión de racionalidad sino también de afectividad y simbolismo porque nuestro territorio, la conservación de los paisajes andaluces, la protección de nuestro medio ambiente y de nuestra estética, constituyen nuestras propias señas de identidad.
 
LINEAS ESTRATÉGICAS
 
Las principales líneas estratégicas de nuestro programa para el progreso sostenible son:
 
- Dimensionar nuestra huella ecológica.
 
La relación entre los recursos naturales que se utilizan y los que pueden soportar el territorio es en España de 2,6 y en Andalucía de 2,8, como demuestra un muy reciente estudio de la Fundación Biodiversidad. Es decir el modelo actual de desarrollo derrocha recursos y emite residuos en Andalucía casi tres veces más de lo que puede soportar nuestro territorio. Es necesario reconducir nuestro modelo, haciendo que gane en eficiencia para dimensionar nuestra huella ecológica a nuestro territorio.
 
- Racionalizar el metabolismo natural.
 
Asumir la sostenibilidad ambiental nos compromete a preservar el capital natural a través de un consumo que no supere la capacidad de reponer recursos materiales, hídricos y energéticos renovables que se gasten, y que la velocidad del uso de éstos no supere el ritmo de sustitución por otros recursos más duraderos. La capacidad de degradación del planeta no puede superar la capacidad que tiene el aire, el agua o la tierra para absorberlos y renovarlos. Hay que priorizar la eficiencia, la reutilización y la restauración
 
- Creación de tejido productivo verde.
 
La revolución ecológica no es sólo una necesidad es también una gran oportunidad para los territorios que sepan aprovecharla creando empresas y recursos humanos cualificados para afrontarlos: innovación, energías renovables, agricultura ecológica, profesiones solidarias y comercio justo, son importantes yacimientos de empleo para las PYMES, cooperativas y mutuas de producción y consumo.
 
- Estrategias comarcales.
 
Los planes de Ordenación del Territorio más la Comarca, que funde cultura y política democrática, más los fondos de solidaridad más la especialización funcional, constituyen el eje esencial para la reforma verde, al potenciar verdaderos ecosistemas sociales.
 
- Ciudades ecológicas.
 
Los municipios son la pieza clave en la que se deben abordar inicialmente los numerosos desequilibrios arquitectónicos, sociales, económicos, ambientales y de recursos naturales que afectan a la sociedad contemporánea, no en vano el 80% de la población europea vive en zonas urbanas.
 
No podemos ignorar que las ciudades absorben hoy las tres cuartas partes de los recursos globales y que, solamente en la construcción y mantenimiento de sus edificios, consumen el 40% de los materiales utilizados, el 33% de la energía consumida y el 50% de las emisiones y desechos producidos en el mundo. No parece posible, por lo tanto, seguir reproduciendo un modelo urbano excesivamente consumidor de recursos y energía, generador desproporcionado de desechos, basado en la lógica de un crecimiento cuantitativo y sin límites que no desarrolla una visión integrada y a largo plazo de sus efectos, y que ignora sus impactos hacia el medio ambiente.
 
El crecimiento sin límites, desarrollista e intensivo en consumo de recursos (naturales y económicos) ha tocado techo, por lo que es necesario impulsar la idea de calidad en la gestión de la ciudad, que nos lleva simultáneamente a desarrollar modelos de calidad en la gestión de las instituciones y agentes públicos o privados que han de liderar esos desarrollos.
La sostenibilidad urbana constituye un objetivo estratégico clave que va a requerir un importante cambio de mentalidad en el quehacer urbano. Por ello el camino hacia la sostenibilidad de nuestras ciudades no parece ni corto ni fácil y, lo que es más importante, exige hoy centrar los esfuerzos en renovar los valores que lo definen, y alumbrar y divulgar experiencias concretas que apunten en dicha dirección.
 
Las claves de una ciudad sostenible se basan en el equilibrio entre calidad medioambiental, estructura espacial, cohesión y calidad de vida social y economía local. Modelos como la ciudad de Sarriguen muestran que si hay voluntad política, otro tipo de progreso es posible.
 
- Eficiencia.
 
La preocupación por la eficiencia del desarrollo económico, político y social es la clave para un nuevo modelo de progreso. Eficiencia en la producción y distribución que minimice la utilización de recursos naturales y la generación de residuos. Eficiencia en el consumo superando la manipulación publicitaria que une consumo con status y moda para crear necesidades simbólicas. Hay que retomar lo importante como es una sociedad cohesionada e integrada frente a los valores del individualismo consumista.
 
- Calidad de vida.
 
El nuevo modelo de progreso se asienta sobre pautas de calidad de vida que priorizan los hábitos saludables, la comunicación personal, la autonomía de los hombres y mujeres, el conocimiento y el reconocimiento del mérito. Promoveremos que Andalucía disponga de una adecuada estructura espacial tendente a conseguir un desarrollo equilibrado de los diferentes ámbitos para aumentar la calidad de vida de sus habitantes.