Trailer

Fotogramas de la película

Sinopsis

Pese a las reticencias de su mujer, Josef ha dejado su puesto de profesor porque ya no entiende a sus alumnos. Tiene más de 60 años, pero cree que aún es útil para la sociedad, así que decide probar suerte en varios empleos. Todos le salen mal, incluido el de mensajero en bici, hasta que se convierte en reponedor de botellas en un supermercado. Al observar el día a día de las personas que por allí se acercan, se da cuenta de que muchas de las cosas que deben enseñarse no están en los libros.

"Sueños de juventud" es una comedia con toques dramáticos, pero también es el final de una trilogía. El cineasta checo Jan Sverák, siempre con guión de su padre Zdenek Sverák, lleva años explorando las etapas de la vida. Empezó en 1992 con "Escuela Primaria", una película sobre la infancia que estuvo nominada al Oscar. Continuó en 1996 con "Kolya", ganadora de la estatuilla a la mejor película de habla no inglesa por su visión de la madurez. Y termina con ésta que nos ocupa, una historia llena de esperanza que sigue el amor, el matrimonio y la jubilación en la vejez.

El propio Zdenek Sverák se convierte en el protagonista de la película, y lo hace aportando muchas de sus experiencias vitales (como le ha ocurrido en el guión). Junto a él, actores poco conocidos en los circuitos internacionales como Tatiana Vilhelmová (Algo parecido a la felicidad), Daniela Kolárová (Escuela Primaria) o Pavel Landovský (La insoportable levedad del ser). Con su estreno, "Sueños de juventud" se convirtió en el mayor éxito de taquilla en la historia de la República Checa.

Crítica

La vida es maravillosa y nunca es tarde si la dicha es buena. He aquí condensada la moraleja de esta edulcorada fábula dirigida por Jan Sverak, responsable de la incomprensiblemente oscarizada y no menos dulzona "Kolya", primer volumen de una trilogía que, aparentemente, cierra ahora "Sueños de juventud". Delegando, una vez más, en el enorme carisma escénico de su padre, el actor Zdenek Sverak, el director checo escarba en la superficie, sin honduras, de un automatismo burgués alienante, que distorsiona felicidades y aplasta los sueños sin piedad.

Epopeya otoñal de corazón tierno, la película explora en el hastío existencial de un profesor de primaria en edad de jubilarse, harto de la inhumanidad que le rodea, que decide mandar todo a paseo, y reubicarse como empleado en la sección de reciclaje de botellas de un supermercado de Praga. Sverak construye el personaje protagonista acomodándose en el colchón del arquetipo, describiendo un camino de redención perfectamente unidimensional, sin aristas, siguiendo el manual a pies juntillas. Tiene demasiada prisa por presentar a su protagonista como un ser entrañablemente anacrónico, incómodo en la era de la ultratecnología, de corazón puro y pulsiones juveniles. Se precipita en el empeño de diseñar al empático personaje abundando en lo naif, en una representación plana y un tanto obvia de las incompatibilidades del hombre otoñal con su deshumanizado entorno.

No deja el director espacio a la imaginación, a la interpretación sutil o al susurro y el resultado es una película de dramaturgia tosca, no menos ingenua y de ´buenismo´ desbordante. Sobran buenas intenciones y mejor corazón y se echa de menos el rigor en un perfil más real, más complejo de los personajes principales, siempre atrancados en la maraña ingrata del tópico, en la superficialidad del escaparate. Sverak se obstina demasiado en que su película proyecte a voces una cierta imagen de sí misma, ternurista, humanista y de vitalismo desbordante. Sucede que detrás del escaparate emergen sólo sentimientos a medio cocer y sensibilidades nada espontáneas.

Todo está calculado con precisión milimétrica de escuadra y compás, la película se conduce muy previsible por superficie resbaladiza, tratando de visualizar la vitalidad sexual aún vigente del protagonista con unos desacertadísimos insertos oníricos sin gracia ni sustancia. "Sueños de juventud" se esmera más en proyectar una cierta imagen y un estado de ánimo perceptible desde la superficie que en profundizar, más allá de lo evidente, en la inestable psicología lunática de sus desfigurados personajes.