El martes 2 de junio el PSOE tenía uno de sus actos centrales de campaña electoral en Cantabria con un mitín en el que intervenían entre otros, Dolores Gorostiaga, vicepresidenta de la Comunidad Autónoma y líder del PSOE de Cantabria, y María Teresa Fernández de la Vega.
A ese acto acudieron 17 integrantes de la Asociación de Técnicos Superiores de Educación Infantil de Cantabria, para denunciar con una pancarta y pitos su situación de grave precariedad laboral, por lo que fueron desalojados del acto sin que se produjesen incidentes salvo la identificación de tres personas. Pese a trabajar en centros públicos bajo la autoridad de los equipos directivos de dichos centros, las técnicos (puesto que son casi todas chicas jóvenes) se encuentran subcontratadas o bien a través de una empresa de servicios o bien a través de ayuntamientos, con contratos de diez meses, con sueldos de miseria (depende del ayuntamiento en algunos casos), con multitud de irregularidades (como casos de técnicos que tienen contratos de 5 horas al día pero deben trabajar 7), y sin que se hayan regulado sus funciones pese a que existe un decreto estatal que regula su perfil profesional, lo que da pie a multitud de abusos como directores que quieren obligarlas a hacer labores de limpieza o ayuntamientos que las utilizan para ludotecas o actividades de vacaciones.
El caso de este colectivo pone de manifiesto una vez más la hipocresía del PSOE, partido que detenta la Consejería de Educación de Cantabria, que utiliza electoralmente la retórica de la defensa de los servicios públicos y de los derechos laborales pero se niega a contratar directamente a este personal y se dedica a externalizar, subcontratar y realizar contratos precarios, temporales, inestables, con sueldos bajos, sin definición de sus funciones. A la vez, se utiliza la educación propagandísticamente de cara a la opinión pública, presentando las aulas de dos años como un gran avance social para la conciliación de la vida social y familiar de las mujeres trabajadoras, sin decir que es a costa de la precariedad e imposibilidad de esa conciliación para un colectivo de trabajadoras.
Contra la precariedad laboral y el oportunismo del social-liberalismo
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