Viernes, 05/06/09. Actualizado hace 13 minutos
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Trailer
Fotogramas de la película
Sinopsis
Inglaterra, años 60. Ante la falta de rock en las emisoras oficiales, los ciudadanos se pasan el día enganchados a las radios piratas para escuchar la mejor música. Una de ellas, Radio Rock, emite desde un barco del mar del Norte bajo la dirección de Quentin y la colaboración de un variado grupo de melómanos. En poco tiempo, Quentin tendrá que hacer frente a los problemas personales de sus pinchadiscos, a la presencia de su joven ahijado y a las amenazas del gobierno de acabar con su emisión.
La rebeldía de los años 60 y la música que sonaba en esa década han sido las fuentes de inspiración de "Radio encubierta", la nueva comedia de Richard Curtis. Después de escribir "Cuatro bodas y un funeral" o "Notting Hill", Curtis debutó en la dirección gracias a "Love Actually" (2003), una divertida historia de vidas cruzadas a la inglesa. En el que es su nuevo proyecto, el cineasta vuelve a apostar por el humor y la presencia coral de actores, haciendo especial hincapié en los problemas sociales de la época y las canciones que marcaron a toda una generación. Por esas razones, "Radio encubierta" ha sido considerada la película más personal de su filmografía.
El reparto, además de ser coral, está plagado de estrellas. Bill Nighy cambia las sagas de "Underworld" y "Piratas del Caribe" por los pantalones de campana. A su lado, improvisados dj's de la talla de Philip Seymour Hoffman (La duda (Doubt)), Nick Frost (Arma fatal), Rhys Ifans (Alta sociedad) o Tom Wisdom (300). También destaca la breve intervención de Emma Thompson, la joven mirada que aporta Tom Sturridge y la presencia de Kenneth Branagh en el papel de ministro.
Crítica
Desaparecido en combate, al menos en su faceta de director, desde el bombazo internacional de "Love Actually", Richard Curtis vuelve al redil insistiendo en los puntos fuertes de su cine: el relato coral y la amistad como vitamina de la supervivencia y el romanticismo emergente del disparate y el enredo cómico con corazón enfatizado por el cancionero pop de sus anhelos. La fórmula, que alcanzó sus mejores luces en "Cuatro bodas y un funeral" y "Notting Hill" (que Curtis escribía pero no dirigía) pule aquí sus aristas para reinventarse más densa, más adulta y mejor cuajada, a bordo de un barco incrustado en las aguas del Mar del Norte en el que habitan las voces y los cuerpos de un puñado de locutores pendencieros, estrellas de todo un país, que sujetan con su pasión por la música y por las ondas una de las emisoras radiofónicas piratas más populares de Reino Unido en los 60, en la edad de oro de la radiodifusión clandestina.
Curtis declara su amor al pop-rock sesentero y a los animadores invisibles que se escondían detrás del transistor cuando era un chaval emitiendo desde la cubierta de algún navío prohibido con una comedia dicharachera, de estructura narrativa débil que coge cuerpo y color a costa de la verborrea rebelde y transgresora que rebota en las paredes del barco de marras. Lo hace gracias a la colisión de personalidades y egos masculinos que con tan vívida intensidad llenan de vida y sentimiento un puñado de actores gigantescos pasándoselo en grande, disfrutando como críos y transmitiendo pasión, corazón y admirable compadreo que maquilla, cuando es menester, todas las irregularidades de un guión cosido a base de retales de genio (apuntalado por una batería de diálogos con poco desperdicio) y falto, por consiguiente, de fluidez narrativa convencional.
A Curtis le salen las cuentas: la ambientación sesentera está muy lograda, el desfile de melodías míticas de la década prodigiosa del pop hacen camino y el fenomenal elenco llena de sentido y lucidez el discursivismo y la lengua larga que cuelga de la boca del desmadrado personal. "Radio encubierta" funciona en un nivel muy primario, pero funciona. Curtis destierra transitoriamente el azúcar que anegaba las imágenes de "Love Actually", dibujando individuos arquetípicos con enorme carisma, filibusteros de la palabra, corsarios del micrófono orgullosos de lucir parche en el ojo y loro al hombro. Y lo hace guiñando los dos ojos a las entrañas y al fundamento mismo del inconformismo como principio, a la irreverencia antisistema de la cultura popular, a la música, en definitiva, como elemento cohesionador de identidades, como romántico lugar de encuentro entre soñadores y ciudadanos libres y, precisamente por ello, potencialmente incómodamente esquivos a la sumisión y al borreguismo.
Donde no llega Curtis llegan Philip Seymour Hoffman, Billy Nighy y demás tropa. Al menos hasta que la película termina, o, por mejor decir, debería haber terminado. A "Radio encubierta" le sobra media hora abundante, y casi toda ella se concentra en un desenlace cansino y anticlimático que se gusta en busca el apoteosis sentimental en un naufragio casi tan largo como el del Titanic. Curtis no sabe dónde situar el punto final y la película se le va de las manos con 30 minutos de apéndice amorfo en busca de una resolución feliz, desatada y grandiosa que asfixia el relato de mala manera resolviendo con imágenes huecas e insulsamente festivas lo que debería quedar implícito y elíptico en la imaginación del respetable.
Semana del 22 al 28 de mayo | ||||
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Pos. | Película | Semanas | Recaudación | |
1 | Ángeles y demonios (2009) | 2 | 3.058.567 € | |
2 | Noche en el museo 2 | 1 | 2.271.378 € | |
3 | Hannah Montana: La película | 3 | 790.337 € | |
4 | Fuga de cerebros | 5 | 601.007 € | |
5 | X-Men Orígenes: Lobezno | 5 | 508.882 € | |
6 | Good | 1 | 376.819 € | |
7 | Star Trek | 3 | 375.592 € | |
8 | Nunca es tarde para enamorarse | 3 | 246.837 € | |
9 | Fighting: Puños de asfalto | 2 | 187.732 € | |
10 | Vacaciones de ferragosto | 1 | 157.470 € |