Portada Programa Andalucia fuerte y unida
Andalucia fuerte y unida Imprimir E-mail

Descargar Version PDF

IGUALDAD DE ANDALUCÍA EN ESPAÑA Y LA UNIÓN EUROPEA.

El andalucismo es un nacionalismo renovado, un nacionalismo no excluyente, adaptado a la época de la globalización, a un mundo interdependiente, donde actualmente la máxima soberanía pertenece al mercado que es incapaz de enfrentarse al cambio climático, a la superpoblación y a la pobreza del tercer mundo.

Por ello, queremos fortalecer el poder público, tanto en Andalucía como internacionalmente, así como profundizar en nuestra identidad cultural y nuestra capacidad de autogobierno,

Con el andalucismo queremos generar entre las personas de Andalucía un vínculo de solidaridad que haga frente a la frustración del consumismo, que evite la destrucción de nuestro patrimonio cultural, territorial y medio ambiental y que fomente una convivencia cívica y pacífica. Para nosotros la política consiste en gobernar con la finalidad de que los ciudadanos y ciudadanas sean más felices porque tengan aseguradas sus necesidades básicas, ejerzan su responsabilidad social y tengan un alto nivel de autoestima. Democracia, andalucismo, federalismo y una economía no dependiente son los grandes principios de una política para el futuro.

Hoy el ciudadano comparte múltiples identidades. Especialmente el andaluz se siente identificado, en mayor medida que otro ciudadano español, con los distintos ámbitos territoriales institucionalizados (Europa, España, Andalucía, su ciudad). Esto es así porque nuestra identidad andaluza no es excluyente sino mestiza y donde otros ven incompatibilidades nosotros apreciamos complementariedad y sinergia.

Nosotros defendemos que Andalucía es nuestra patria, compatible con el sentimiento de patria de otras sensibilidades, formada por conjunto de valores ligados a la solidaridad y la tolerancia, cuya institucionalización es también una forma de profundización en la calidad democrática tanto porque supone una división horizontal del poder como porque implica una mayor participación de los ciudadanos.

Defendemos para Andalucía un proyecto de centralidad en la sociedad global. Promovemos el liderazgo de Andalucía en España y en la Unión Europea basado en unas reglas políticas igualitarias para todos los territorios, nuestro reconocimiento como sujeto político con todas sus consecuencias y una estructura política a nivel mundial que haga realidad los valores democráticos de contenido universal y de respuesta a los graves desafíos de desigualdad, conflictos y amenazas medioambientales.

Necesitamos un Andalucía fuerte y unida con unas reglas justas en España y la Unión Europea.

LOS GRANDES PROYECTOS DE REFORMA

- Más Europa, más Andalucía.

La revolución digital ha proporcionado el soporte tecnológico a un mercado globalizado en el que los capitales cambian de sitio a la velocidad de la luz. Ello ha propiciado que las relaciones económicas y financieras predominen sin contrapeso político alguno. El poder se ha desplazado desde lo político, espacio dominante en el siglo XX, hacia el poder de los mercados

La globalización sumada a la libre circulación financiera tiende a reforzar el poder económico de los poderosos. La desregularización de los mercados financieros favorece la acumulación de poder. Existe una estrecha vinculación entre grupos económicos y medios de comunicación. Esto les permite ejercer el dominio mediante la capacidad de crear consenso a través de la televisión o la publicidad. Desgraciadamente a nivel mundial no existen tribunales de defensa que puedan evitar situaciones de dominio.

El Estado-nación ha quedado obsoleto aunque siga constituyendo un ámbito emotivo de identificación ciudadana. Se ha convertido en pequeño para los asuntos globales y en grande para los problemas de proximidad.

Es por esto que los Estados están sometidos a un doble proceso “natural”: por un lado su transformación en estructuras multiestatales, buscando un espacio donde poder ejercer el poder real en equilibrio con el poder del mercado (relación entre espacio político y espacio económico) y, por otro, su transformación en estructuras descentralizadas, de dimensión humana, donde poder tomar decisiones participativas por representantes reconocibles por su identificación cultural con los electores (relación espacio político y espacio cultural). Sin embargo no hay que olvidar que también los Estados, en mayor o menor medida, se han convertido en sujetos históricos y por tanto en ámbitos de identificación colectiva por lo que hay que comprender no sólo su papel funcional sino también su papel simbólico.

Este proceso tiene como consecuencia un aumento de la complejidad organizativa institucional al mismo tiempo que una pérdida de la soberanía efectiva de la política. La distribución territorial del poder se convierte en una constante de la agenda política donde se mezclan lo emotivo y lo funcional, y cuyo debate es difícil trasladar a la opinión pública.

La legislatura que finaliza ha estado caracterizada por la convergencia de proyectos de enorme calado que afectaban al reparto territorial del poder, que, en términos generales, se han saldado con un cierto fracaso para las aspiraciones progresistas y, en particular, para los intereses de Andalucía.

El Partido Andalucista propone, a este respecto, un programa basado en las ideas de la preeminencia del Poder Público sobre el poder privado, la democracia progresista, el federalismo cooperativo basado en la distribución funcional del poder para la articulación racional de los distintos ámbitos institucionales y en el autogobierno nacional de Andalucía.

La convergencia de estos procesos de reformas constitucionales exige el consenso sobre un modelo funcional de reparto territorial del poder en cuatro niveles (UE, Estado, CCAA y Administración Local), que incluya el reparto competencial, la articulación de la participación institucional de todos los niveles territoriales y los mecanismos de financiación.

- No renunciará a la constitución europea.


Luchamos por la defensa de una Europa que no sea una fortaleza para los privilegiados, integre un proyecto multicultural, evolucione hacia una estructura plenamente democrática, se articule con los Estados pero también con las Naciones sin estado y las regiones y sea un instrumento de equilibrio internacional.

Especial trascendencia tiene su papel como agente internacional que apoye la gobernabilidad de la globalización mediante la refundación de la ONU con mayores competencias ejecutivas, como expresión de la legitimidad internacional, reequilibre el proceso de globalización entre la política y el mercado, impida los excesos del unilateralismo norteamericano, ponga como principal objetivo el desarrollo de los países pobres y la democratización de los que sufren dictadura y sea un agente activo en la integración y el diálogo entre culturas.

El proyecto de Constitución Europea, pesar de sus limitaciones en el fondo y en la forma, constituía un paso adelante hacia la Europa Política, motivo por el cual los andalucistas votamos sí en el referéndum que tuvo lugar en España y que obtuvo la mayoría a favor de su aprobación. Sin embargo el No francés y holandés abortaron el proyecto.

Esta situación se ha visto agravada por el error de acometer la ampliación a la Europa de los 25 antes que establecer unos mecanismos claros de decisión para hacer operativa la unión política, que ha desembocado en la aprobación del Tratado de Lisboa, claramente insuficiente, que marca un grave retroceso de la Europa de los ciudadanos y refuerza la vieja Europa de los Estados.

Los intereses de Andalucía están estrechamente unidos a la consecución de una Europa política fuerte. Por ello, defendemos: