Barcelona, 19 de juny del 2009
Aquesta carta, dirigida al Cardenal Rouco Varela, ha estat tramesa, a títol nominal, a tots el bisbes en actiu i també als emèrits. Monseñor....
Como presidente de ACAT y como católico me dirijo a Ud. Sr. Cardenal, una segunda vez, el fin de complementar nuestra carta del 3 de diciembre del 2008, que adjuntamos.
Pensamos que la Conferencia Episcopal Española debe pedir perdón por haber legitimado un golpe de Estado (y una guerra tan terrible como inútil) que después se transformó en un genocidio entre 1939 y 1945, periodo en el cual el régimen de Franco se dedicó a perseguir y asesinar a miles de personas por motivos ideológicos, además de perseguir y reprimir toda confesión no católica.
A las razones ya expuestas en la citada carta del 3.12.08, podemos añadir los argumentos siguientes:
a) El Primado Teoctist de la Iglesia Ortodoxa de Rumania en una importante celebración en la Catedral de San Spiridon de Bucarest, el día 1.01.1995, pidió perdón al pueblo por los errores cometidos por muchos clérigos rumanos durante el periodo comunista. Su pecado de omisión fue permitir, sin decir nada, muchas graves injusticias efectuadas por el régimen comunista.
b) El obispo de Saint Denis, Olivier de Béranger, en nombre de la Iglesia Católica de Francia, pronunció un solemne “mea-culpa” el 30.09.1997, en Drancy, cincuenta y siete años después del Estatuto de los Judíos de Francia, promulgado por el régimen de Vichy.
Lo esencial de la declaración del obispo Béranger era efectuar una lectura crítica de los sucesos entre 1940 y 1945, y “pedir perdón a Dios y a los hombres”confesando que el silencio colectivo de la jerarquía católica respecto a las persecuciones de los nazis contra los judíos constituyó un gran pecado.
El obispo también citó, junto a lo expuesto, los actos arriesgados de valentía efectuados por curas católicos y laicos de todas las confesiones que, oponiéndose frontalmente a Vichy, lograron salvar hermanos judíos.
c) En mayo 2009, el cardenal primado de la Iglesia católica irlandesa, Sean Brady, pidió disculpas y manifestó sentirse avergonzado por los malos tratos y abusos sexuales ocurridos durante años en instituciones y escuelas regentadas por sacerdotes y religiosas de la Iglesia católica irlandesa.
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Usted sabe mejor que nosotros, Sr. Cardenal, los grandes efectos benéficos que producen los arrepentimientos sinceros. Por tanto, en ACAT, estamos convencidos que la luz del Evangelio de Jesús pide a la Iglesia católica de España una declaración de perdón por los hechos citados en el segundo párrafo.
Pensamos que, siguiendo el ejemplo de estos y de otros jerarcas, la C.E.E. debería llevar a cabo un arrepentimiento público. Ahora con ocasión de los datos publicados del genocidio franquista en Valencia con más de veinticuatro mil víctimas, nos parece que es una buena ocasión, para que el episcopado español pida públicamente perdón, por la connivencia de la Iglesia en aquel episodio lamentable. En 1939 cabría haber esperado misericordia para los vencidos. Y no fue así, sino que se continuó con la venganza y el odio patrocinados por el nuevo gobierno, con la complicidad de la Iglesia católica española.
Esperando que nuestra propuesta merezca su máxima atención, le saludamos atentamente.
Per la Junta
Emili Chalaux i Ferrer, president
