Se muestran los artículos pertenecientes a Diciembre de 2009.

Resumen

Últimas noticias sobre la (millonaria) «Nueva gramática de la lengua española»

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Actualización (06/12/2009): En efecto, parece que la recaudación ya ha empezado a todo trapo: según Terra.es, la «“Nueva gramática de la lengua española” encabeza las ventas en España».


[Viene de aquí.]

Finalmente, aunque la página de la RAE sigue dando informaciones inexactas, se sabe por las recientes noticias publicadas en prensa que la Nueva gramática de la lengua española se va a publicar por entregas, de la manera siguiente:


1. Este mes, los 2 volúmenes
dirigidos por Bosque (Morfología y Sintaxis, 4000 páginas) de la versión extensa para especialistas.

2. A lo largo del 2010 (no se sabe exactamente cuándo) aparecerá:
el tercer volumen (Fonética y Fonología, 700 páginas) de esta misma versión extensa, dirigido por Blecua + un DVD de registros de pronunciación;
dos versiones más: una manual (750 pp.) y un compendio básico ( 300 pp.), del estilo del Compendio y del Epítome oficiales que se elaboraban por ley para la primera y segunda enseñanza mientras estuvo en vigor la Ley Moyano de Instrucción Pública (más de un siglo). La Academia acaba de firmar un acuerdo con Mapfre, que se hará cargo de la financiación de la edición escolar, al igual que Caja Duero y Altadis han financiado la (incompleta) versión extensa y la (inédita) versión manual. Es evidente que la Academia busca recuperar así el ascendente que tuviera en su época de mayor apoyo oficial y productividad normativa.


Sigue sin decirse nada en absoluto de una edición digital y abierta de ninguna de estas versiones en papel, aun habiendo otras academias de España (valenciana, catalana, gallega...), que tienen íntegramente disponible en línea su producción normativa.
Tampoco se dice nada de las discordancias que sin duda habrá entre la NGLE, y el DPD y el DRAE, ni del trabajo de armonización que necesariamente habrá que hacer.
Nada en claro se puede sacar tampoco sobre los modelos lingüísticos, y el estilo y los criterios normativos de la nueva Gramática. Queda todo en una nebulosa terminológica (policentrismo, panhispanismo, descripción, norma, recomendación, preferencias de uso, español general, prestigio...) que no se sabe a qué y cómo se aplica.
Cómo no, Espasa se reserva los datos de las tiradas para que no puedan hacerse cálculos aproximados de beneficios. Tampoco la RAE ni la Asale sueltan prenda de su porcentaje de derechos. Pero sólo la versión extensa completa costará unos 200 euros (que, en nuestro caso, y teniendo la gramática descriptiva de Bosque y Demonte, desembolsará su tía). Si se tiene en cuenta que se trata de una gramática destinada a 400 millones de hablantes, que tendrá versiones para especialistas, público general y escolares, y que además ya tiene sus gastos cubiertos por financiación privada, el pelotazo para Espasa, RAE y Asale es de aúpa. Y, no teniendo  la RAE obligación de rendir cuentas a nadie ni por ingresos privados ni por ingresos públicos, resulta imposible saber a qué manos va y a qué se destina el margen de beneficio de las ventas de estas publicaciones. ¡Que viva la
«transparencia» (y la desvergüenza)!

Silvia Senz y Montse Alberte

 

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La nueva RAE, un espejismo de representatividad, neutralidad ideológica, laboriosidad y modernidad, 7: la «Nueva gramática de la lengua española» entra en escena

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[Entradas anteriores de esta serie: 1, 2, 3, 4, 5, 6.]

Recomendamos al lector la entrevista al director de la RAE, Víctor García de la Concha, publicada hoy en El Cultural de El Mundo. Hay mucho jugo que sacarle, y en esta nota vamos a exprimirla al máximo.

Para empezar, y que sepamos, Marta Caballero es la primera periodista que osa preguntar por la política de edición y difusión de la obra académica, planteando una cuestión que venimos apuntando desde hace tiempo y que animó esta breve tertulia en Libro de Notas: ¿Qué prevalece en el interés de los académicos: prestar servicio al hablante llegando a él paralelamente en versiones en papel sujetas a copyright y en una versión consultable en línea, o el puro afán de hacer caja?

Nosotras, que nos dedicamos a estudiar y observar el quehacer académico histórico y presente, no tenemos duda alguna del sesgo mercantil que la Corporación fue adquiriendo desde mediados del XIX, especialmente debido a la muy lucrativa venta de las ediciones escolares oficiales de la gramática y la ortografía (Compendio, Epítome y Prontuario). Y este rasgo lo sigue manteniendo, como ya se vio con el Diccionario panhispánico de dudas o con el bicefálico Diccionario del estudiante. El propio García de la Concha es muy claro al respecto: lo importante no es consultar la Gramática, sino tenerla en la estantería de casa:


Se coja o no, bueno es tenerla en casa, como se tiene un diccionario. No está de más que esté junto a Larsson en la estantería.


Ciertamente, lo que cuenta es seguir vendiéndola al ritmo que ya llevan e ir sacando versiones en papel sin descanso a lo largo del próximo año. Y para colocar todo ese material, una versión en línea es sin duda un enorme obstáculo.

De hecho, técnicamente no hay justificación alguna para no haber sacado una versión de libre acceso, paralela a la primera versión en papel. Del mismo modo que la Academia ha obtenido financiación para esta versión extensa, para la manual y para la escolar, podría haberla obtenido para la versión en línea a fin de tenerla disponible al menos cuando se publique la edición completa de esta primera versión (es decir, cuando aparezca el volumen de Fonética y Fonología). Además del patrocinio privado (con dotaciones constantes y puntuales), goza de una importante financiación pública anual con la que mantener su infraestructura tecnológica y humana, y por tanto tiene capacidad para elaborar versiones en línea de su obra, en paralelo a las versiones en papel. Otras academias con menos medios, ya lo hemos dicho, no escatiman una inmediata versión abierta de su obra normativa.

Lo que también escatima la RAE es la opción de participar en la elaboración de su obra. Nos dice García de la Concha que, a toro pasado, junto a la versión en línea de la gramática «abriremos un correo para sugerencias y correcciones». Muy bueno lo suyo: poner a la gente a trabajar gratis y a posteriori, sin tener que mencionar su aportación. Ya sabemos que, en todas sus apariciones mediáticas, en todos los prólogos y avances de su obra, lleva años empeñada en hacernos creer que, como la lengua (incluso la norma) se hace en la calle, la función de la Española y de sus academias asociadas es rigurosamente notarial. Con este fin, la RAE apoyó esa impresentable pantomima de espíritu colaborativo que es la Wikilengua. Pero la pura verdad es que la Docta Casa tiene su portón cerrado ya no sólo al hablante común, sino a todo aquel que podría hacer una aportación verdaderamente valiosa a su obra: especialistas externos y profesionales de la lengua (maestros, correctores, traductores, editores de texto...).

Tampoco es este el espíritu de otras academias de España. Sin ir más lejos, la «Academia» catalana (Secció Filològica de l’Institut d’Estudis Catalans), valiéndose de las nuevas tecnologías, puso en marcha el Fòrum d’Estandardització (Foro de Estandarización, FOREST), abierto a las observaciones razonadas de los profesionales de la lengua catalana sobre su trabajo en curso y sobre sus orientaciones normativas (directrices que también hace públicas), a fin de lograr el mayor consenso posible en la realización de su nueva gramática. No nos cabe duda que la nueva gramática normativa catalana sabrá reconocer esta aportación.

Algo así también está al alcance de la RAE, pero semejante espíritu de consenso no es propio de una institución que incluso cuando elabora obras en colaboración con el resto de academias asociadas lo hace como academia rectora. Si algo le ha importado siempre a esta rancia institución es dejar bien claro quién manda.

Del mismo modo que no cesan de repetir la letanía de que su función es notarial, tampoco pierden oportunidad de definir tal cometido como la tarea de levantar acta del uso consagrado (atendiendo a los usos registrados mayoritariamente en los corpus académicos) y del uso prestigioso. Pero resulta que si bien lo usual puede medirse si se dispone de suficientes registros de uso (es decir, de corpus representativos del español, como NO lo son los académicos), el prestigio es un fenómeno de apreciación subjetiva de los hechos lingüísticos enormemente lábil, que no puede medirse con ninguna tecnología; sólo puede registrarse por breves periodos mediante estudios sociolingüísticos de las actitudes de los hablantes, un campo apenas explorado en lo que atañe a las modalidades del español.

De hecho, a conformar esa apreciación social de los usos, es decir, a dar prestigio a unas formas y a hurtárselo a otras se ha dedicado esta Academia desde siempre; porque si alguna función estandarizadora ha desempeñado es la de modelar un canon del «buen castellano». Hoy, no hay más que leer su obra para ver que, entre el barullo descriptivo que nos ofrece (y decimos barullo porque no hay textos más inconsistentes y asistemáticos que los redactados del DRAE y el DPD), sigue sobresaliendo lo que siempre ha sido una norma académica: una selección sumamente restrictiva (luego, escasamente representativa) de usos, a partir de juicios de valor que rara vez tienen que ver con lo usual (es decir, con lo normal) y que demasiado a menudo se corresponden con lo arbitrario e incluso con lo desinformado. Tomen como ejemplo los lectores esta desopilante recomendación del DPD:


espuma. Para designar el plato de consistencia esponjosa preparado con claras de huevo y otros ingredientes, se recomienda usar en español el término espuma, calco del francés mousse: «Como postre, espuma de chocolate con fresas de temporada» (País [Esp.] 17.5.04).


Si bien una mousse es, como se dice en el DPD, «un plato de consistencia esponjosa preparado con claras de huevo y otros ingredientes», una espuma, en técnica culinaria, no es una mousse. Las espumas, creadas por el prestigiosísimo cocinero Ferran Adrià en 1994, se realizan sin leche ni huevos (como sí los tiene la mousse), y su textura ligera y esponjosa se obtiene aireando la preparación básica de ingredientes con un sifón también ideado por Adrià (junto con su equipo de investigación culinaria, de la Fundació Alícia). Para justificar el uso de espuma por mousse, el DPD da como ejemplo una cita de la noticia de la boda real entre Felipe de Borbón y Leticia Ortiz publicada en El País, donde se menciona el postre que se sirvió a los comensales, sin contrastar antes de qué clase de preparado se trataba y sin apercibirse de que la cena de gala la prepararon al alimón, justamente, Juan Mari Arzak y Ferran Adrià. Sabemos que los miembros de la familia real son muy campechanos, pero ¿se los imaginan ustedes ofreciendo a lo más granado de la sociedad mundial una mousse corrientita como remate del ágape? Y, ya puestos, ¿por qué no servirles un pijama? Muestra más castiza y popular de postre no la hay.

Por desgracia, esta libre intrepretación académica de la alta cocina no se limita al DPD: la entrada en cursiva de mousse en el DRAE2001 en línea («1. amb. Plato preparado con claras de huevo que dan consistencia esponjosa a los ingredientes dulces o salados que lo componen») aparece como propuesta para supresión en la próxima edición, y la entrada espuma aparece como artículo enmendado en la próxima edición, en la que se incorpora como nueva acepción la, hasta el momento, definición de mousse: «4. f. Plato preparado con claras de huevo que dan consistencia esponjosa a los ingredientes dulces o salados que lo componen». No les extrañe el disparate: existe toda una comisión de armonización dedicada a procurar que las tonterías académicas queden convenientemente replicadas en todas sus obras. Con lo fácil y panhispánico que habría sido recomendar castellanizar mousse con la palabra que en diversos países de América se viene usando para denominar este postre: esponjado. Pero va a ser que el panhispanismo, cuando no pasa por el Manzanares, se deja correr.

Todo el dinero que se ha destinado a esta mercantilizada gramática podría haberse dispuesto para auspiciar diversas gramáticas descriptivas de los españoles de hoy. Y no del español de América y del español de España (dos divisiones dialectológicas ficticias), sino de sus variedades geográficas reales, tan desconocidas a día de hoy que cuesta creer que la Academia dispusiera del material necesario para hacer de ellas una mínima compilación, lo que a su vez invita a pensar que en esta Nueva gramática de la lengua española hay más inventiva que rigor (eso sí: siempre al servicio de una identidad panhispánica unitaria). Lo puramente cierto es que estamos aún muy lejos de conocer la variedad del español, ni tan siquiera en sus niveles cultos, y que sin ese conocimiento previo no es posible fundamentar una gramática normativa donde se describa «la unidad común y las variedades de una construcción aquí y allá»:


[...] si hace ya 40 años Lope Blanch tildaba —sin asomo de exageración— al español americano de ilustre desconocido, tampoco ahora estamos muy desencaminados cuando repetimos las palabras del profesor hispano-mexicano. En efecto, en estos momentos las tareas a las que se enfrentan los estudiosos del español de América son enormes, algunas derivadas de los defectos existentes en trabajos anteriores o —en los más de los casos— de la ausencia de trabajos que nunca se llevaron a cabo, en otras ocasiones como resultado de los nuevos procesos y fenómenos que se están produciendo últimamente y cuyo estudio detallado se debería comenzar ya en estos momentos para poder comprenderlos en toda su magnitud y analizar las consecuencias que pueden tener en el futuro. = Por ejemplo, es del todo imprescindible llevar a cabo estudios de zonas cuya realidad dialectal desconocemos, o conocemos únicamente por descripciones parciales y a menudo realizadas por simples aficionados, tales como el oriente boliviano (Santa Cruz de la Sierra y los departamentos aledaños), Paraguay o Centroamérica, entre otras regiones. Como añadidura, en muchas ocasiones los estudiosos se siguen basando en estudios llevado a cabo hace más de 30, 40 y 50 años —véase el caso de Henríquez Ureña (1940) para República Dominicana, Vidal de Battini ( 1949) para el interior argentino o Lope Blanch (1953) para el verbo mexicano—, por lo que la validez actual de sus datos es del todo discutible; se debe, por tanto, desarrollar trabajos que, volviendo sobre los temas indicados, revaliden lo que estos investigadores registraron en su tiempo o muestren las diferencias producidas con el paso del tiempo. = Por otro lado, los cambios sociales y demográficos que se han producido en las últimas décadas en Latinoamérica han transformado sus ciudades en grandes centros urbanos de muchos millones de habitantes, auténticos microcosmos lingüísticos en los que se producen, entre otros fenómenos, una importante estratificación sociolingüística y un abundante contacto interdialectal que a veces está modificando de manera radical la forma de hablar propia de urbes como Lima, Buenos Aires, Bogotá o Ciudad de México;[...] pues bien, es preciso continuar con el proyecto que ya explicó certeramente Lope Blanch (1986) sobre el estudio de la norma culta de las ciudades latinoamericanas, y ampliarlo a análisis sociolingüísticos completos que nos ofrezcan una radiografía lingüística de estas metrópolis, en muchas ocasiones importantes focos de difusión y estandarización lingüística. Del mismo modo, y como añadidura de lo anterior, es necesario rematar los Atlas Lingüísticos que pretenden cartografiar el continente, y cuyos datos serán de sumo valor para complementar el estudio del español urbano, así como para el establecer —ahora sí— una posible división dialectal de Hispanoamérica. = Por lo que se refiere a las nuevas situaciones a las que se enfrenta el español de América, se ha citado ya el contacto interdialectal que se produce en las ciudades del continente y que determina —o puede determinar— cambios en la variedad lingüística afectada; pues bien, del mismo modo sería interesante analizar los efectos que, por ejemplo, puede tener la llegada de inmigrantes latinoamericanos a las diferentes ciudades españolas —Madrid, muy especialmente— en las hablas propias de estos centros urbanos, así como la valoración que españoles y latinoamericanos tienen sobre los usos lingüísticos empleados por éstos que chocan con la norma estándar de su nuevo lugar de residencia, entre otros muchos otros aspectos. = En todo caso, se hace evidente la necesidad de conocer, en primer lugar, la realidad dialectal de América, no sólo para poder llevar a cabo (algunos de) los proyectos mencionados anteriormente, sino también como forma de enriquecer nuestra comprensión de esa realidad multiforme y heterogénea que constituye actualmente la lengua española. [José Luis Ramírez Luengo, «Más allá del océano: una descripción del español en América», Per Abbat: boletín filológico de actualización académica y didáctica, núm. 2, 2007, 73-102; pp. 96-98. La negrita es nuestra.]


Aunque RAE y Asale hayan consultado la escasa descripción disponible, tampoco habría forma de saber qué estudios han manejado para esta gramática, más allá de unos corpus académicos cuya distribución geográfica de registros (50 % de España, 50 % de América, aun siendo los hispanohablantes americanos en un 90%) no tiene nada de representativo. Como todo su afán científico consiste en aparentar omnisciencia, la divina RAE nunca ha publicado un repertorio bibliográfico donde se citen sus fuentes. Mentimos: con fines presuntamente promocionales, la gramática de 1854 citó como fuentes las prestigiosas gramáticas de Salvá y Bello. Un análisis minucioso de esa edición de la gramática académica muestra, sin embargo, que Salvá y Bello la inspiraron bien pobremente (véase Gema Belén Garrido Vílchez [2002], pp. 165-178, y J. J. Gómez Asencio [2009], p. 2).

Pero, a fin de cuentas, ¿de qué extrañarnos? Ni el rigor descriptivo ni la coherencia normativa son los principales desvelos de la RAE. Desde su misma cuna, su labor ha estado guiada por el chovinismo y el nacionalismo lingüísticos, que la mueven a librar una inecesante batalla en la competencia interlingüe internacional por el prestigio exterior, y a afirmar la unidad nacional y transnacional por medio de la llamada «lengua común». Y, para quien sepa leer entre líneas, estos son los mensajes constantes en el despliegue mediático que acompaña la presentación de la NGLE, incluida la entrevista de El Cultural:


El director de la RAE presenta hoy la primera gramática española desde 1931, obra que reúne por primera vez "el español universal"
[...]

García de La Concha e Ignacio Bosque celebrarán desde hoy un triunfo que les ha costado más de una década y que es resultante del esfuerzo de todas las Academias del mundo. Lo harán rodeados de los Reyes y de los mandatarios de estas instituciones en unos fastos que festejarán, por fin, la compilación del español del mundo en cinco kilos y medio.

[...]
Gracias a este factor hoy podemos disfrutar de una gramática que muestra la unidad común [...].

[...] esta es la gramática donde está todo y el español carecía hasta ahora de una obra de nivel, de fuste, que sí tenían las otras lenguas de nuestro entorno. No teníamos una como la de Cambridge, y ahora la tenemos. Y quisimos hacerla además así de completa. Es más, empezamos haciendo una gramática del español total sin preocuparnos de la envergadura científica, pero cuando ya llevábamos dos años de trabajo reflexionamos sobre ese punto: después de cien años no podíamos salir con una gramática de COU sino con una que pusiera el español al nivel de las grandes lenguas.


Silvia Senz y Montse Alberte


 

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13D: Pel poder de decidir

Tot esperant que a casa nostra (la gran i la petita) ens arribi el torn, i amb el suport anímic d’alguna de les antigues colònies, gaudim veient el poc que els queda als nostres veïns:

 

 

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La NGLE, o cuando la RAE quiere estar en misa y repicando

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[Viene de aquí.]

Es una verdadera delicia ir siguiendo el tratamiento que la prensa da a la publicación de la Nueva gramática de la lengua española. Ahí es cuando se ve quién tiene oficio y sabe darle a la noticia la vuelta de tuerca que merece, y quién no pasa de repetir como un loro el comunicado de prensa de turno (la mayoría de los periodistas, oficio degradado donde los haya).

En lo primero se han destacado, especialmente, Marta Caballero, de El Cultural, y hoy los del 20 Minutos. En un artículo que desgrana, de la A a la Z, la novedad gramatical de esta obra académica, han sabido poner en evidencia algo fundamental: que la  RAE, en su pretensión de convertirse en una institución democrática, tecnificada y científica, no ha previsto que la mentalidad de unos hablantes educados en la ignorancia lingüística, la arbitrariedad y la prescripción no puede evolucionar a ese ritmo. Porque quien espera que alguien que siempre se ha dedicado a emitir norma según un ideal de lengua que no puede fundamentarse científicamente (a lo sumo, en criterios de legibilidad y comprensibilidad que no están científicamente definidos para el castellano) le dé con cada nueva obra eso mismo: norma de corrección, se cae de culo cuando abre la nueva (y muy técnica, por cierto) gramática y se encuentra con esto:

La ’Nueva gramática’, de la A a la Z

  • Las 22 Academias han invertido 11 años en la elaboración de la ’Nueva gramática de la lengua española’.
  • En los dos primeros volúmenes hemos encontrado curiosas aclaraciones sobre términos como ’azafato’ y ’upa’.
  • Fue presentada por los Reyes este jueves.
R.R.. 11.12.2009 - 06.59 h

Hasta once años han necesitado la Real Academia Española y las 21 instituciones que forman la Asociación de Academias de la Lengua Española para elaborar un código esencial para el mundo hispanohablante.

Los Reyes presidieron este jueves la presentación oficial de la Nueva gramática de la lengua española, una obra académica que no se publicaba desde 1931.

Un tercer tomo, el de Fonética y Fonología, se publicará en 2010. Por ahora, están a la venta los dos primeros volúmenes, con las áreas de Morfología y Sintaxis. Entre sus 3.885 páginas hemos encontrado curiosidades como éstas.

Azafato: Uno de los pocos nombres masculinos de profesión en -o formados a partir de sustantivos femeninos en -a. Se usa en España, México y parte del área caribeña.

Barajo: En el habla popular de algunos países americanos, se usa para anular el insulto o la maldición lanzados por otra persona.

Cacica: Ésta, la variante femenina del sustantivo cacique, se recoge, aunque como forma "de escaso uso".

De gorra: Significa gratis, sin pagar. En países centroamericanos se emplean otras expresiones como de fai, de grolis y de cachete.

En los países centroamericanos, ’De fai’, ’De cachete’ y ’De grolis’ significa gratis.

Evacuan: Esta forma se considera tan correcta como evacúan, por ejemplo en la oración "Los servicios médicos evacuan a una mujer".

Felicidades: Es una de las interjecciones más usuales para dirigirse a alguien felicitándolo, pero también se utilizan enhorabuena y, en América, felicitaciones.

Guapérrimo: Se recoge el uso con intención sarcástica o paródica de derivados como éste y buenérrimo, elegantérrimo o tristérrimo.

Habemos: Se recoge en ejemplos como "Habemos maestros que tienen 25 años de enseñanza", pues se encuentra en el habla coloquial.

Imprimido: Concurre con el participio irregular más culto impreso. Se acepta en oraciones como "En total se han imprimido 35.000 carteles".

Joseíto: Uno de los diminutivos recogidos del nombre propio José. Se registran también Josecito, Joselito y Josito.

K (en búnkeres): Aunque se recomienda esta forma para el plural, se registran numerosos usos de la variante búnkers.

Leche: O leches o la leche, se cita como ejemplo de interjecciones creadas a partir de nombres, igual que caracoles y narices.

Maradona: Su libro Yo soy el Diego figura en la nómina de textos citados. En concreto, porque el futbolista argentino emplea en él el término jueza.

Novelón: El aumentativo -ón puede dar al nombre el significado de novela extraordinaria, pero también larga, compleja o insoportable.

Ñoquis: Uno de los curiosos sustantivos recogidos porque, aunque no rechaza el singular, se utiliza más comúnmente en plural.

Onceavo: No debe usarse con el valor de ordinal. Es incorrecto, por tanto, "La onceava copa de campeones".

Palabrita del Niño Jesús: Variante, igual que palabra de honor, de palabra, una interjección que equivale a la expresión te lo prometo.

Se acepta "Palabrita del Niño Jesús" para expresar una promesa

Quiquiriquí: Es una de las pocas onomatopeyas de más de una sílaba recogidas, como blablablá, cataplum, cricrí, gluglú y rataplán.

Roer: Es, junto con corroer, el único verbo vocálico terminado en -o.er. La primera persona del singular del presente presenta tres variantes: yo roo, roigo o royo.

Sofases: Se recoge como plural "muy desprestigiado" de sofá, igual que cafeses de café.

’Sofases’ y ’cafeses’ se consideran plurales "muy desprestigiados"

Ve doble: Nombre que recibe en algunos países americanos la uve doble (w), además de doble ve y doble u. Su plural es uves dobles.

Toma mientras: Se usa para manifestar admiración y aplauso, de la misma manera que, en otras áreas geográficas, bravo, olé, chapó, corro y echa.

Upa: Se usa, como aúpa, cuando se levanta a un niño en brazos, igual que úpale y la más compleja upalalá.

Whisky: Aunque existe la adaptación güisqui, las originales whisky y whiskey siguen siendo mayoritarias.

X (de ex abrupto): La expresión significa repentinamente, y no debe confundirse con el sustantivo exabrupto, que se refiere a una salida de tono.

Y sanseacabó: Concluye de forma tajante una declaración o explicación, igual que y punto, y ya está, y listo el pollo y y chau pinela.

Zurriagazo: Engrosa una vastísima lista de nombres de golpe acabados en -azo, como botellazo, cachiporrazo, escobazo y martillazo.

 

Y para muestra de las reacciones que suscitan la científica descripción de habemos o la aceptación de imprimido, lean los suculentos comentarios a la noticia.

Es que no se puede estar en misa y repicando. Una gramática no puede ser descriptiva y comprehensiva y a la vez unitaria y normativa. O se describe todo lo que se conoce, y entonces no se juzga, o se juzga, y entonces se reduce la realidad de la lengua al molde académico de lo que se considera estético, común, grafiable y prestigioso. Pero las dos cosas son incompatibles  por mucho que alguien que goza del prestigio científico de Ignacio Bosque se empeñe en repetir, incluso en la radio, tonterías unitaristas pannacionalistas sobre la lengua, como que los elementos idiomáticos que nos unen son muchos (cuando ni se sabe cómo es el castellano en la mayor parte de España o de América, ni siquiera el culto), ¡o que el prestigio es una propiedad de las construcciones! Sí, señores: ahora resula que el prestigio no es ya un fenómeno psicosocial relacionado con la atracción que ejercen los signos externos de poder (la lengua entre ellos), no: es una propiedad de las construcciones. Hay que jorobarse... A Bosque, quién lo ha visto y quién lo ve...

Miren, si quieren ser una institución científica (y bien harían en dedicar al estudio de la lengua todo lo que ingresan), entonces abdiquen de una vez de su labor normativa (en favor de una institución de normalización y armonización terminológica que el castellano aún no tiene, vista la inoperancia del Termesp) y empiecen a educar a la gente en lo que realmente es el lenguaje y no en lo que ustedes siempre les han dicho que es. Pero, claro, eso significa clausurar la Academia y edificar en su lugar una institución VERDADERAMENTE moderna, democrática, tecnificada y científica. Y eso, al menos mientras está al frente Víctor García de la Concha y mientras esté detrás el patrocinio de las multinacionales españolas, va a ser que no.


Silvia Senz

Actualización: Algunos comentarios de los lectores de 20Minutos a los contenidos de la NGLE:

Los tipos estos que se dicen académicos "academicistas" están locos, o están arrancándose los huevos todo el día del año y después corre que te corre a toda prisa para colocar palabras "nuevas en el diccionario y lo único que hace es meter la pata hasta el corvejón. Es inaguantable e inaceptable. A los académicos los tiene que poner o colocar el pueblo y no ponerse ellos a dedos. El pueblo es el verdadero academicista de España.
Hay va una de Andaluz y ponerlo en la R.A.E.
To er mundo e mu güeno, a ta mi mare, er tio eze e un roñoso y no e ma que probe ia lo estrujare quillo déjamelo a mi zolito. Esto es Andaluz

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Estos cambios son cojonudérrimos.


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Vien! ha partir d aora puedo ablar i scrivir como m de la gana! Tard o tmprano la RAE m dara la rason.
E dicho.

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Habemos: Se recoge en ejemplos como "Habemos maestros que tienen 25 años de enseñanza", pues se encuentra en el habla coloquial.


Cuántos años se han pasado currando para acabar aceptando semejante barbarismo?

Más que una Nueva Gramática parece la Nova-Lingua del libro 1984!

¿Y por qué no han aceptado también: mentiendes, el verbo aber (muy utilizado también), pantumaca, hoygan o furbo?


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Más se oye por ahí lo del "asín", ¿lo van a poner también? Joder. A mí cada vez me revientan más. Como lo de hacer "opcionales" las tildes diacríticas en solo/sólo o los demostrativos/pronombres este/éste etc... y solo ponerlas cuando haya riesgo de ambigüedad. Cuando leo un "este" sin tildar, asumo SIEMPRE que es un demostrativo lo que hace que me "pierda" al seguir leyendo y tener que comprender por el contexto que es un pronombre. Diossss... es que me pone de los putos nervios.

¿Lo del "habemos" implica que también se va a poder escribir "habían cuatro coches" y "hayn siete libros en la estantería"?

Jodeeeer...

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Total....en 4 años incluirán "haber" (haber si despiertas)...porque como "habemos", está muy utilizada.
Yo sugeriría también...
"Veros" (veros al carajo)
"Compremos"(compremos una peazo de tele plasma ayer)
"Emosionante"(que partido del Guayaquil tan emosionante)
"Ande" (ande vaaaaaaaaaaaaaaaas con las cabraaaaas)
"Endevé"(endevé que bonito)
Y "asín" un largo etcétera.

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Aunque no lo dicen, hace ya unos veinte años que la Academia debió de cambiar su lema de "Limpia, fija y da esplendor" por el de "Si un paleto lo dice, a mí me vale", y este es el resultado.

El trabajo de la Academia debería ser filtrar lo que surge en el uso popular del idioma, y no aceptar cualquier cosa sin más.
Hemos pasado a la exaltación de la burricie, donde cualquier coz atizada al idioma por un ignorante (o ignoranta) se convierte automáticamente en regla aceptada y respetada.

La obra que nos presentan ahora, creada con esa actitud, podría ser una simpática "antología del disparate", pero nunca una Gramática de la lengua española.

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Contra las autoridades lingüísticas arbitrarias. Métodos revolucionarios para el profesional de la lengua, 1: las recomendaciones de la Fundéu y el consultorio de la RAE

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Supe que ahora la lista de la Fundéu, Apuntes, puede seguirse en Internet sin necesidad de estar inscrito. Como estoy recopilando recomendaciones de la Fundéu y objeciones a ella, me interesa mucho poder leer lo que allí se dice.

Vi que estos días un suscriptor ponía en tela de juicio que la Fundéu dé algunas recomendaciones (normas light, pero normas de corrección al fin y al cabo) a la prensa exentas de una mínima argumentación (v. aquí el hilo «Recomendacion - emiratos»).

Está muy bien plantear este tipo de objeciones a los responsables de la Fundéu. Entiéndanme: no creo que haya que corregirles los errores que cometen en sus recomendaciones. De hecho, cuando se les ha corregido alguno (y sé por un buen amigo que se ha hecho más de una vez), nunca han publicado una rectificación reconociendo el error cometido primero y enmendándolo luego; eso pondría en evidencia sus limitaciones, mostraría su falibilidad y debilitaría su autoridad referencial. Lo que, en mi opinión, ha de exigirles el profesional (corrector, editor de textos, traductor, periodista...) que consulta sus recomendaciones o incluso quien plantea dudas en su consultorio es transparencia normativa siempre que le quepa alguna duda sobre los fundamentos de una recomendación o de una respuesta a una consulta. Para ello dispone de dos vías de acceso directo: e-correo y lista Apuntes.

De igual modo puede obrar el profesional que utilice el consultorio de la RAE, que por desgracia no ha dispuesto aún otras vías de contacto con el usuario. Cuando reciba una respuesta a su consulta, si está disconforme con ella o no le resulta clara, puede enviar una nueva consulta, identificándola como réplica a la respuesta de una duda anterior. De este modo, en no pocas ocasiones, muchos usuarios profesionales hemos acabado manteniendo una conversación fluida y en tiempo real con el amable, esforzado y creativo personal contratado en el departamento de Español al Día, que atiende este servicio.


Corolario y recomendación revolucionaria:

Siempre que tengamos modo de hacerlo, hay que exigir transparencia normativa, esto es:

1) las credenciales de quien da una norma/recomendación o responde a una consulta, y

2) una explicación sucinta de las bases de la norma en cuestión (a partir de qué criterios y conocimientos de la lengua se ha elaborado), que un profesional podrá entender fácilmente.

Es bueno para nosotros, los que trabajamos con la lengua, porque seremos en adelante capaces de aplicar esos mismos criterios (si los juzgamos válidos) y conocimientos a casos análogos, y porque de este modo la autoridad se reparte entre quienes emiten la norma y quienes tienen la opción de juzgarla antes de aplicarla.

Es bueno para la norma, porque si sabemos en qué se fundamenta, podemos contribuir a mejorarla, para bien de todo el que ha de aplicarla en su trabajo.

Por supuesto, no es bueno para el emisor, que con ello cede autoridad, es decir, poder, que en el caso de la codificación y normativización de una lengua es mucho más que poder estandarizador: es poder social, poder político y poder económico. (Que se lo digan, si no, al BBVA y a los patrocinadores corporativos de la RAE.)

Esta es una de las maneras de acabar con autoridades arbitrarias e inmerecidas. Seguiremos proponiendo otros métodos.


Silvia Senz

 

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Revilla y la expansión del español, o a quién beneficia el valor económico del idioma

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Revilla dice que en torno al español hay una industria "que no tiene EREs"

16.12.09 | 14:31 h.  Agencia EFE


El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha apuntado hoy al idioma como el "activo" de España para liderar un cambio en el modelo económico y ha afirmado que "en torno al potencial de la lengua española hay toda una industria que no tiene EREs, porque es imparable". [...]

 

Quien haya leído (no sin dificultades) el ya clásico y muy técnico estudio de Ángel Martín Municio sobre el valor económico del español y algunos de los que se han publicado más recientemente, en la misma línea, tendrá mucho que objetar a estas (ya habituales) declaraciones de Miguel Ángel Revilla, ese presidente bigotudo que maravilla. Entre otras razones porque entre la prudencia que muestran las conclusiones de esos estudios y lo que proclaman Revilla y tantos otros hay un auténtico abismo. Lean:

[...] el carácter todavía pionero y experimental de los métodos empleados recomienda cierta prudencia sobre los resultados obtenidos, cuya validez sólo puede evaluarse adecuadamente mediante futuras extensiones y contrastes del trabajo y su discusión en el ámbito científico nacional e internacional. [Francisco Javier Girón González-Torre, Agustín Cañada Martínez: «La contribución de la lengua española al PIB y al empleo: una aproximación macroeconómica», Documentos de Trabajo. El valor ecónomico del español, n.º 11, 2008, p. 31]

Las reservas que se muestran en estos estudios no responden a razones exclusivamente metodológicas. Una de sus limitaciones fundamentales es que obvian el análisis multidimensional con el que hay que abordar el estudio de una lengua en sociedad. En el caso del castellano, sin ir más lejos, pasan por alto:

que los casi 400 millones de hispanohablantes utilizan modalidades mucho más distintas de español de lo que se nos suele asegurar;

que son en buen número bi o plurilingües, y

que tienen filiaciones identitarias, culturas y lealtades también diversas y complejas, a las que a menudo las industrias culturales, que consideran a los castellanohablantes como una masa compacta, monoglósica y homogénea lista para la explotación, no atienden en absoluto (en lo relativo a la industria editorial, v. 1 y 2).

Por no hablar de la objeción más evidente que cualquier persona puede plantear a Revilla: que el castellano es un condominio de los 21 países que lo reconocen como lengua (co)oficial de facto o de iure, y que tienen idéntico derecho a obtener beneficio de lo que pueda dar de sí el idioma en campos como la educación, las (tele)comunicaciones, las industrias de la lengua ( tecnología lingüística, interpretes y traductores...), la industria editorial, los servicios de información y atención al cliente, y la publicidad. Es más: también es un condominio entre las comunidades autónomas españolas que, como la suya, tienen el castellano como lengua propia, y las disputas entre Cantabria y La Rioja que ocasiona la genealogía del idioma así lo demuestran.

Y eso de que la industria del español no tiene EREs ofende directamente a muy buena parte de los trabajadores del Instituto Cervantes que, como ya hemos ido viendo, viven en la pura precariedad y en el puro maltrato laboral. Pero eso nunca lo divulgarán ni EFE ni Revilla. Cualquier aspecto oscuro o criticable de la política lingüística española para el español no trasciende prácticamente nunca a los medios masivos.

En sus obras propagandísticas y en sus apariciones mediáticas, lo que todos los apologistas del valor del español olvidan mencionar siempre es:

que la expansión de este mercado va de la mano del chovinismo, del imperialismo y del nacionalismo unitarista, en detrimento de otros pueblos, de sus derechos y de sus culturas,

y que los réditos (relacionales u económicos) que rinde van mayoritariamente a manos de los intelectuales orgánicos que dirigen el I. Cervantes y sus sedes, y de los cuadros y accionistas de empresas como Telefónica, Grupo Planeta, Grupo Prisa, Endesa, BBVA, La Caixa, Aguas de Barcelona, Unión Fenosa, Grupo Santander, Repsol-YPF, etc. (casi todas ellas presentes en el Real Instituto Elcano [de Estudios Internacionales y Estratégicos], en la Fundéu-BBVA y en la Fundación pro Real Academia), que, con el apoyo público del Gobierno español y valiéndose de la ventaja que les ofrece el idioma, siguen dominando los mercados de Latinoamérica (también el editorial), donde algunas de ellas generan deuda ecológica (1 y 2), deuda social y deudas financieras ilegítimas, son moralmente sancionadas por el Tribunal Permanente de los Pueblos por atentados contra los derechos humanos, logran acceder de forma altamente sospechosa al índice de inversiones ético FTSE4Good Ibexy, y ejercen el control de la palabra (1 y 2).

 

 

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