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70 aniversario del mayo de 1937


Descargate el folleto "La insurrección de mayo de 1937 en Barcelona decisiva para la suerte de la revolución y la guerra"

El POSI reivindica la insurrección de los obreros de Barcelona y de otras ciudades del 3 al 7 de mayo de 1937, y organiza en los próximos días actos y charlas en las que presenta un vídeo sobre aquellos hechos, cuyo desenlace tuvo gravísimas consecuencias históricas.

En efecto, el 19 de julio de 1936 sólo el levantamiento revolucionario de la clase obrera con sus organizaciones consiguió impedir la victoria del alzamiento militar fascista de Franco, Mola y otros generales. La guerra y el funcionamiento del país quedaron en manos de comités y milicias obreros, de las diversas organizaciones de los trabajadores. La revolución obrera en el Estado español fue un despliegue de energías de los obreros y los campesinos de una potencia inmensa, polarizando el apoyo del proletariado mundial como continuidad de la revolución rusa.

La burguesía se agrupó en el bando de los facciosos, dejando en el bando republicano algunos personajes políticos. Pero el imperialismo francés e inglés, apoyados por Stalin, utilizando el prestigio de la URSS, exigieron que se devolviese el poder a las instituciones burguesas de la República. El conjunto de las direcciones de las organizaciones obreras se sometieron a esa exigencia, pero esas organizaciones eran las que formaban los comités y milicias que controlaban el país.

La pugna entre revolución y contrarrevolución se desarrolló durante meses en todo el país y culminó a primeros de mayo del 37 en Barcelona, la capital obrera, que había encabezado la insurrección de julio del 36 y sostenía el mayor peso del esfuerzo de guerra.

Respondiendo a una provocación organizada por el estalinismo, las barricadas de los obreros revolucionarios (básicamente anarquistas, y también del POUM) controlaron la ciudad, pero los dirigentes ministros de la CNT (enviados por el gobierno de Largo Caballero), secundados por los del POUM, pararon a los trabajadores impidiendo que tomasen el poder.

Este resultado fue decisivo para dar la victoria a Franco.

Hoy se dedican muchos esfuerzos a tergiversar la historia, a deslegitimar la revolución obrera de 1936-37, diciendo que no tenía salida. Esto busca convencer a los militantes obreros de que no hay salida, de que no es posible enfrentarse al imperialismo, y a sus instrumentos actuales como la Unión Europea.

Reivindicar mayo del 37 es reivindicar las mejores tradiciones obreras en nuestro país y a la vez el futuro del movimiento obrero contra la mundialización que destruye las economías, las conquistas sociales y democráticas.

Acude a las charlas que organiza el POSI.