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Perfil
Puigcercós lo tiene tan claro como que nunca acompañaría un traje con unos gemelos: quien no acceda a convocar un referendo independentista, no pactará con ERC. Con Carod borrado del mapa, a sus 46 pretende enderezar la Esquerra en que ingresó en 1987, cuando ya había quedado atrás el pueril sueño de vivir trabajando entre virutas. Para estos comicios buscaba votos entre los que hacían labores como esa su día a día y piensan que una Cataluña independiente les haría vivir mejor. Sin embargo, su partido, más que ningún otro, ha pagado con creces el peaje del tripartito, perdiendo la mitad de su representación.
Estas últimas semanas da más vueltas que nunca a la manzana de su casa móvil en mano. Una de su máximas, cuentan, es la de no llevarse el trabajo a casa, el límite está en el portal. Aun así, Sants es un buen barrio para el paseo: obrero y muy catalán, algo que, sin duda, este hijo de una operaria téxtil y padre mecánico de la fértil industria ripollesa sabe apreciar.
Como buen agnóstico, se labró en dos colegios religiosos: Salesianos y Carmelitas, antes de descubrir la educación pública en la Autònoma de Barcelona. Llegaría entonces la Filosofía y las Ciencias Políticas, materia gris del soberanismo que hoy pregona.
Nunca se le cayeron los anillos, ni llevando bandejas, ni mezclando mortero ni haciendo de pinche, aunque el resto de su tiempo ya lo dedicara a forjar un ideario que le llevó a pulular por todos los cargos de Esquerra desde que ingresó como concejal de su Ripoll natal hasta que se convirtió en su presidente en 2008. A medio camino, redondeó su currículo vital, con dos hijos que hoy cuentan 14 y 10 años. Llegó el padre y murió el atleta, que lo fue. Maratones y carreras de montaña se acumulaban en unas piernas que no entendían de quejas y que, después, le pidieron coleccionar ascensiones a varios 3.000 pirenaicos y alpinos, y un 4.000, el Montblanc.
Como otros compañeros de carrera electoral, este fondista tiró de puente aéreo durante años. Cuando el AVE no tenía alas, dejó el escaño en el Parlament para reivindicar con Tardà en el Congreso desde 2000 a 2006, año en que regresaría para, tras otros dos, entrar en el Ejecutivo de Montilla como un conseller de Gobernación que decidió dejar de serlo para mostrarse más incómodo y persuasivo desde fuera, minar la moral de Carod y tratar de arreglar el descalabro electoral de las generales de la mano de Ridao. Y, aunque su segunda aventura tripartita no se lo ha permitido, es difícil que le abandone esa sonrisa convencida que traslada hasta su perfil de Facebook para hacerse fan del grupo 'Yes We Cat'.
Ahora los picos de juventud escasean, pero la montaña persiste. Y es que, aunque el candidato sostiene que su felicidad está a más de 2.000 metros por encima del nivel del mar, hoy la consigue a 542, en Santa Maria d’Oló, un recobeco de mil habitantes en el ombligo de Cataluña que quince años atrás era el pueblo de su mujer y hoy el refugio en el que se desengrasa durante fines de semana y vacaciones de la mano de los fogones, los paseos en pantalones de pana y las pachangas baloncestísticas con sus hijos en la canasta que preside el patio de cal Vilar. Cuando Barcelona aprieta, su masía se ofrece a acogerle aunque sólo sea por una noche, lo suficiente para recordar que en la capital catalana no se vive tan mal.
Ninguno de sus acordes favoritos está acompañado de historias cantadas en castellano. No lo hacen Oasis, Pretenders, The Police, ni Brams, hijos de la Cataluña oficial. Tampoco Cali, del norte de Perpignan, también Cataluña real para el candidato republicano, extraoficial para la Constitución.
El Joventut es su pasión deportiva, pero si se ve arrastrado a la práctica del fútbol, su lugar es la portería. Todos le reconocen un talante superior al de sus antecesores, algo que demuestra, por ejemplo, al prestarse a participar en parodias televisivas en las que es protagonista, como la de 'Polònia', el satírico programa de TV3 en que aparece retratado como un orgulloso adalid de lo rural. Una exageración relativa, pues eliminar la montaña de su mente es tan difícil como serparala de la independencia. El pico más difícil, el más ansiado.
Ficha
Concejal del Ayuntamiento de Ripoll (1987-1991).
Diputado en el Parlament de Cataluña (1992-2000).
Diputado en el Congreso de los Diputados (2000-2006).
Conseller de Gobernación y Administraciones Públicas de la Generalitat (2006-2008).
Presidente de Esquerra desde mayo de 2008.