Los hoteles de la Costa Daurada retan a la crisis con una gran ocupación

Los pocos hoteleros de la Costa Daurada que han abierto durante este puente de la Immaculada (8.600 plazas de las más de 45.000 existentes entre Salou, Cambrils, Vila-seca, La Pineda y PortAventura) cerrarán el balance con una medio sonrisa en la boca. La sonrisa no ha sido entera porque el mal tiempo ha cancelado alguna reserva de última hora.

«La verdad es que podemos estar satisfechos. Comparativamente con 2009, hemos subido de media 10 puntos y estamos en un 85% de ocupación», explica el vocal de la Associació Hotelera Salou-Cambrils-La Pineda, Gustavo Cabedo. De hecho, «algunos hoteles de Salou, con el Spanish Open, han colgado el cartel de completo este fin de semana», añade.

La ocupación, además, ha esquivado la huelga encubierta de los controladores aéreos «porque el cliente de final de año es un turista próximo, que viene en coche. La mayoría nacional», argumenta Cabedo. Al igual que los hoteles, en PortAventura el puente también ha sido un buen fin de semana largo. El parque temático, sin embargo, no da cifras hasta final de temporada. Otras zonas de Catalunya sí que han clamado al cielo por la huelga de los controladores y aseguran desde Barcelona que la pérdida de vuelos ha significado una reducción del 12% de turistas en la capital catalana.

Los comerciantes

Las cifras optimistas de los hoteleros de la Costa Daurada no han sido tan positivas para los comercianes, que continúan notando la crisis. A la espera del balance oficial, el presidente de la Unió de Botiguers de Cambrils, Tomàs Sierra, aseguraba ayer que «el Puente ha sido muy flojo, ha habido poca gente, menos que el año pasado», asegura. Además, Sierra cree que el turismo ha disminuido porque la gente ha preferido hacer turismo de interior. «La apertura de las estaciones de esquí han hecho que la gente haya preferido la montaña que el mar», comenta.

En La Pineda, el presidente de la Associació d’Empresaris Pineda Platja, Jordi Carbonell, explicaba que «estamos en un lugar de la costa privilegiado. Si el tiempo acompaña, La Pineda es un hormiguero de gente y ello beneficia a los negocios que están aquí».

Carbonell, sin dar cifras, reconoce que «se ven las tiendas con clientes, los restaurantes llenos y un movimiento importante tanto de turistas como de gente de municipios vecinos. Pero también es cierto que el consumo sigue siendo bajo, ya que la crisis no permite demasiadas concesiones».Si en La Pineda los empresarios siguen contentos, en Vila-seca la cosa es distinta. «No vale la pena abrir en este puente. La gente termina yendo a las grandes superficies», confiesa el presidente de la Unió de Comerciants i Empresaris, Javier Laguna.

Los restauradores

Por su parte, los restauradores se muestran más optimistas. Aunque la crisis continúa siendo una de las principales batallas del sector, «el puente ha tenido un balance satisfactorio», asegura Manel Morell, presidente del Restauradors de Cambrils. «Al mediodía los restaurantes han llenado casi todos los días, y esto es una muy buena señal, pero por la noche la cosa ha ido muy floja», comenta. Además –añade– los establecimientos de la zona del Pòsit «se han visto en este sentido más afectados por las obras que se están llevando a cabo en las plaza y que dificulta la circulación por las calles colindantes».