Ni Antoni Castells, ni Montserrat Tura, ni Carme Chacón. Ha sido Jordi Hereu el primer cargo del PSC en dar un paso adelante en el camino para liderar a un partido sin líder.  

El alcalde de Barcelona ahondó ayer durante una visita a Madrid en las causas de la abultada derrota electoral que sufrieron los socialistas catalanes y dio su receta para sacar al partido de su actual crisis. Hereu, muy cuestionado por los hasta ahora máximos responsables del PSC (Montilla ni le ha ratificado como candidato a la alcaldía de Barcelona), aprovechó para reivindicarse.

Él es ahora el principal activo socialista. Si pierde la alcaldía en mayo, la crisis del partido se agudizará. Si la gana, será el miembro del PSC con más poder. Y lo quiere rentabilizar.

Críticas al tripartito

"Recuperar la centralidad social, política y cultural para poder gobernar en condiciones diferentes la Cataluña de 2014" es el reto que, según Hereu, tiene ahora su partido. "Sólo con la centralidad se obtiene la mayoría", alertó ayer ante empresarios de la capital y algún miembro del PSOE, aunque sin ningún ministro presente. "En algunos aspectos nos hemos desenfocado", reconoció el alcalde, que criticó al tripartito por haber sido "un Gobierno sin proyecto común y mucho ruido mediático".

Hereu no quiso ahondar en la tradicional disputa interna del PSC entre las dos almas del partido. "Saldría mal el PSC de un congreso en el que una ganara a la otra", advirtió, aunque matizó que "no hay centralidad política en Cataluña fuera del catalanismo". Eso sí, reclamó "mayor visibilidad del PSC en Madrid y en las estructuras del Estado".

El alcalde hizo un discurso basado en las consecuencias de las elecciones catalanas y dedicó mucho menos tiempo a Barcelona, de la que dijo que es una ciudad "social y solvente". En referencia al candidato de CiU a la alcaldía, Xavier Trias, alertó de que "un cambio de modelo" tendrá "consecuencias".

Hereu saltó ayer al ruedo "más decidido que nunca".