Domingo, 22 Noviembre 2009...7:28 pm

¿A quién representan las asociaciones de vecinos de Barcelona?

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Cuando escribo estas líneas acabo de asistir a una concentración contra la corrupción organizada por la Federación de Asociaciones de Vecinos y Vecinas de Barcelona, la FAVB. Ciutadans-Partido de la Ciudadanía (C’s) fue invitado a asistir por una de las organizaciones convocantes, una plataforma transversal cuyo principal objetivo es impedir un nuevo atentado urbanístico en su distrito. Los representantes de esta organización son conscientes de la importancia de movilizar al mayor número de personas para lograr este objetivo, ya que tener una ciudad habitable es algo que interesa a todos los ciudadanos, independientemente de su adscripción ideológica. Lo mismo puede decirse de la lucha contra la corrupción: quienes roban dinero público están robando a todos los ciudadanos.

 

C’s, en todos sus programas electorales, ha incluido propuestas para combatir la corrupción política, como el desbloqueo de las listas electorales, la limitación de mandatos, la participación ciudadana en los planes urbanísticos y la defensa y mejora de los mecanismos de control. También hemos reclamado comisiones parlamentarias para investigar los casos de corrupción, a las que se han opuesto sistemáticamente los demás partidos. Es por este motivo que C’s decidió apoyar esta concentración. Sin embargo, lo que hemos oído en la plaza de Sant Jaume nos ha dejado un sabor amargo. Lo que debería haber sido una manifestación de todos los vecinos de Barcelona reclamando transparencia y ética política, algo en lo que cualquier ciudadano estaría de acuerdo, se ha convertido en una concentración antisistema, repleta de incoherencias.

 

No es razonable exigir el cumplimiento de la ley, al mismo tiempo que se sostiene que la ley solo defiende a los poderosos. Si así fuera, no habría manera de combatir legalmente la corrupción, que es lo que estos mismos oradores reclamaban. No es justo culpar a las democracias liberales de ser las responsables de la corrupción, cuando son estos sistemas los únicos que, mediante elecciones, libre información e independencia judicial, permiten que estos casos afloren y sean combatidos judicialmente, al mismo tiempo que sus responsables políticos puedan ser castigados en las urnas. No es coherente que organizaciones que dependen para su supervivencia de generosas subvenciones municipales y que dicen defender el interés general, se declaren antisistema.

 

Algún responsable de la FAVB debería preguntarse por qué una concentración contra la corrupción en Barcelona, en la que participaban 65 asociaciones, solo logró concentrar a unos pocos centenares de personas; por qué el movimiento asociativo está tan fragmentado y es tan poco eficaz. Quizá encuentre la respuesta en la propia dependencia institucional de muchas de estas asociaciones, y en su radicalismo político. Un movimiento que no sea transversal, que no esté dispuesto a integrar a todas las personas dispuestas a trabajar por una meta común, como la mejora de la calidad de vida en nuestras ciudades o la lucha contra la corrupción, difícilmente conseguirá sus objetivos, ni llegará nunca a representar a un porcentaje significativo de la población. Las asociaciones de vecinos se habrán convertido en un arma más de lucha política, ya lo están siendo en buena medida, pero no estarán defendiendo el interés general.

 

 

Koldo Blanco

 

Ilustración: © Andrea Rauch para Le Avventure di Pinocchio (Milano, Nuages, 2006).

 

 

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