Jueves, 30 Julio 2009...11:55 am

Barcelona, traicionada

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Lo dice Alfonso Huéscar, portavoz de la Coordinadora de Vecinos y Entidades de Les Corts: el alcalde Hereu nos ha traicionado. No sólo el alcalde, cabe añadir, y no sólo al distrito de Les Corts, sino a toda la ciudad. Socialistas, convergentes e independentistas republicanos han llegado a un acuerdo para desposeer a Barcelona de 7 hectáreas destinadas a equipamientos. En su lugar construirán 1.625 pisos. El beneficio que obtendrá el Fútbol Club Barcelona con esta operación será, según El Confidencial, de unos 250 millones de euros, que servirán para financiar la tan glamorosa como innecesaria reforma de su campo de fútbol. Así, el Ayuntamiento se ha puesto al servicio del interés de un particular, sacrificando el de los ciudadanos barceloneses. No es la primera vez que esto ocurre.

Hace exactamente 150 años, el 9 de Junio de 1859, el Ministerio de Fomento aprobó mediante una Real Orden el Proyecto de Reforma y Ensanche de Barcelona, de Ildefonso Cerdá. Se trataba de un proyecto ambicioso, la más grande planificación de un área residencial realizada en Europa, en el que Cerdá había trabajado durante cinco años. La solución que presentó, de una gran originalidad, combinaba elementos tomados de las reformas de París, insertados en la típica trama cuadrangular de las fundaciones coloniales españolas de América, y la baja densidad del crecimiento suburbano de Londres. Pero lo más importante fue que se trataba de un diseño racional, fundamentado en un análisis de las exigencias de circulación viaria y de higiene de las viviendas. El plan aseguraba la uniformidad de las condiciones de edificación, reservaba grandes extensiones de terreno destinado a zonas verdes, y se proponía abrir el interior de las manzanas para configurar paseos, plazas y jardines. Éste era el ensanche de Cerdá. Pues bien, el Ayuntamiento de Barcelona lo boicoteó desde el primer momento. Si bien no pudo impedir que fuera ratificado por el gobierno, consiguió, con la complicidad del Ministerio de Gobernación y cediendo a las presiones de los propietarios, que no se aprobaran las ordenanzas y el plan económico presentados por Cerdá al año siguiente, permitió el cierre de las manzanas y la ocupación de los patios, aumentó progresivamente la profundidad y la altura de los edificios y eliminó las zonas verdes. El resultado es que el Ensanche actual, concebido originariamente para descongestionar la ciudad, es hoy el distrito más denso de Barcelona, con 354,1 hab./Ha., muy por encima de Ciutat Vella, que tiene 263 hab./Ha. (según datos de 2006). Hoy, uno de los principales problemas que tiene la ciudad es el de la falta de espacios verdes.

 

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Lo ocurrido con la recalificación de los terrenos del Miniestadi revela que, por encima de cambios políticos, nada sustancial ha cambiado en Barcelona. Las decisiones las siguen tomando los grandes propietarios, en contra del interés general. La traición del Ayuntamiento es doble: a los vecinos de Barcelona y al espíritu que animó el proyecto de Cerdá. Cabe atribuir a una mala conciencia los tres millones de euros que costará la conmemoración del aniversario de la aprobación en Madrid del proyecto de Ensanche de Barcelona. Pero esto no es algo que pueda lavarse con dinero. Serán 7 hectáreas menos de espacios libres, en una zona densificada y necesitada de equipamientos. A la larga, toda la ciudad saldrá perjudicada, y la pérdida será irrecuperable.

 

Koldo Blanco

 


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