Viernes, 30 Abril 2010...2:33 pm

La farsa de la consulta sobre la reforma de la Diagonal

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Para C’s la consulta del mes de mayo es una nueva maniobra de distracción de un desesperado Hereu, esta vez bajo las formas de farsa y fraude. C’s invita  a los ciudadanos a no participar en semejante caricatura de democracia.

 En mayo el Ayuntamiento de Barcelona convocará una “consulta popular” para decidir el proyecto de reforma de la Avenida Diagonal. Ciutadans-Partido de la Ciudadanías (C’s) no se opone a que se organicen consultas para decidir sobre determinadas cuestiones que afecten al municipio, como sería el caso de la recalificación de los terrenos del “Miniestadi”. Sin embargo, tal y como está planteada, esta consulta constituye un simulacro y un fraude a la ciudadanía.
 
Es un simulacro porque no se podrá votar simplemente “si” o “no”, como en cualquier referendo normal, sino que habrá que escoger entre dos propuestas sin que los responsables municipales hayan explicado cuál de ellas es la que consideran más conveniente, ni las ventajas y los inconvenientes de cada una de ellas. Además, se permitirá votar a los menores de 18 años y a todas las personas empadronadas en Barcelona, aunque no sean de una nacionalidad de la Unión Europea.
Es un fraude porque la organización de esta consulta ha costado tres millones de euros. El Alcalde no ha organizado una simple consulta popular sino que ha puesto en marcha una tremenda campaña de propaganda política en beneficio propio. El fraude se confirma cuando vemos, además, que una entidad tan implicada en el proyecto como es el RACC, también critica públicamente las carencias y defectos de esta iniciativa urbanística.
 
Esta consulta pone de manifiesto también la debilidad no sólo de los criterios de la alcaldía, sino de todos los socios del gobierno municipal. La misma convocatoria y la posibilidad del voto negativo fueron impuestas por ERC y CiU, respectivamente.
 
Uno de los lemas de la campaña es: “¿Quina Barcelona volem?”. La respuesta a esta pregunta es muy sencilla. Los ciudadanos de Barcelona, como los de cualquier otra ciudad del mundo, lo que quieren una ciudad más limpia, más segura, con más zonas verdes, mejores servicios, con un tráfico fluido y menos contaminación. Conseguir tales objetivos es para lo que los ciudadanos pagan su sueldo a los políticos y a los técnicos que les asesoran. Se debe exigir a todos ellos que trabajen para resolver los problemas y que no creen otros nuevos. Es intolerable que los políticos trasladen a los ciudadanos la responsabilidad de tomar las decisiones institucionales.
 
Una pregunta que deberían hacerse todos los ciudadanos de Barcelona es ¿qué ocurrirá si gana el “no”? (algo muy posible, dada la división del voto afirmativo). En ese caso, el Alcalde habrá malgastado inútilmente tres millones de euros (3.000.000 €). Y tendrá que abandonar un proyecto, otro más de los que se acogen a eso que dan en llamar “la marca de Barcelona”, que podría resultar beneficioso para la ciudad si se afrontase desde otros criterios. Si el Alcalde está convencido de que la reforma de la Diagonal es necesaria, lo que debe hacer es presentar la mejor propuesta posible y defenderla, contando con el juicio de los técnicos municipales, en las próximas Elecciones Municipales de 2011. La falta de ideas y de compromiso del Alcalde se hace evidente en éste y otros muchos temas.
 
En opinión de C’s cualquier reforma que se lleve a cabo sobre la Diagonal -independientemente del resultado de este referendo- deberá garantizar necesariamente el mantenimiento del arbolado en toda la Avenida; garantizar una mejora significativa del tránsito viario y peatonal, sin que por ello empeore el tráfico en las calles adyacentes; y garantizar también la posibilidad de planificar la obra de manera que genere el menor número de molestias a vecinos y usuarios.
 
Por todos estos motivos, C’s se opone rotundamente a la convocatoria del referendo, y solicita a todos los ciudadanos de Barcelona que se abstengan de participar en este simulacro -supuestamente bienintencionado, pero a todas luces defectuoso y caro- organizado por un alcalde cautivo de sus socios políticos.

Federación de Barcelona (ciudad) - Área de Acción Política - Subárea de Política Municipal.

4 Comentarios

  • No solo es una pantomima publicitaria, sino que es un camelo, pues, para empezar, el Ayuntamiento no tiene dinero para acometer una obra de esa envergadura. La obra, de empezarse, se tendría que realizar por tramos, paralizando el tráfico y toda actividad en la zona. Po tanto la paralización de la Diagonal como tal, duraría décadas, con el coste casi inasumible para los comercios de ese área, por no hablar de la hipoteca del presupusto municipal anual, que representarían la obras. Pero claro, el alcalde tiene otro banderín al que asirse para hacerse propaganda en las próximas elecciones (el otro es los Juegos de Invierno, manda narices, en una ciudad mediterránea).

  • A mí lo que más me ha gustado es la consulta a los niños para que den su opinión sobre la reforma de la Diagonal. Yo creo que los niños deben jugar, ir al cole y poco más. ¿Para qué pagamos a tanto experto si acabamos preguntando a los niños? Y no es gratis, estas campañas valen millones de euros que pagamos entre todos.

  • Dos datos que abonan la descalificación que la nota hace de esta consulta: 1.-El Colegio de Ingenieros de Caminos de Cataluña cuestiona las dos propuestas y dice que «las consultas populares sobre infraestructuras no deberían tratar sobre cuestiones técnicas difíciles de valorar, relativamente especializadas» (leer). 2.- En la presentación de la campaña para la consulta soberanista de Sabadell, Miquel Calzada ha animado a todos a participar “en todas las consultas, ya sean sobre la independencia o sobre el cuarto cinturón” (leer). Es evidente que para los nacionalistas la invitación a participar en la consulta sobre la Diagonal sirve también para inducir al ciudadano incauto a votar en su referéndum.

  • En efecto, Ramón. Las tres últimas líneas de tu comentario contienen un elemento fundamental a tener en cuenta. Es el de la perversa y tramposa estrategia nacionalista del silogismo populista, disfrazada de consultas populares. Y todos sabemos que la participación popular es un truco; que sólo interesa cuando hay algo gordo que cortar desde el poder, en este caso allanarle el camino al soberanismo catalanista. Has puesto el dedo en la llaga, sin duda.

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