Jueves, 20 Mayo 2010...8:41 pm

Quo vadis, Barcelona?

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OPINIÓN

Desde que nací en 1979, los sucesivos alcaldes del PSC han gobernado la ciudad de Barcelona, desde hace 30 años los nacionalistas, con diferentes etiquetas, gobiernan la Generalitat, y desde 1996 con la complicidad del PP, incluso con el liderazgo del PSC en la etapa tripartita.

Es verdad que Barcelona es una ciudad más limpia, estructurada y rehabilitada arquitectónicamente que la de finales de los 70, pero también es cierto que es una ciudad más apagada y aletargada socialmente que la de aquellos años. Lamentablemente, hoy la capital catalana en España es menos relevante política, económicamente y, sobre todo, socialmente y culturalmente hablando. La segunda ciudad más poblada de nuestro país, que por sus características geográficas, históricas y sociales debería haberse convertido en la capital industrial, económica y cultural de España, ha acabado siendo una capital de cartón-piedra para turistas y ciudadanos aburridos, un cascarón sin vida interna, sin dinamismo económico, sin personalidad más allá del magnífico parque temático modernista o nuestras playas urbanas. Barcelona es hoy un gran plató televisivo para rodar películas de Woody Allen, pero es menos libre para sus ciudadanos, está más muerta que viva. Evidentemente, los diferentes alcaldes socialistas son responsables de ello, especialmente al dedicarse más al maquillaje y la estética que a conservar las constantes vitales de una ciudad que era hace treinta años el hervidero de los movimientos sociales, de la cultura española y oasis de libertades dentro de una España demasiado casposa por aquel entonces.

Los respectivos alcaldes han permitido que el corazón de la ciudad, la vitalidad de sus calles, de sus barrios, quede anestesiada por el provincianismo nacionalista de Pujol y del Tripartito. Los nacionalistas han visto siempre a la Barcelona cosmopolita, libre y mestiza como el enemigo a batir para construir su nación de ciencia-ficción, impuesta a golpe de subvención y multa, a base de enfrentamiento y victimismo frente a la capital de España, Madrid.

Los que por edad sólo hemos conocido la Barcelona estética, la provinciana, la de los teatros vacíos ocupados por malas obras subvencionadas hechas en catalán, la de los radares, la de las sanciones a quienes rotulan sus comercios en castellano, la que se declara antitaurina y pretende cerrar la Monumental por decretazo, la de las zonas azules, verdes y de todos los colores, tenemos derecho a soñar con otra Barcelona. Queremos una ciudad dinámica, divertida, cosmopolita, libre de imposiciones culturales o identitarias, abierta a España y a Europa, que se convierta de nuevo en un imán para atraer a emprendedores, valientes y gente con talento de otras partes de España y del mundo.

En las próximas elecciones habrá que escoger qué modelo queremos para nuestra ciudad y para Cataluña. Los que sólo se preocuparon en treinta años de la estética olvidándose del corazón y del alma que tuvo antaño la ciudad están deslegitimados para cambiar las cosas, y más después de gastar tres millones de euros en la enésima operación de marketing del PSC con la absurda consulta de la Diagonal. Pero los que durante veintitrés años se dedicaron con la complicidad del PPC a anestesiar y asfixiar la libertad y el liderazgo de Barcelona en España a base de victimismo aún son peores. Nuestra capital necesita un nuevo modelo político, social y económico para la próxima década: la Barcelona de las libertades frente a la Barcelona de las prohibiciones.

 

Albert Rivera

Albert Rivera es el candidato a Presidente de la Generalitat por Ciutadans-Partido de la Ciudadanía (C’s)

2 Comentarios

  • Muy bien Rivera, eres un crack: a los 16 años eras campeón de natación de Cataluña, ahora -no bien cumplidos los 30- eres el campeón de la política catalana.

  • Barcelona necesita que la voz de CIUTADANS se tenga en cuenta en el Ayuntamiento para enderezar su rumbo equivocado, condicionado por el nacionalismo, la partitocracia anquilosada y la incompetencia. No deben repetirse burlas a los intereses de los ciudadanos, como la recalificación del MINIESTADI y la consulta para la reforma de la DIAGONAL.

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