Martes, 12 Abril 2011...12:30 pm

El día más largo

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OPINIÓN

por Matías Alonso

 

En 1959, bajo este título, el periodista y escritor irlandés Cornelius Ryan expuso con brillantez los acontecimientos del 6 de junio de 1944 en la península de Normandía. Se trata de una muy buena novela, documentada en más de dos mil entrevistas personales con protagonistas de los hechos que se relatan. Y no cabe duda de que para todos y cada uno de los intervinientes en esa cruda batalla la jornada de aquel martes de primavera normanda fue especialmente larga.

En la primavera barcelonesa de 2011 el domingo 10 de abril se ha convertido, también, en el día más largo. El 10-A ha sido elegido por la plataforma Barcelona decideix para convertirse en la jornada más larga de la historia política catalana. Hace varios meses que se inició en la ciudad de Barcelona la campaña de recogida de sufragios en la que el eje central es el apoyo a la segregación de Cataluña del resto de España. El 10 de abril de 2011 empezó, para los barceloneses, el 13 de diciembre de 2010 con la campaña de recogida de voto anticipado.

Pese a su duración y al usual despliegue de los medios de comunicación públicos y privados catalanes, la participación final no pasa del simple fracaso. Tampoco la cosa daba para más, como se empeñan en anunciar machaconamente las encuestas: el apoyo a la independencia, en Cataluña, no alcanza a la cuarta parte de la población.

La épica de la larga jornada se circunscribe en lo anecdótico. La propia plataforma organizadora, consciente de que la participación fue minúscula pese al despliegue de medios, centra la atención en que “los miembros de una mesa interior de Horta-Guinardó no han dudado ni un segundo en salir a la calle para facilitar el voto a una vecina incapacitada”. El resto de la épica la pondrán los portavoces, los políticos interesados en el éxito de la consulta y los medios de comunicación de la Cataluña oficial.

Sobre las 22:00 horas del larguísimo 10 de abril acabó la pantomima seudodemocrática. A partir de ahí, todo tipo de valoraciones entre las que no faltarán los intentos de justificar el fracaso.

Nada que objetar, salvo el sesgo separatista que subyace en gran parte de las informaciones que se emiten sobre el evento. Sea cual sea el resultado, será inocuo aunque resulte cansino.

 Pero el 10-A, que en estos días es el principal sujeto de la información en Cataluña, es un verdadero juego de niños en comparación con el 13-A. La verdadera mascarada se perpetrará previsiblemente ese día en el máximo órgano de representación de la ciudadanía catalana, el Parlamento de Cataluña. En el Pleno del miércoles 13 de abril se someterá a votación la moción a favor de la independencia de Cataluña, promovida por SI con el apoyo militante de CiU y ERC, que basa el desarrollo político de la comunidad catalana en el nunca bien ponderado ejemplo de la República de Kosovo. Se plantea “negociar con la comunidad internacional” y que el Parlamento pueda declarar la independencia de Cataluña por “mayoría absoluta” de los diputados reunidos en “sesión solemne”.

 En fin, en estos días de abril, en pleno siglo XXI, una minoría de catalanes sigue empeñada en levantar fronteras acogiéndose a modelos poco edificantes. Pero es su firme voluntad. CiU (como máximo responsable), ERC (como palmero necesario) y SI (en su denodado esfuerzo por demostrar que el Parlament de Catalunya “es un parlament de fireta”), en plena estación primaveral nos toman por primaveras.

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