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ENTREVISTA
Beatriz Mato
Conselleira de Trabajo y Bienestar
La responsable de esta cartera, Beatriz Mato Otero, fue la encargada de inaugurar, ayer, el XIV Congreso Estatal de Voluntariado que se celebrará hasta el próximo jueves en La Coruña. Un evento que, en tiempos adversos, pone «en valor» la solidaridad.
—¿Qué significa para Galicia acoger este congreso justo en el Año Europeo del Voluntariado?
—Para Galicia es una satisfacción que este congreso llegue tras la «resaca» del Xacobeo, que es un fiel ejemplo de lo que ha sido el espíritu voluntario desde hace siglos, alrededor del Camino de Santiago; en el Año Europeo del Voluntariado y, si me apura, que haya coincidido en un momento de crisis en el que todos nos ponemos a prueba. Una época en la que los gobiernos, entidades y la sociedad en su conjunto están pasando por el examen de tener la capacidad de ordenar el puzzle de prioridades para ver dónde colocas el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas o la necesidad de atender al que más lo necesita. En los momentos difíciles es cuando se demuestran muchos valores y cualidades del ser humano.
Por otro lado, estamos al borde de un mes que quizás sea el que más sentimientos despierta, la Navidad.
—«Camiños da solidariedade» es el lema. ¿Qué sendas se seguirán después de estos días?
—Van a participar 38 expertos, no sólo de Galicia sino también de fuera del país, y 68 stands exponen sus actividad. De aquí vamos a poder sacar nuestras conclusiones, que yo espero que sean fructíferas y provechosas para todos. Nosotros tenemos la oportunidad de incorporarlo a un camino, que ya hemos comenzado en este otoño, el tercer Plan gallego del Voluntariado. Éste nace como un pilar de la Ley de Acción Voluntaria, aprobada recientemente por unanimidad.
Es importante saber que todos los partidos políticos han apoyado una norma que viene a recoger las directrices de la Unión Europea y en la que se incluye la posibilidad de acreditar la acción voluntaria y que, además, aplica las nuevas tecnologías al voluntariado. Esta ley viene a actualizar la realidad que hoy vivimos en España y en Galicia y a poner en marcha el plan donde, tras el congreso, esperamos incluir todo lo que nos aporten los expertos que van a participar.
—Este plan impulsa, también, el voluntariado entre personas mayores y con discapacidad...
—Estamos desarrollando todas las medidas que tenemos a nuestro alcance para poner en macha estos proyectos. Hay uno que no solo vincula a personas mayores y con discapacidad sino también al voluntariado juvenil. Hemos creado una bolsa de jóvenes con espíritu voluntario y otra en la que subvencionamos proyectos.
Nuestro presupuesto para este año, teniendo en cuenta las circunstancias, ha crecido en un ocho por ciento con el fin de apoyar todos los proyectos de voluntariado. La palabra «crecer» es difícil decirla y más hacerla, pero tengo claro que, desde esta Consellería hemos marcado para 2012 nuestras prioridades. Nuestro objetivo es darle cobertura al que más lo necesita. Lo defino con una palabra que es altisonante pero se traduce con voluntad y con que, en un periodo de ajuste, hemos incrementado nuestras partidas para la atención a las personas que están al borde de la exclusión social o que están pasando por ciertos momentos difíciles.
Así, aumentamos en un trece por ciento la renta de integración social, primero en un tres y a petición de los sindicatos, un diez más. Nos han hecho constatar que hay una realidad fuera a la que hay que dar respuesta. Se ve con todas las entidades que están en este congreso y se resuelve poniendo por delante a las personas.
—¿Influyen los tiempos de crisis y las altas tasas de desempleo en la acción voluntaria?
—Sí, pero no diría que influyen para mal, todo lo contrario. No se ha comprobado que con un repunte de la crisis o un aumento del paro haya más acción voluntaria, pero sí es verdad que gracias a la labor de muchas entidades sociales que, día a día, se están esforzando por trasladar la situación difícil en la que vivimos, nos damos cuenta de que hay quien está muchísimo peor que nosotros.
Por este motivo, se está despertando esa chispa solidaria que muchas veces dejamos escapar y que en momentos como estos no la dejamos pasar. A través de la mesa de diálogo establecida entre la Xunta y las entidades sociales, estamos viendo que hay más gente que se acerca a estas instituciones no sólo para pedir sino también para ayudar.
—¿Puede llegar el punto en que se confunda ser voluntario con una oportunidad laboral?
—Sí, pero cualquiera que entre en un proyecto solidario tiene que darle la vuelta al chip y pensar que la acción puede ser muy importante para la persona que tienes enfrente pero que, probablemente, también lo sea para ti mismo. No hay nada detrás de una acción voluntaria, en el sentido económico o formativo. No hay un estímulo que diga que, por participar, tengas una puerta abierta para introducirte en el mercado laboral o a adquirir una formación que va a ser acreditada o una remuneración económica. Y es que en eso consiste el voluntariado, sino estaríamos hablando de otra cosa.
