En apoyo al PRE

Viernes, 23 Noviembre, 2012

Las próximas elecciones catalanas van a convertirse, por voluntad de las circunstancias y del gobierno catalán de CiU, en algo mucho mas trascendente que la composición del próximo parlamento catalán y por ende de quien gobierne en Cataluña.

No es que la cuestión de fondo sea la independencia de Cataluña, como pretenden los independentistas de voz en cuello, sino que muy por encima de ese debate lo que verdaderamente está en juego, con o sin independencia, es el desmantelamiento de la sociedad de bienestar, al igual que el resto de España. En este firme propósito dirigido contra la inmensa mayoría de los ciudadanos, el PP y CiU se muestran en perfecto acuerdo y armonía, sirven a los mismo amos, a los mismos intereses, sobradamente conocidos, y no van a cejar en llegar hasta el final en su batalla contra las clases con menor poder adquisitivo, a fin de esquilmarlas al máximo en beneficio propio.

Ha sido fácil para el gobierno de CiU echar mano de las emociones nacionalistas de muchos catalanes, siempre alimentadas por los despropósitos sucesivos de los Gobiernos Centrales, que no han tenido jamás desde la Transición una verdadera visión de Estado vertebradora, limitándose a pactos con los nacionalistas conservadores para sacar adelante sus programas de gobierno sin importarles las consecuencias a medio y largo plazo. No ha habido en todos estos años un proyecto de España creíble y con verdadero contenido integrador, por parte del PP y del PSOE, ni siquiera puede hablarse de que haya habido un proyecto territorial digno de tal nombre, ya que el “café para todos” que fue el Estado de las Autonomías creó desigualdades y tensiones que nunca han sabido resolverse. Es ahora, cuando ven las orejas al lobo, cuando algunos de los que han ejercido el poder se atreven a balbucear sin convencimiento la palabra “federalismo”, algo que desde IR llevamos muchos años preconizando. Aquí tenemos ahora los resultados del pasteleo de la Transición.

Los resultados del 25N pueden llevar al Gobierno Central, y al régimen, a un callejón sin mas salida que la reforma constitucional, o a una carrera desbocada por salvar lo insalvable con consecuencias desconocidas, y potencialmente muy peligrosas. La victoria de CiU no sabemos si llevaría a Cataluña a la independencia, pero lo que sí sabemos es que llevaría al pueblo catalán a unos mayores niveles de pobreza, al desmantelamiento de los servicios sociales, a mayores penurias e injusticias, a una sociedad mas injusta e insolidaria; y no por la avaricia depredadora de España, entelequia esta sin el mas mínimo fuste, sino por la mala gestión de los sucesivos gobiernos catalanes, y que ahora algunos de sus actores esconden sus responsabilidades y sus vergüenzas en un fervor patriotero y populista, que no es otra cosa que una desvergonzada hipocresía.

El panorama político de la mayoría de los partidos con representación en el Parlamento de Cataluña un espectáculo esperpéntico que promete graves y serios conflictos en los próximos años, en el que se pueden encontrar, entre otras perlas engastadas, el rancio tufo españolista del PP, con las vergonzantes declaraciones del Sr. Wert sobre la “españolización” de los niños catalanes, como si no fueran españoles, el apoyo, aparentemente incondicional, de ERC a CiU, en la cuestión de la independencia, sin una alternativa de izquierdas real y coherente que la acompañe, y la descomposición interna de los socialistas catalanes, sin ideas ni alternativas claras, como en el resto de España.

El PSC no ha tenido un referente federalista a nivel estatal que apoyara y pusiera en práctica su discurso, y esa incoherencia, unida a otras muchas, ha sido utilizada por el nacionalismo para intentar barrer cualquier opción federalista del mapa. Sin embargo, olvidan que frente a ese oportunismo que utilizaba el federalismo como un eslogan concreto en un territorio determinado, existe una izquierda federalista catalana, el Partit Republicà d’Esquerra, que no altera su discurso fuera de Cataluña y que sí cuenta con un respaldo inequívoco, el de Izquierda Republicana, para promover esta posición en el resto de España.

Izquierda Republicana es la izquierda que ha reivindicado el federalismo en toda España mientras que para otros no ha pasado de ser una consigna arribista; lo ha reivindicado con coherencia desde la Transición frente a un sistema autonómico que, avalado por el nacionalismo conservador de CiU y por el PSOE, nació ya viejo, por no asumir el marco natural que por su composición social, territorial y cultural le correspondería a España, una estructura federal.

Este sistema autonómico ha dado muestras en pocos años de la más absoluta ineficacia, el abuso del recurso al centralismo por parte de los gobiernos centrales ha mostrado el verdadero rostro de un régimen incapaz de articular de forma eficaz el estado, y fruto de aquel cicatero planteamiento, de su mezquindades y sus carencias se ha llegado a la situación actual.

Frente a tanto despropósito político, la candidatura de nuestros compañeros del PRE ofrece en Cataluña una alternativa razonable, factible y netamente progresista y de izquierdas, como solución a los muchos y graves problemas que tiene el pueblo catalán, en lo político, en lo social y en lo económico. A pesar de la antidemocrática exigencia de la presentación de avales para las candidaturas sin representación parlamentaria, y que ha obligado a la recogida de las firmas del 0,1 % del censo electoral en cada provincia en tan solo ocho días, el PRE presenta candidaturas en las provincias de Gerona y Lérida; su entrega y dedicación a la causa republicana lo han hecho posible. Su causa es la nuestra, y también lo será, sin duda, de muchos catalanes que quieran un futuro mejor, que voten para enterrar definitivamente la mezquindad, la injusticia, la incompetencia y la podredumbre.

Izquierda Republicana

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