Eldiario.es

Periodismo a pesar de todo

Lluís-Anton Baulenas

Lluís-Anton Baulenas (Barcelona, 1958) es novelista y dramaturgo y decidió dedicarse a la literatura profesionalmente desde los 29 años. Entre otras, ha publicado las novelas Rampoines 451 (Columna, 1990), Noms a la sorra (Columna, 1995; finalista del premio Sant Jordi, 1994), Alfons XIV (Columna, 1997; finalista del premio Sant Jordi, 1996) o El fil de plata (Columna, 1998; premio Carlemany, 1998; premio Crítica Serra d'Or, 1999); La felicitat (Edicions 62, 2001; premio Prudenci Bertrana, 2000). El año 2003 publica Amor d'idiota y el año 2004, con Per un sac d'ossos, que trata el tema de los campos de concentración en la guerra civil española, ha ganado el premio Ramon Llull de novela catalana que convoca la editorial Planeta.

  • Reacciones a sus artículos en eldiario.es: 47

El rei d'Espanya i l'estètica dels catalans

Leer versión en castellano

El rei d’Espanya fa setanta-cinc anys. Per molts anys. La relació de la corona espanyola i del rei amb Catalunya ha estat sempre basada en els clixés. Un franquista una mica espavilat ja va fer el mateix en el seu moment: Tots recordem la imatge de Pio Cabanillas, ministre d’Información y Turismo, el 1974, retratat amb barretina i porró, intentant acostar-se a l’ànima catalana, encara en vida de Franco. Els catalans són uns sentimentals, deia l’enyorat Paco Candel en el sentit que, feies l’esforç de parlar-los en català i se’t fonien a les mans. ¿Ens perd l’estètica, de debò, segons afirmava, categòric, Unamuno (ell mateix, monument a l’esteticisme necrofílic gràcies a la fascinació que li va provocar el “Viva la muerte” de Millán Astray) La monarquia espanyola sembla haver-ho entès a mitges: El rei d’Espanya, dins del marge petit d’actuació que li permet la Constitució Espanyola, mai no ha superat els clixés, ni tan sols no ho ha intentat. Ernesto Ayala Dip en parlava aquesta setmana a El País, però no tenia en compte l’afició als clixés dels mateixos catalans: Només cal adonar-se de la quantitat de bava d’admiració que provoquen les quatre paraules en català que profereixen els membres de la casa reial estant de servei. Perquè fora de servei, mai. Alfons XIII va demanar al seu hereu Joan que lluités sempre per la unitat d’Espanya. I Joan de Borbó, en el seu testament, va fer exactament igual amb el seu fill Juan Carles. De manera que tot plegat s’assembla força a una de les idees mestres del testament del mateix Franco: L’obsessió per la unitat d’Espanya. La família reial espanyola hauria de parlar amb fluïdesa, després de trenta-vuit anys de regnat, les llengües d’Espanya. Òbviament, no és així. Si a mi me n’haguessin demanat l’opinió hauria implorat, si us plau, que, posats a fer, no parlessin ni gota de català, mai. Sempre en castellà. O en llatí. La monarquia, per se, és anacrònica. Per la història quedarà l’actitud del cap de l’Estat respecte a la llengua catalana. El rei de Bèlgica va posar-se malalt per no haver de firmar la llei de l’avortament aprovada pel parlament del seu país. El rei d’Espanya no es va posar malalt a l’hora de llegir el discurs que li havien preparat sobre el fet que la llengua castellana mai no havia estat vehicle d’imperi o d’imposició. Ja li va semblar bé. Aquest gener, el rei d’Espanya fa setanta-cinc anys. Que els compleixi amb salut. I si està recuperat, divertint-se d’aquesta manera tan curiosa que té i que ara ja coneixem. Però per sempre quedarà que la seva institució, podent fer moltíssim per la comprensió de la plurinacionalitat de l’Estat, no va fer-hi gairebé res. I també quedarà que molts catalans, ansiosos per ser bons súbdits, no solament van fer-hi els ulls grossos sinó que van interpretar les quatre molles llençades a terra com una prèvia del tiberi que després mai no va arribar.

Seguir leyendo »

El rey de España y la estética de los catalanes

Llegir versió en català

El rey de España cumple setenta y cinco años. Felicidades. La relación de la corona española y del rey con Cataluña se ha basado siempre en los clichés. Un franquista algo avispado ya hizo lo mismo en su momento: todos recordamos la imagen de Pío Cabanillas, ministro de Información y Turismo, en 1974, retratado con barretina y porrón, intentando acercarse al alma catalana, aún en vida de Franco. Los catalanes son unos sentimentales, decía el añorado Paco Candel, en el sentido de que hacías el esfuerzo de hablarles en catalán y se te fundían en las manos. ¿Nos pierde la estética, de verdad, como afirmaba, categórico, Unamuno (él mismo, monumento al esteticismo necrofílico gracias a la fascinación que le provocó el "Viva la muerte" de Millán Astray)? La monarquía española parece haberlo entendido a medias: el rey de España, dentro del margen pequeño de actuación que le permite la Constitución Española, nunca ha superado los clichés, ni siquiera lo ha intentado. Ernesto Ayala Dip hablaba de ello esta semana en El País, pero no tenía en cuenta la afición a los clichés de los mismos catalanes: sólo hay que darse cuenta de la cantidad de baba de admiración que provocan las cuatro palabras en catalán que profieren los miembros de la casa real estando de servicio. Porque fuera de servicio, nunca. Alfonso XIII pidió a su heredero Juan que luchara siempre por la unidad de España. Y Juan de Borbón, en su testamento, hizo exactamente lo mismo con su hijo Juan Carlos. De modo que todo se parece bastante a una de las ideas maestras del testamento del mismo Franco: la obsesión por la unidad de España. La familia real española debería hablar con fluidez, después de treinta y ocho años de reinado, las lenguas de España. Obviamente, no es así. Si a mí me hubieran pedido la opinión habría implorado, por favor, que, ya puestos, no hablaran ni gota de catalán, nunca. Siempre en castellano. O en latín. La monarquía, per se, es anacrónica. Para la historia quedará la actitud del jefe del Estado respecto a la lengua catalana. El rey de Bélgica se puso enfermo para no tener que firmar la ley del aborto aprobada por el parlamento de su país. El rey de España no se puso enfermo para leer el discurso que le habían preparado sobre el hecho de que la lengua castellana nunca había sido vehículo de imperio o de imposición. Ya le pareció bien. Este enero, el rey de España cumple setenta y cinco años. Que los celebre con salud. Y si está recuperado, divirtiéndose de esta manera tan curiosa que tiene y que ahora ya conocemos. Pero para siempre quedará que su institución, pudiendo hacer muchísimo para la comprensión de la plurinacionalidad del Estado, no hizo casi nada. Y también quedará que muchos catalanes, ansiosos por ser buenos súbditos, no solo hicieron la vista gorda sino que interpretaron las cuatro migajas echadas al suelo como una previa de la comilona que luego nunca llegó.

Seguir leyendo »

Los parientes y la corrupción

Llegir versió en català

Hace unos veinticinco años tuve el placer y el privilegio de conocer a Ignasi Riera. En aquel momento era concejal de cultura del Ayuntamiento de Cornellà de Llobregat en representación del PSUC. Lo fue muchos años (1979-1994) y cada vez que, en aquella época, le oía hablar por la radio o por la tele, o leía algún escrito suyo, recordaba el día que lo conocí. Porque ese día, en una comida confraternal después de la entrega de un premio literario (él era jurado como representante del ayuntamiento de Cornellà) nos explicó la dificultad que le representaba tener que rechazar regalos continuamente. Eran de todo tipo y le llegaban por las vías más diversas, más claras o más indirectas. Él lo rechazaba todo por sistema. Incluso, nos explicaba, lo hacía en casos delicados, como los de gitanos y otras minorías culturales en los que la oferta de un presente no es necesariamente espuria sino, simplemente, una muestra de respeto. Siempre me he acordado. Y me acuerdo cada vez que se habla de corrupción. Y pienso que hay que ser muy listo -además de íntegro- para no caer en ellas. Yo mismo, no me daría cuenta y ya habría caído. Por eso también pienso que ser hijo, hermano, cuñado, etc. de un político de primera línea te carga una gran responsabilidad aunque no quieras. A menudo debe de ser una putada, y perdonen la expresión, querer abrirte paso en la vida siendo hijo del presidente del Gobierno español, catalán, francés o lo que sea, y a la vez ser honesto. Debe de ser terrible que, en un momento dado, no tengas claro si lo que has obtenido después de luchar mucho (un trabajo, un negocio, etc.) Haya sido gracias a ti o por ayudas interesadas que uno ni siquiera conoce. Si tu cuñado te anuncia que irá en las listas electorales de un partido con posibilidades de ser elegido, ya estás perdido: Ves haciendo las maletas para irte a la Antártida. Te ha jodido la vida. Si te quedas, cualquier cosa que hagas se pondrá en relación con la situación de tu cuñado (que ya es concejal, diputado provincial, diputado autonómico, diputado español ...). Y en ambos sentidos: Le podrán acusar de haberte ayudado o te podrán acusar de haberte aprovechado. Aquí, al hijo de un político conocido no se le presupone inocencia. Y, como decía antes, hay que ser muy íntegro, pero también muy listo para salirte con éxito. Los hijos de los dictadores africanos acumulan poder y riqueza durante la vida de sus padres. No se esconden. Los hijos de los presidentes de la democracia deberían recibir cursillos para saber distinguir las trampas de la corrupción y así poder evitarlas. ¿Tienen derecho a hacerse ricos los hijos de un presidente? Claro que sí, como todos. Pero sólo cuando su padre ya no sea presidente. Es una putada, pero es así. O debería ser así.

Seguir leyendo »

Els parents i la corrupció

Leer versión en castellano

Fa uns vint-i-cinc anys vaig tenir el plaer i el privilegi de conèixer l’Ignasi Riera. En aquell moment era regidor de cultura de l’Ajuntament de Cornellà de Llobregat en representació del PSUC. Va ser-ho molts anys (1979-1994) i cada cop que, en aquella època, el sentia parlar per la ràdio o per la tele, o en llegia algun escrit, recordava el dia que el vaig conèixer. Perquè aquell dia, en un dinar confraternal després del lliurament d’un premi literari (ell n’era jurat com a representant de l’ajuntament de Cornellà) ens va explicar la dificultat que li representava haver de rebutjar regals contínuament. Eren de tota mena i li arribaven per les vies més diverses, més clares o més indirectes. Ell ho rebutjava tot per sistema. Fins i tot, ens explicava, ho feia en casos delicats, com ara els de gitanos i altres minories culturals en què l’oferta d’un present no és necessàriament espúria sinó, simplement, una mostra de respecte. Sempre me n’he recordat. I me’n recordo cada vegada que es parla de corrupció. I penso que cal ser molt llest –a més a més d’íntegre- per no caure-hi. Jo mateix, no me n’adonaria i ja hi hauria caigut. Per això també penso que ser fill, germà, cunyat, etc. d’un polític de primera línia et posa damunt una gran responsabilitat encara que no vulguis. Sovint ha de ser una putada, i perdonin l’expressió, voler obrir-te pas a la vida sent fill del president del Govern espanyol, català, francès o el que sigui, i alhora ser honest. Ha de ser terrible que, en un moment donat, no tinguis clar si allò que has obtingut després de lluitar molt (una feina, un negoci, etc.) hagi estat gràcies a tu o per ajudes interessades que un ni tan sols no coneix. Si el teu cunyat t’anuncia que anirà a les llistes electorals d’un partit amb possibilitats de ser escollit, ja has begut oli: Vés fent les maletes per anar-te’n a l’Antàrtida. T’ha fotut la vida. Si et quedes, qualsevol cosa que facis es posarà en relació amb la situació del teu cunyat (que ja és regidor, diputat provincial, diputat autonòmic, diputat espanyol…). I en tots dos sentits: El podran acusar d’haver-te ajudat o et podran acusar d’haver-te’n aprofitat. Aquí, al fill d’un polític conegut no se li pressuposa innocència. I, tal com deia abans, cal ser molt íntegre, però també molt llest per sortir-te’n. Els fills dels dictadors africans acumulen poder i riquesa durant la vida dels seus pares. No se n’amaguen. Els fills dels presidents de la democràcia  haurien de rebre cursets per tal de saber distingir els paranys de la corrupció i així poder evitar-los. Els fills d’un president tenen dret a fer-se rics? És clar que sí, com tothom. Però només quan el seu pare ja no sigui president. És una putada, però és així. O caldria que fos així.

 

Seguir leyendo »

Escenificació de ruptures

Leer versión en castellano

Ara mateix, després de l’acord que permetrà la investidura del president Mas, ja sabem que s’ha fixat una data per a la celebració de la consulta sobiranista. L’horitzó del 2014 és tan proper que els mateixos que signen l’acord ja han pactat que, si cal, es pot prorrogar aquesta data. Molt bé. Però el fons de la qüestió, el que molts ciutadans es pregunten, és per què es dóna tant de marge estratègic a la classe política espanyola i, sobretot, als mitjans de comunicació donant per sentat que la consulta es farà igualment. Aquí hi ha una contradicció de termes: un grup de diputats catalans escollits segons les lleis espanyoles proposen una actuació contrària a aquestes mateixes lleis. Es pot entendre si es parteix de la base que Espanya mai no acceptarà aquesta consulta sobiranista. I que aquest és l’únic camí. Però si és així, ja que qui ho durà a terme ho farà gràcies a una representativitat legal espanyola, què impedeix de forçar el trencament de manera conjunta? Vull dir que és molt diferent convocar un referèndum directament, obviant la legalitat constitucional d’Espanya que no pas fer-ho igualment després de passar –i fracassar- legalment per Madrid. D’aquesta manera tens la legitimitat que et dóna que, si més no, has intentat pactar el procés i no t’han deixat. Ibarretxe ho va fer així. Li van tombar la proposta i no va passar res perquè el seu partit i els bascos, majoritàriament no van voler. A casa nostra és diferent. Si el president Mas va a Madrid a demanar un canvi a la llei espanyola de consultes que permeti fer un referèndum d’autodeterminació a Catalunya i, presumiblement, l’hi tomben, s’omple de raons per agafar el camí que cregui convenient, ja fora de la llei espanyola. I a diferència dels bascos, amb una part importantíssima de l’electorat darrere. Ja va fer-ho així amb el pacte fiscal. Per què no repetir l’acció amb una qüestió immensament més important? O és que després de trenta-cinc anys de Constitució espanyola, ens vindrà ara l’escrúpol d’anar a Madrid?

Seguir leyendo »

Escenificación de rupturas

Llegir versió en català

Ahora mismo, tras el acuerdo que permitirá la investidura del presidente Mas, ya sabemos que se ha fijado una fecha para la celebración de la consulta soberanista. El horizonte del 2014 es tan cercano que los mismos que firman el acuerdo ya han pactado que, si es necesario, se puede prorrogar esta fecha. Muy bien. Pero el fondo de la cuestión, lo que muchos ciudadanos se preguntan, es por qué se da tanto margen estratégico a la clase política española y, sobre todo, los medios de comunicación dando por sentado que la consulta se hará igualmente. Aquí hay una contradicción de términos: un grupo de diputados catalanes elegidos según las leyes españolas proponen una actuación contraria a estas mismas leyes. Se puede entender si se parte de la base de que España nunca aceptará esta consulta soberanista. Y que éste es el único camino. Pero si esto es así, ya que quien lo llevará a cabo lo hará gracias a una representatividad legal española, qué impide forzar la ruptura de forma conjunta? Quiero decir que es muy diferente convocar un referéndum directamente, obviando la legalidad constitucional de España que no hacerlo igualmente después de pasar -y fracasar- legalmente por Madrid. De esta manera tienes la legitimidad de haber, cuando menos, intentado pactar el proceso y no te han dejado. Ibarretxe lo hizo así. Le tumbaron la propuesta y no pasó nada porque su partido y los vascos, mayoritariamente, no quisieron. En nuestro caso es diferente. Si el presidente Mas va a Madrid a pedir un cambio en la ley española de consultas que permita hacer un referéndum de autodeterminación en Cataluña y, presumiblemente, se lo tumban, se llena de razones para tomar el camino que crea conveniente, ya fuera de la ley española. Y a diferencia de los vascos, con una parte importantísima del electorado detrás. Ya lo hizo así con el pacto fiscal. ¿Por qué no repetir la acción con una cuestión inmensamente más importante? ¿O es que después de treinta y cinco años de Constitución Española, nos vendrá ahora el escrúpulo de ir a Madrid?

Seguir leyendo »

L'era de la banalitat periodística

Leer versión en castellano

Estem acostumats a observar els artistes i membres del món de l’entreteniment nordamericà (hi comptem els esportistes, també) comprometre’s en les més diverses causes i expressar la seva opinió sobre els temes socials i polítics d’actualitat. A Catalunya, a Espanya, això encara és molt minoritari. Hi ha actors clarament arrenglerats políticament a qui no importa exposar públicament la seva ideologia. Ens vindrien de seguida al cap uns quants noms. Aquí, l’artista, l’actor, és apolític per essència. Encara queda viva –i per molts anys- tota la generació de còmics crescuda amb el franquisme. Amb els esportistes passa igual. Però ara, ni qui sigui per imitar un cop més la idiosincràcia dels Estats Units, on aquest comportament té raó de ser a causa d’una tradició totalment diferent de la nostra, tothom creu que ha de fer preguntes de la més rabiosa actualitat social i política a qualsevol que hagi sortit un parell d’hores a la tele. O encara que ja tingui una carrera feta.

Ara, per exemple, a qualsevol li pregunten sobre la independència de Catalunya. I el més curiós és que tothom té una resposta (si preguntessin sobre la física quàntica, també; es tracta de respondre). La periodista Maria Teresa Campos, entrevistada la setmana passada a El matí de Catalunya Ràdio amb motiu de la presentació del seu llibre Princesa Letizia, va ser preguntada sobre la llei Wert. Si tothom està parlant d’aquesta llei sense saber-ne res, què havia de respondre la senyora Campos, que en sabia encara menys? Veterana, conscient que jugava en camp contrari, se’n va sortir com va poder, però al final no va poder evitar un "no entenc què té de dolent ser espanyol".  No res, no en té, evidentment. Sense adonar-se’n, va tocar un dels pinyols del problema. A Catalunya hi ha molts milers de catalans que opinem que ser espanyol no té absolutament res de dolent, intrínsecament. Ni francès. Ni anglès. Ni italià. Només que molts milers volem ser només catalans. I no passa res. Dissortadament –i això ho hem vist amb les tones de caspa que han cobert moltes de les manifestacions unitàries del dia de la Constitució- hi ha molts espanyols de bona fe que pensen que els catalans, o molts catalans, odiem Espanya. Doncs no. Pots desitjar tenir un altre tipus de relació amb Espanya, des de fora, sense odiar-la. Fins i tot, estimant-la. Però veient que almenys, ara per ara, el millor és separarse durant un quant temps.

Seguir leyendo »

La era de la banalidad periodística

Llegir versió en català

Estamos acostumbrados a observar a los artistas y miembros del mundo del entretenimiento norteamericano (contamos a los deportistas, también) comprometerse en las más diversas causas y expresar su opinión sobre los temas sociales y políticos de actualidad. En Cataluña, en España, esto todavía es muy minoritario. Hay actores claramente alineados políticamente a quienes no importa exponer públicamente su ideología. Nos vendrían enseguida a la memoria varios nombres. Aquí, el artista, el actor, es apolítico por esencia. Todavía queda viva -y por muchos años- toda la generación de cómicos crecida con el franquismo. Con los deportistas pasa igual. Pero ahora, aunque sea para imitar una vez más la idiosincrasia de Estados Unidos, donde este comportamiento tiene razón de ser debido a una tradición totalmente diferente de la nuestra, todo el mundo cree que debe hacer preguntas de la más rabiosa actualidad social y política a cualquiera que haya salido un par de horas en la tele. O aunque ya tenga una carrera hecha… mientras salga en la tele.

Ahora, por ejemplo, a cualquiera le preguntan sobre la independencia de Cataluña. Y lo más curioso es que todo el mundo tiene una respuesta (si preguntaran sobre la física cuántica, también, se trata de responder). La periodista María Teresa Campos, entrevistada la semana pasada en El matí de Catalunya Ràdio con motivo de la presentación de su libro Princesa Letizia, fue preguntada sobre la ley Wert. Si todo el mundo está hablando de esta ley sin saber nada, ¿Qué debía responder la señora Campos, que sabía aún menos? Veterana, consciente de que jugaba en campo contrario, se escabulló como pudo, pero al final no pudo evitar un "no entiendo qué tiene de malo ser español". Nada, tiene, evidentemente. Sin darse cuenta, tocó uno de los puntos candentes del problema. En Cataluña hay muchos miles de catalanes que opinamos que ser español no tiene absolutamente nada de malo, intrínsecamente. Ni francés. Ni inglés. Ni italiano. Sólo que muchos miles queremos ser sólo catalanes. Y no pasa nada. Desgraciadamente -y esto lo hemos visto con las toneladas de caspa que han cubierto muchas de las manifestaciones unitarias del día de la Constitución- hay españoles de buena fe que piensan que los catalanes, o muchos catalanes, odiamos España. Pues no. Puedes desear tener otro tipo de relación con España, desde fuera, sin odiarla. Incluso, queriéndola. Pero viendo que, por ahora, lo mejor es separarse durante un tiempo.

Seguir leyendo »

Estamos igual de diferentes

Llegir versió en català

Ahora mismo, con cerca del cien por cien escrutado, nos encontramos con que los partidos de principios independentistas (ERC + CUP) sumados con el soberanismo de última hora de Convergència i Unió, ni siquiera supera -o supera por muy poco- los resultados de la composición del último Parlament de Catalunya (ERC + SI + CiU). El hundimiento de las expectativas de CiU, a pesar de ganar las elecciones, ha arrastrado a la baja los resultados de las fuerzas que, en principio, debían empujar fuerte para empezar a poner manos a la obra para ir hacia la independencia. Esto es lo que hay. Es evidente que la suma de diputados favorables a la convocatoria del referéndum de autodeterminación es grande. Y aún más si sumamos ICV-EUiA. Ahora mismo serían más o menos 90 diputados, de los 135 del Parlament. La pregunta clave es, pues, ¿adónde se han marchado los votos de CiU? El presidente Mas pedía hace pocos días que le prestaran "votos". No recordaba que su propio partido ya pidió este préstamo hace dos años. Muchos de los votantes de 2010 han cancelado el crédito. Es necesario que el presidente Mas lo piense. El soberanismo no está mejor que ayer, pero tampoco está peor. Está igual. Más o menos, con los mismos diputados. No ha habido tsunami independentista. Los votantes han traspasado de una sigla a otra, de CiU a ERC, pero no ha habido un aumento significativo. Se trata de saber si se continúa el proceso. Y se verá muy pronto: sólo habrá que esperar a comprobar si CiU quiere gobernar con ERC. El presidente Mas, en el momento de reconocer que los resultados se le han quedado cortos, admitió que liderará el gobierno pero que necesitará la corresponsabilización de otras fuerzas. Lo seguiremos muy de cerca. Sobre todo a la hora de interpretar qué está pidiendo exactamente. Claro que, tal como se sospechaba, no toda la gente que se manifestó el pasado 11 de septiembre ha votado el 25-N en el mismo sentido, en el sentido del lema de aquel día. Es una buena lección para todos.

Seguir leyendo »

Estem igual de diferents

Ara mateix, amb prop del cent per cent escrutat, ens trobem que els partits de principis independentistes (ERC + CUP) sumats amb el sobiranisme d’última hora de convergència i unió, ni tan sols no supera –o supera per molt poc- els resultats de la composició del darrer parlament de catalunya (ERC + SI + CiU). L’enfonsament de les expectatives de Convergència i Unió, tot i guanyar les eleccions, ha arrossegat a la baixa els resultats de les forces que, en principi, havien d’empènyer fort per començar a posar fil a l’agulla per anar cap a la independència. Això és el que hi ha. És evident que la suma de diputats favorables a la convocatòria del referèndum d’autodeterminació és gran. I encara més si hi sumem ICV-EuiA. Ara mateix serien més o menys 90 diputats, dels cent trenta-cinc del parlament català. La pregunta clau és, doncs, on han marxat els vots de CiU? El president Mas demanava fa pocs dies que li prestessin “vots”. No recordava que el seu mateix partit ja va demanar aquest préstec fa dos anys. Molts dels votants del 2010 han cancel.lat el crèdit. Cal que el president Mas s’ho repensi. El sobiranisme no està millor que ahir, però tampoc està pitjor. Està igual. Més o menys, amb els mateixos diputats. No hi ha hagut tsunami independentista. Els votants s’han traspassat d’una sigla a una altra, de CiU a ERC, però no hi hagut un augment significatiu. Es tracta de saber si es continua el procés. I es veurà ben aviat: Només caldrà esperar a comprovar si CiU vol governar amb ERC. El president Mas, en el moment de reconèixer que els resultats se li han quedat curts, ha admès que liderarà el govern però que necessitarà la corresponsabilització d’altres forces. Ens ho mirarem molt de prop. Sobretot a l’hora d’interpretar què està demanant exactament. És clar, però, que, tal com es sospitava, no tota la gent que es va manifestar el passat onze de setembre, ha votat el 25-N en el mateix sentit, en el sentit del lema que es va cridar aquell dia. És una bona lliçó per a tothom.

Seguir leyendo »

- PUBLICIDAD -

Síguenos

- PUBLICIDAD -