Diego Valderas tiene en su mano este lunes de resaca electoral en Andalucía la pinza de gobierno que garantice a José Antonio Griñán seguir ocupando la sede de la Junta en el Palacio de San Telmo. Es el mismo político que protagonizó anoche -eufórico- una escalada histórica de votos y diputados para su partido, logrando duplicar el número de escaños conquistados por IU en apenas cuatro años, al pasar de seis a doce representantes. Y también es el mismo que en 1994 protagonizó -y quedará en los anales de la televisión- uno de los vídeos políticos procedentes de España más reproducidos en las televisiones de medio mundo. La imagen de un Parlamento andaluz desternillado de la risa bajo la batuta de un Valderas incapaz también de contener la carcajada desde la presidencia por el «efecto contagio» de decenas de diputados salió de nuestras fronteras por lo atípico de la imagen política que presentaba.
En honor a la verdad y como se puede comprobar en el vídeo, Valderas intenta mantener la compostura. Pide silencio a sus diputados en numerosas ocasiones, que tras ocho horas de intenso debate parlamentario, se deshacen en risas y carcajadas ante la intervención de un miembro de la Mesa de la Cámara Baja. «Si se siente indispuesta...», le invita a salir el presidente del Parlamento autonómico, y rompe a reír.
Y así, uno tras otro, todos los diputados andaluces «van cayendo» como una plaga en el abrazo de la risa contagiosa sin que nadie sepa parar esa escalada de alegría momentánea, hasta que Diego Valderas, el hombre del gobierno de izquierdas ahora mismo en Andalucía, ordena un receso para recuperar el buen tono de los políticos.
Valderas había llegado a la Presidencia de la Cámara Baja en Andalucía merced a otro pacto, el de su federación con el PP, dado que el PSOE gobernaba en minoría.