La tradición de las bromas en el Día de los Inocentes ha perdido mucha presencia social con el paso de los años. La gracia de la jornada consiste en que gente, de la que no te lo esperas, te sorprenda con un golpe de humor más o menos ingenioso. En Humor al cubo durante estos últimos meses hemos hablado con un buen número de cómicos. En casi todos los casos, hemos descubierto que lo del humor, más que una profesión, es una forma de vida. Para muchos de ellos, lo de las bromas, lejos de ser una excepción reservada para el 28 de diciembre, es un hábito cotidiano que padecen los que les rodean.