Jesús Blasco cumplió 88 años el día de Nochebuena. Vive en un pequeño piso del barrio barcelonés de la Vall d'Hebron, muy cerca del hospital homónimo donde le trataron un cáncer de garganta que le diagnosticaron en 2017, después de dos años de fuertes dolores durante los cuales, a pesar de haber visitado a diversos médicos, el diagnóstico le fue esquivo. Cuando, por fin, supieron ponerle nombre a su dolencia, la sentencia fue firme: o te operas o mueres. "Cuando me dijeron eso, lo tuve claro. Dimito de la vida", recuerda.