Una Fiscalía más independiente, con un cúpula neutral y que anule cualquier posibilidad de “interferencia política”. Es la propuesta que hicieron este miércoles los exministros de Justicia del PP Alberto Ruiz Gallardón y Rafael Catalá en un coloquio junto al actual responsable de esa cartera, Juan Carlos Campo, en el que los tres defendieron la reforma de la decimonónica Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim). Un anteproyecto que ya se encuentra en el trámite de información pública y que, como principal novedad, incluye una transferencia de funciones de jueces a fiscales, que pasarán a dirigir las investigaciones bajo el control de un juez de garantías. Esta figura aparecía en los fracasados proyectos de reforma de la Lecrim promovidos por el PSOE, en 2011; y por el PP, en 2013.