Cataluña

Marc Trepat: "Las residencias deben ser espacios de vida lo más parecidos a una casa"

  • El consejero delegado de B\TA considera que "el modelo residencial óptimo es el que distribuye el espacio en unidades de convivencia lo más pequeñas posible para ser más personal e íntimo"
Marc Trepat Carbonell, socio director de B\TA Artistic, Technical & Social Architecture. EE
Barcelona

El despacho de arquitectura B\TA diseña entornos para la atención a las personas mayores desde una conceptualización de residencias asistidas, donde la persona está en el centro de las decisiones. Su socio director, Marc Trepat, es una de los impulsores de los cambios de concepto en el diseño de las residencias y advierte de que cada vez deberán haber más unidades medicalizadas.

¿Influye la arquitectura en el número de contagios por Covid-19 en las residencias de ancianos?

La arquitectura puede ayudar mucho a la prevención de los contagios. Desgraciadamente el modelo arquitectónico que se ha construido en España en los últimos años no ayuda mucho por que se ha basado en la distribución por plantas y no por unidades de convivencia pequeñas. Pero sin la posibilidad de hacer las pruebas y saber qué personas están infectadas o no, y sin sistemas de protección, se hace difícil la contención de la epidemia en cualquier modelo.

¿Qué llevó a B\TA a especializarse en residencias de ancianos?

Personalmente trabajé en el servicio de inspección del departamento de Bienestar Social de la Generalitat de Catalunya entre 1993 y 1997. Ahí empezó mi conocimiento. A partir de 1997 me he dedicado al ejercicio libre de la arquitectura de forma genérica. Fue a partir de la última crisis que decidí especializarme en profundidad en los proyectos de residencias. He viajado a diferentes países donde los modelos asistenciales están diseñados para poder trabajar con las mejores prácticas y donde se aplica la atención centrada en la persona de forma más eficaz. De la investigación realizada he propuesto soluciones arquitectónicas innovadoras que permiten la aplicación de la ACP pero con costes razonables para nuestro país y adaptados a nuestra cultura que es muy diferente de la nórdica.

¿Qué modelo de residencias propone B\TA?

Nuestro modelo residencial pasa por distribuir las residencias en unidades de convivencia lo más pequeñas posibles, para que las personas mayores puedan recibir la atención que necesitan manteniendo una manera de vivir personal, íntima y, en el fondo, como ellos quieran, por decisión propia. Me refiero a unidades para 12-20 personas como máximo. Para ello procuramos distribuir dos unidades por planta para poder gestionarlas conjuntamente. Pero deberíamos empezar a pensar en unidades más pequeña, totalmente autónomas en cuanto a gestión que se acerquen radicalmente al diseño de viviendas. Muy probablemente, en el futuro algunas de estas unidades deberán tener una carga de medicalización más alta.

Pero el estilo de vida mediterráneo es muy de zonas comunes...

Una cosa es las zonas donde los mayores viven y que son las unidades de convivencia. En el fondo las unidades son como viviendas compartidas por un número relativamente pequeño de personas. Este modelo permite a las personas orientarse, empoderarse y socializar con sus compañeros pero mantener su independencia. Por otro lado, mantenemos los espacios comunes para intentar buscar una cierta porosidad con la sociedad y para que se puedan hacer actividades entre personas de diferentes unidades de convivencia. Es muy importante que las residencias se integren en los barrios donde se localizan para que se pueda producir una verdadera relación intergeneracional.

¿Se pueden mejorar las residencias actuales con pequeñas reformas, o debe ser un cambio radical solo aplicable a los nuevos centros?

Nosotros hemos hecho algunos proyectos de mejora en algunas residencias sin necesidad de tener que derribarlas y construirlas de nuevo. Siempre se pueden mejorar. Se trata de encontrar espacios más pequeños, para que haya menos personas y que cada una de ellas se sienta mejor, más tranquila. Debemos entender las necesidades de los mayores, sobre todo de aquellos que son dependientes y con demencia. En estos casos, es muy importante eliminar los estímulos negativos, como pueden ser el ruido, el desorden y la imagen institucional. Esto reduce de forma significativa el estrés y la depresión, ayuda a la reducción de la farmacología.

¿Cómo se hace compatible la concepción de residencias con menos ocupantes con la rentabilidad de los centros y con el aumento del envejecimiento poblacional, que requerirá de más plazas?

La dimensión de las unidades de convivencia no tiene nada que ver con la dimensión final de la residencia. Se pueden hacer 10 unidades de 15 personas y tenemos una residencia de 150 plazas. Las residencias deben ser grandes para generar la economía de escala necesaria para disponer de personal cualificado y bien organizado. Nuestros proyectos actuales tienen una media de capacidad superior a las 150 plazas. Precisamente la distribución por unidades de convivencia es el modelo que permite que las residencias puedan ser grandes y humanas al mismo tiempo.

¿Las residencias que atienden a personas dependientes deben ser también hospitalarias, como ha demostrado el coronavirus?

Nadie quiere ir a vivir a un hospital. Por tanto, las residencias deben seguir siendo espacios de vida lo más parecidos a una casa, distribuidos por un conjunto de viviendas o unidades de convivencia relativamente pequeñas y con personal profesional de alta formación. De todas formas, no estoy en contra que en todas las residencias haya una de las unidades más medicalizada para los casos más dependientes o los que están en una situación de mayor deterioro, es más creo que en el futuro lo deberemos tener en cuenta. Ahora bien, aunque estas unidades especiales tengan una mayor medicalización a efectos de instalaciones, deben seguir siendo lugares lo más domésticos posibles.

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