Este fin de semana, no ha sido uno cualquiera, la agenda tenía citas importantes. El sábado reunión del Presidente del Gobierno con una representación del empresariado y el domingo elecciones Autonómicas en Cataluña. (Algunos también incluirían el lunes por el derby futbolístico).
Zapatero convocaba al empresariado español para encontrar los cauces de la competitividad. Busca, o eso dice, la fórmula mágica para sacar a España de la crisis, o más bien para impedir la sentencia final de su desastrosa gestión económica.
El presidente sabe que tanto los expertos como los empresarios desconfían de su política y de su forma de hacer. Desconfían de las previsiones del ejecutivo así como de los compromisos presupuestarios para el próximo año.
Para más “inrri” Bruselas ha vuelto a poner en evidencia a España alertando que no se podrá cumplir con el objetivo del déficit para 2011 y que se detecta una desviación en las arcas públicas de 15.000 millones. Y mientras Zapatero ha descubierto el término “ competitividad”.
El Presidente sigue agarrado a sus ideas, no renuncia, y su tozudez nos está conduciendo al abismo. Zapatero sigue agarrado a sus “horrocrux” sin darse cuenta que no queremos heredar sus ideas, que sólo el confía en sus fórmulas que no funcionan. Por mucho que se pretenda escenificar, la reunión empresarial pretendía obtener un efecto balsámico en una jornada de reflexión en la que Zapatero y los suyos sabían de los resultados que les esperaban en Cataluña.
Y como no, Cataluña ha abierto una nueva etapa en la que CIU ha ganado por goleada y llevará a MAS a la Presidencia de la Generalitat. El pueblo catalán ha dicho no a un gobierno tripartito, pero también ha dicho no al PSC y al inventor y avalador de sus políticas. Cataluña ha emitido un voto de castigo contra Zapatero.
Los empresarios han visto en la contienda electoral catalana la primera oportunidad de poner orden a la situación económica. Saben que la llave económica, o la mayoría de las herramientas las tiene el gobierno central, pero no renuncian a empezar. Es tanto lo perdido que necesitan un referente, necesitan confiar, necesitan empezar a ver la luz al final del túnel. Por eso la clave para esta legislatura debe ser que en Cataluña empiece el cambio económico y político, que sea la antesala del cambio en España.
Cataluña tiene de nuevo la oportunidad histórica de ejercer de motor de España, de hacer gala de lo que es, y no de lo que han querido escenificar que era. Sentido común, competitividad e iniciativa empresarial deben tomar de nuevo posiciones.
Es necesario incrementar la actividad económica y la generación de empleo. Por ello hay que dotar al tejido empresarial de los recursos necesarios priorizando los programas de apoyo a la innovación, la internacionalización y la financiación.
Pero, no todas las fórmulas sirven para tal cometido. El gobierno del Estado debe contraer el déficit público para que haya recursos financieros al alcance de las empresas. Más libertad de mercado y menos impuestos es la fórmula.
Todos sabemos que las fórmulas de recurso a políticas proteccionistas o de “patriotismo empresarial” como medida para salir de la crisis conllevan graves riesgos que a largo plazo pasan factura. Según el Informe del Banco Mundial las ayudas públicas a la industria nacional con nuevos aranceles a la exportación para facilitar la salida de los productos nacionales son las prácticas más habituales para defender la producción interna. El informe de la OMC, considera una forma de proteccionismo las garantías y la compra de activos para garantizar la liquidez de la banca española y las ayudas a la automoción por valor de 4.000 millones de euros.
Es necesario que se generen incentivos fiscales para facilitar la exportación en lugar de emplear recursos para proteger sectores en crisis. La fórmula, libertad de mercado y menos impuestos. La oscilación del péndulo ha empezado, Mas en Cataluña y Rajoy hacia la Moncloa.
Angeles Olano
Abogada
Exdiputada Parlament de Cataluña.
Fuente: Expansión
