No, no os preocupeu que no hem dedicaré a explicar que es la grip, com es transmet o que hem de fer al respecte, això en parlen i extensament molts mitjans de comunicació i a mes, segur, que en parlarem encara per un temps... i mes en la propera temporada hivernal. Això si, pels que estiguin interessats, podeu contactar amb les pagines webs oficials.
El que hem preocupa ara son les repercussions en el sectors agraris i industrials, que injustament, estan passant també per una grip econòmica.
Os recomano la lectura del editorial d’avui de La Vanguardia que os reprodueixo, ja que explica millor que jo la meva preocupació:
LA alarma provocada por el virus A (H1N1) amenaza las exportaciones de carne de cerdo española. A pesar de las clarificaciones de las autoridades locales y mundiales sobre la seguridad alimentaria de este tipo de productos, algunos países han puesto trabas a los fabricantes de nuestro país. Rusia, que ha impuesto el veto, ha aceptado levantarlo provincia por provincia, y sólo tras intensas gestiones diplomáticas del Ministerio de Exteriores. El sector teme la actitud rusa porque podría tener un efecto rebote y porque podría dar una ventaja sin base a los principales competidores (Dinamarca, Holanda, Alemania y Francia) del porcino español. Este sector de la economía nacional mueve once mil millones al año. El 15% de la carne de cerdo se exporta por un valor de dos mil millones, principalmente a los mercados francés, italiano, portugués y ruso. El volumen de negocio de las exportaciones de porcino a Rusia alcanzó el año pasado los 147 millones de euros, lo que representa ochenta mil toneladas de carne y otras diez mil de productos curados, jamones y embutidos. Catalunya, que concentra en su territorio casi la mitad del negocio porcino y el 70% de las exportaciones, teme con razón las consecuencias indeseadas de este clima de sospecha injustificada sobre una de las actividades comerciales que gozan de mayor proyección y prestigio. En Osona y Lleida ya se han levantado voces reclamando una actuación más rápida y decidida de las administraciones con el fin de evitar mensajes erróneos que tendrían un impacto nefasto, a corto y largo plazo, sobre las exportaciones. En este sentido, todas las instituciones españolas y agencias internacionales repiten que la ingesta de carne de cerdo cocinada o curada no supone riesgo alguno para la salud, extremo que debe ser divulgado intensamente, también para salir al paso de intereses espurios. No puede descartarse que el ruido y la incertidumbre animen guerras comerciales basadas en premisas falsas. La crisis de la gripe nueva va camino de ser más un problema mediático que un desafío puramente sanitario, sin que queramos con ello quitar importancia a esta amenaza. Más allá de las necesarias medidas de prevención, debe insistirse en los peligros del alarmismo por inercia, cuyo impacto en todos los campos - también el económico y alimentario-puede conllevar costes tan o más altos que el de la propagación del virus A. Defender a las empresas españolas del sector porcino se inscribe dentro de este combate por mantener la calma, la veracidad y la racionalidad en un contexto demasiado vulnerable a todo tipo de rumores.