Como muchos sabréis, el SEO es algo que incluye un montón de acciones que, en su conjunto y si se hacen bien, hacen que una página acabe estando mejor posicionada en Google. Y uno de los temas que más polémica causan es el tema de la extensión de los artículos.
Mientras hay quienes aseguran que el hecho de que un contenido sea más largo o más corto no afecta para nada al posicionamiento, hay quienes afirman que Google sí cuenta las palabras e indexa mejor los contenidos largos.
Pero, ¿a qué llamamos contenidos ‘largos’ y ‘cortos’?
A partir de las 350 palabras, Google identifica mejor los contenidos y, si además se incluyen palabras clave adecuadas, será beneficioso para la web o blog en el que se incluyan. Sin embargo, también es cierto que el contenido que realmente funciona muy bien es aquél que contiene entre 1.000 y 2.000 palabras. Excederse de este número de palabras habitualmente puede suponer una gran inversión de tiempo para quien prepara los contenidos y, además, no es algo progresivo. Es decir, la regla no es que cuanto más largo sea el contenido mejor funciona, sino que hay una determinada extensión que Google detecta mejor y, tanto por encima como por debajo, los resultados serían los mismos.
Lo que sí está claro es que Google cada vez está fijándose en más parámetros a la hora de ordenar los resultados de las búsquedas que los usuarios hacen en su buscador. Lo que quiere Google, al fin y al cabo, es ofrecer a sus usuarios una buena experiencia y atinar al máximo posible, ofreciéndoles exactamente las webs más relacionadas con lo que están buscando, que tengan la mejor calidad posible y que les resulten interesantes.
Así que el tema de la extensión influye, pero no deja de ser un factor más que debe cuidarse junto al resto de aspectos que componen el posicionamiento web.