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Actualizado: 16 de noviembre de 2010
Elecciones catalanas 2010
Acabar con los recortes sociales y derogar las contrarreformas
Soberanía nacional, liberándonos de Bruselas
Las elecciones catalanas de la semana próxima se presentan como un hito relevante para los trabajadores y pueblos de todo el Estado español. Y precisamente para tapar lo que está en juego para todos la campaña empieza con una cadena de provocaciones para enfrentar a la población catalana y a los pueblos. El PP contra los inmigrantes, Puigcercós (ERC) contra los madrileños y andaluces, Duran Lleida (CiU) también contra los inmigrantes. Todos buscan cabezas de turco, para tapar que la responsabilidad del paro, del hundimiento económico la tienen los banqueros (ante todo, norteamericanos), la UE, el FMI, y los gobiernos y dirigentes que se han sometido a ellos. Para impedir la unidad de trabajadores y pueblos contra esa política que destruye las bases de la existencia y la convivencia de todos los pueblos.
Todo el mundo da por hecho que estas elecciones son el primer acto de un descalabro del Partido Socialista que continuará en las municipales y autonómicas para culminar en las generales. Y ¿qué podría significar eso cuando se anuncia que el paro seguirá aumentando un año más, y los servicios públicos esenciales van camino del colapso por asfixia económica? Significaría que durante un año y medio Zapatero sigue destruyendo nuestras bases de existencia –acaba de comprometerse a ello en la reunión del G20– y las derechas se adueñan del país para ir mucho más lejos. Si esto fuese así, ¿qué quedaría de la clase trabajadora, sus derechos y organizaciones? ¿Qué sería de la convivencia entre los pueblos? Pero ¿quién ha dicho que esto tiene que ser así?
Las candidaturas presentadas por el POSI en las elecciones al Parlamento de Cataluña son un banderín de enganche para agrupar fuerzas para luchar por la unidad, “para ayudar a la clase trabajadora a darle la vuelta a la situación”.
“Nada de esto era ni es inevitable. El Gobierno Zapatero decidió, sobre todo a partir del 12 de mayo, someterse enteramente a los dictados del FMI y la UE aplicando el plan de ajuste e iniciando toda la serie de contrarreformas que vivimos. Los dirigentes de las principales organizaciones de los trabajadores, particularmente los sindicatos, acompañan estas medidas de contrarreforma en nombre del diálogo social. […] Y eso nos deja indefensos ante la brutalidad del capitalismo en crisis. Los trabajadores debemos recuperar el control de nuestras organizaciones evitando así que queden presas de esas instituciones del capital”.
Defender a los trabajadores
El Manifiesto recoge los ejes del combate por la unidad en este momento:
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Defender y recuperar el empleo exige abandonar el plan de ajuste
“Zapatero, que prometió que ‘la crisis’ no la íbamos a pagar los de siempre, ha cruzado la línea que le convierte en el colaborador necesario del capital: ahora no sólo encabeza una ofensiva para destruir las bases económicas del Estado español –entre las que ocupa un lugar destacado la potencia industrial y económica de Cataluña–, sino que pretende arrastrar a las organizaciones obreras a la autodestrucción, en particular al partido tradicional de la clase obrera, el PSOE, en su doble condición de Presidente del Gobierno y Secretario General. Eso y no otra cosa significa la ‘remodelación’ de su gobierno.”
Resume lo que ha representado un año de ajuste, explica cómo la Unión Europea nos ha hundido paso a paso, y la responsabilidad de Castells y Montilla por secundar esa política.
“Apoyándose en lo hecho por el tripartito, Mas promete a 1.200 empresarios que apadrinan su candidatura que evidentemente no se contentará con la política de los gobiernos de Pujol, y exigirá y profundizará el camino marcado por el FMI y la UE.
Ninguno de los candidatos “oficiales” promete romper con la política de ajuste, hacerse cargo de las industrias en crisis, impedir los despidos, desarrollar los servicios públicos.
En cambio el 29 de septiembre, la huelga general fue seguida por millones, en particular en Cataluña. Los trabajadores no aceptamos esa política de “reducción del déficit”, dictada por el FMI y aceptada e impuesta por todos los grupos del Parlament.
Hace falta una candidatura que diga basta.
La primera responsabilidad del Parlamento y el Gobierno que sean elegidos el 28 de noviembre debe ser la de enfrentarse a la política de ajuste FMI-UE-ZP:
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exigir al gobierno central que nacionalice la banca para poner en marcha un plan de creación de empleo,
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tomar medidas como representante del pueblo de Cataluña: detener los ERE, prohibir los despidos, incautar las empresas clave que reduzcan plantilla, poner en marcha un plan de empleo público.
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promover un proceso constituyente”.
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Defender y recuperar los derechos sociales
La política de ajuste que Zapatero aplica asfixia la sanidad, la enseñanza, los ayuntamientos. A esto nos ha abocado el “nuevo modelo de financiación autonómica”.
“Todos los elegidos por los trabajadores, todos los que hablan en su nombre, deben enfrentarse a las exigencias de la banca y el FMI de recortar y luego liquidar la seguridad social. […] ¿No es hora de que las organizaciones de los trabajadores denuncien el Pacto de Toledo, que sólo ha servido para recortar las pensiones?”
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Defender los convenios y la libertad sindical
"Lo que pretenden las propuestas patronales es “cambiar la relación de fuerzas entre las clases establecida en la década de los 70. Su enemigo fundamental son los 5.000 convenios, la libre negociación colectiva y el lugar de los sindicatos […] La libertad sindical fue el primer objetivo del movimiento obrero en la lucha contra la dictadura de Franco y debe serlo ahora contra la tiranía del FMI y de Bruselas. […] Es necesario impedir que nuestras organizaciones, particularmente nuestros sindicatos, entren en el laberinto del ‘dialogo social’.”
No hay democracia sin una verdadera soberanía:
¡Fuera el FMI!
¡Ruptura con la UE!
¡Abajo la Monarquía y sus autonomías!
“El POSI sostiene la lucha común de los pueblos del actual Estado español por la República, y defiende incondicionalmente la Republica Catalana Libre. Al mismo tiempo, propugna la libre unión de los pueblos emancipados de Bruselas y de la Monarquía en una Unión de Repúblicas Libres.”
¿Qué salidas se ofrecen al pueblo catalán tras la inmensa manifestación del 10 de julio contra la sentencia del Constitucional?
“a) Unos proponen seguir por el mismo camino del Estatuto y la Constitución monárquica, es decir, a las órdenes de Bruselas y el FMI. (Hay variantes en el peso que debe tener el gobierno de Madrid y el de Barcelona, pero ambos han de colaborar en aplicar esas órdenes.)
b) Otros proponen posibilidades más o menos futuras de que Cataluña se separe de España y aplique por su cuenta... las órdenes de Bruselas y del FMI.
Por uno u otro camino, el pueblo catalán (como los demás pueblos) renunciaría a toda soberanía, renunciaría a decidir su presente y su futuro.”
“Los trabajadores necesitamos que los pueblos sean libres y soberanos, para crear empleo, desarrollar los servicios públicos y la protección social, garantizar las libertades y organizar libremente una colaboración fraterna.
El pueblo catalán quiere decidir de verdad cómo salir del hundimiento económico, cómo preservar las conquistas y derechos sociales, defender la libertad sindical y todas las libertades, cómo elegir gobernantes que cumplan el mandato de los electores.
Es decir quiere ser una nación libre pero para alcanzar la Republica Catalana libre, la Republica Vasca, es necesario que la clase obrera del Estado, con sus organizaciones rompa con los dictados del FMI, la UE y con la Monarquía y sus autonomías.
Es necesario rehacer la vieja alianza con los trabajadores y los pueblos contra la tiranía, por la República, y abrir juntos un proceso constituyente en el que los pueblos del Estado español decidan libremente cómo quieren relacionarse entre ellos, organizarse y gobernarse.”
En definitiva, se trata de ayudar a dar una salida positiva a los dos grandes acontecimientos de los últimos meses: la huelga del 29 de septiembre y la manifestación catalana del 10 de julio.
La clave, en ambos casos, es lograr que las organizaciones de los trabajadores del Estado español recojan las exigencias de la mayoría. Se puede lograr la derogación de la Reforma Laboral, impedir todo recorte de las pensiones y salvar el sistema de convenios. Se puede lograr la libertad nacional de Cataluña, y a partir de aquí la convivencia fraterna entre los pueblos. Al respecto, frente a las campañas de división orquestadas en torno al Estatuto, que han dejado semillas peligrosas de enfrentamiento, es preciso pelear para que los trabajadores de todo el ámbito estatal y sus organizaciones apoyen la exigencia de libertad nacional del pueblo catalán, defiendan su derecho a levantar la República Catalana Libre. Porque forma parte de la lucha común por la soberanía. Queremos la unidad, pero la unidad de pueblos libres, liberados de Bruselas y de la Monarquía, de todo lo que la Monarquía representa.
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