Francesc de Carreras Serra.
Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona (U.A.B.)
C´s sala de prensa
El lema de Anglada es: "Primero, los de casa". No puede estar más claro: Anglada no está por la igualdad, sino por la discriminación, en un país están los primeros y los segundos.
Los buenos resultados del partido Plataforma per Catalunya (PxC), que dirige Josep Anglada, es uno de los datos más inquietantes de las elecciones locales del pasado domingo. Como es sabido, este partido basa su ideario en la xenofobia, en el rechazo al extranjero, al inmigrante.
En su momento, cuando PxC nació en Vic hace unos años, parecía tener limitado su espacio a esta demarcación y poco más. Sin embargo, el domingo pasado alcanzó 67 concejales, frente a los 17 anteriores, en otras zonas de Catalunya: el entorno de Barcelona (l'Hospitalet, Santa Coloma, Sant Adrià, Mataró, Viladecans, Sant Andreu de la Barca, Sant Boi, Olesa, Esparreguera), en la Catalunya central (Manresa, Igualada, Cervera, Mollerussa, Tàrrega), en la provincia de Girona (Olot, Ripoll, Palafrugell, Salt), además de su zona de origen (Vic, Manlleu, Torelló, Roda de Ter).
En total, 67.000 votos repartidos tanto en territorios del área industrial de Barcelona como en la llamada Catalunya profunda. PxC ha dado un importante paso adelante y, según declara su máximo dirigente, ahora se trata de obtener representación en el Congreso de los Diputados. No deja de ser curioso que en España no existan de modo significativo partidos xenófobos, tal como sucede en muchos otros países europeos. Sólo se da el caso de PxC. Pero su crecimiento aquí podría extenderse a otras zonas.
Nunca había leído unas declaraciones de Josep Anglada, su líder indiscutible. Tantas entrevistas repetitivas a los líderes políticos habituales y ninguna de Anglada: el periodismo está en horas bajas. El jueves el diario El Mundo publicó a toda página una entrevista sumamente ilustrativa. Anglada habla sin complejos, es claramente xenófobo y, de forma contundente, defiende sus ideas sin dato alguno, sólo desde los sentimientos y la intuición, nunca desde la razón. Niega la realidad y lanza sus mensajes con una descarada demagogia: los inmigrantes sólo han aportado perjuicios a la economía española, acaparan las ayudas sociales y llenan los hospitales en perjuicio de los autóctonos; los magrebíes son radicales islamistas, sin trabajar viajan en Mercedes y fuman Marlboro porque trafican con drogas. Un magrebí –dice Anglada– nunca puede ser ciudadano español: "Un moro siempre será un moro. En Vic, en Catalunya, en China o en Japón. Nunca será español ni catalán".
El lema de Anglada es: "Primero, los de casa". No puede estar más claro: Anglada no está por la igualdad, sino por la discriminación, en un país están los primeros y los segundos. Además, en su discurso los magrebíes ocupan el lugar de los judíos en las teorías nazis: son la fuente de todos los males. La xenofobia siempre es síntoma de algo más profundo, la negación de las ideas liberales y democráticas. Pues bien, 67.000 ciudadanos lo han votado. Habrá que empezar a prestarle atención.
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