Leía domingo que el nuevo secretario del PSOE, Pedro Sánchez, colocó el independentismo al mismo nivel que la violencia machista y la corrupción. Concretamente lo hacía con estas declaraciones: "Desterremos palabras que nos afectan e indignan a todos como crisis, paro, pobreza, desigualdad, corrupción, violencia de género, decadencia institucional e independentismo".
Después matizó que la frase había sido desafortunada y que en ningún momento pretendió asociar independentismo con ninguna expresión de violencia, aunque se sabe que hacía días que estaba preparando el discurso, así pues la espontaneidad queda descartada. ¿Por qué nos vamos a ofender? Describe un movimiento pacífico como el independentismo catalán de indigno y no deberíamos sentirnos molestos. Tampoco deberíamos sentirnos aludidos cuando se refieren a nosotros como el "problema catalán"-expresión utilizada de manera reiterada por todos los partidos españolistas. Está claro, nuestra decisión de marcharnos de España es, para ellos, un problema: el café para todos peligra.
Este es el nivel de los políticos españoles, adjetivar como indigna y problemática una corriente soberanista pacífica, democrática y que reclama poder insertar un voto en una urna para decidir qué futuro quiere como pueblo; derecho que, por cierto, los que nos llaman indignos y problemáticos nos niegan. Paradójico, ¿verdad? No deberíamos extrañarnos, this is Spain.
Un detalle: el independentismo, les guste o no, se adecua perfectamente al artículo 16.1 de su Constitución, que en teoría garantiza la libertad ideológica; parece que yo, catalana, independentista convencida y española por imposición (esperemos que por poco tiempo), conozco mejor su Constitución que ellos mismos; sí, esa Constitución a la carta que es violada por los políticos españoles, pero con la cual nos amenazan.
Estas declaraciones fueron previas a otras, como su voluntad de hacer una reforma federal. Ellos, socialistas defensores de una monarquía elegida a dedo por un genocida, socialistas que durante estos años han vivido de un sistema autonómico expoliador e injusto, dicen defender un federalismo que ni siquiera entre sus filas es mayoritario. Y ya no hablemos entre el resto de partidos, que entonan un vade retro cuando escuchan la palabra federalismo o independentismo.
Primero de todo agradecer a Pedro Sánchez que colabore con la causa independentista. Cada vez que un político español abre la boca hay más catalanes que llegan a la conclusión de que defender una Cataluña Estado es la solución para salir del indigno y problemático sistema español. Sí, señor Sánchez, los indignos y problemáticos son ustedes: no sólo por ser unos vividores políticos, sino por hundir España; los catalanes no somos los culpables, sólo somos los que hemos tomado la determinación de daros por perdidos y huir de un sistema que nos desangra y ataca constantemente. No tenéis remedio. En vez de tildar al independentismo de "indigno problema catalán", sugeriría que fuerais autocríticos -por una vez- y os describierais como el "indigno problema español". A ver si así conseguís no hundir en la más absoluta miseria -aún más, si cabe- a todos los ciudadanos españoles.
Nosotros ya hemos decidido qué dirección tomar, así que por nuestra parte sólo decir "Adiós España".
Aïda Fadrique
@gatadenit
De la misma autora:
¿De qué crispación hablan?
Después matizó que la frase había sido desafortunada y que en ningún momento pretendió asociar independentismo con ninguna expresión de violencia, aunque se sabe que hacía días que estaba preparando el discurso, así pues la espontaneidad queda descartada. ¿Por qué nos vamos a ofender? Describe un movimiento pacífico como el independentismo catalán de indigno y no deberíamos sentirnos molestos. Tampoco deberíamos sentirnos aludidos cuando se refieren a nosotros como el "problema catalán"-expresión utilizada de manera reiterada por todos los partidos españolistas. Está claro, nuestra decisión de marcharnos de España es, para ellos, un problema: el café para todos peligra.
Este es el nivel de los políticos españoles, adjetivar como indigna y problemática una corriente soberanista pacífica, democrática y que reclama poder insertar un voto en una urna para decidir qué futuro quiere como pueblo; derecho que, por cierto, los que nos llaman indignos y problemáticos nos niegan. Paradójico, ¿verdad? No deberíamos extrañarnos, this is Spain.
Un detalle: el independentismo, les guste o no, se adecua perfectamente al artículo 16.1 de su Constitución, que en teoría garantiza la libertad ideológica; parece que yo, catalana, independentista convencida y española por imposición (esperemos que por poco tiempo), conozco mejor su Constitución que ellos mismos; sí, esa Constitución a la carta que es violada por los políticos españoles, pero con la cual nos amenazan.
Estas declaraciones fueron previas a otras, como su voluntad de hacer una reforma federal. Ellos, socialistas defensores de una monarquía elegida a dedo por un genocida, socialistas que durante estos años han vivido de un sistema autonómico expoliador e injusto, dicen defender un federalismo que ni siquiera entre sus filas es mayoritario. Y ya no hablemos entre el resto de partidos, que entonan un vade retro cuando escuchan la palabra federalismo o independentismo.
Primero de todo agradecer a Pedro Sánchez que colabore con la causa independentista. Cada vez que un político español abre la boca hay más catalanes que llegan a la conclusión de que defender una Cataluña Estado es la solución para salir del indigno y problemático sistema español. Sí, señor Sánchez, los indignos y problemáticos son ustedes: no sólo por ser unos vividores políticos, sino por hundir España; los catalanes no somos los culpables, sólo somos los que hemos tomado la determinación de daros por perdidos y huir de un sistema que nos desangra y ataca constantemente. No tenéis remedio. En vez de tildar al independentismo de "indigno problema catalán", sugeriría que fuerais autocríticos -por una vez- y os describierais como el "indigno problema español". A ver si así conseguís no hundir en la más absoluta miseria -aún más, si cabe- a todos los ciudadanos españoles.
Nosotros ya hemos decidido qué dirección tomar, así que por nuestra parte sólo decir "Adiós España".
Aïda Fadrique
@gatadenit
De la misma autora:
¿De qué crispación hablan?