El Gobierno italiano permitirá a partir del próximo 3 de junio la movilidad de los ciudadanos por todo el país, una decisión aplaudida por algunos presidentes de las regiones, pero que ha despertado perplejidad e incluso la contrariedad de otros.
El Gobierno tiene la intención de confirmar las reapertura de todo el país el próximo miércoles, después del puente por la festividad del dos de junio, sin limitaciones a pesar de que en el norte se siguen produciendo la mayoría de los contagios.
"Por el momento no hay razones para revisar la reapertura planificada de los desplazamientos. Seguiremos la tendencia de la curva en las próximas horas", dijo el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, aunque la decisión final se comunicará el 2 de junio.
En las regiones de Cerdeña, Molise, Basilicata, Calabria y Umbria no se han detectado casos de coronavirus en las últimas horas, mientras que más de la mitad de los contagios de este sábado (221) se registraban en Lombardía.
"Es el momento de reabrir el país", aseguró el presidente de Apulia, Michele Emiliano, que calificó la decisión de "justa", al igual que el de Liguria, Giovanni Toti, que habló de "decisión sabia". "Se dan las condiciones y el riesgo está calculado", aseguró.
También son favorables a la reapertura total del país, independientemente de si pertenecen a partidos de derechas o izquierdas, el presidente del Véneto, Luca Zaia; el de Emilia Romagna, Stefano Bonaccini, y de Calabria, Jole Santelli.
Sin embargo, se oponen a la reapertura y no parecen ceder algunos presidentes del sur del país que han controlado los contagios y que temen que puedan llegar casos sobre todos del norte del país, especialmente de Lombardía y Piamonte, donde se registran casi dos tercios de los nuevos contagios.
El presidente de la isla de Cerdeña, Christian Solinas, uno de los lugares preferidos para pasar las vacaciones de verano de los italianos y de extranjeros, no cede en su intención de exigir un certificado de negativo al coronavirus a la hora de dejar entrar a su región. A pesar de que el ministro de Asuntos regionales, Francesco Boccia, calificó esta medida de "inconstitucional", Solinas insiste en mantenerlo.
El presidente de Toscana, Enrico Rossi, tampoco está convencido con la decisión de abrir el país. "Me pregunto por qué Lombardía, que tiene un nivel de infección mucho más alto que otras regiones, debería ser tratada como las demás, con el riesgo de que se vuelvan a extender los contagios", señaló. Aún más duro, el presidente de Campania, Vincenzo De Luca, quien aseguró que se llega al 3 de junio "de la peor manera y en un ambiente de incertidumbre y confusión".
El presidente de Sicilia, Nello Musumeci, declaró que no tiene nada en contra de la movilidad, pero que aplicará un "protocolo de seguridad" para los turistas y visitantes que viajen a la isla.
Informa Efe.