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Viernes, 28 de Marzo de 2008
 
Especial candidaturas POSI - elecciones generales 2008
  •   Declaración ante el nuevo atentado de ETA - 8 de marzo de 2008
  •   Descarga el Dossier sobre Kosovo
  • Ver nota: Polémica sobre el trotskismo

    Actualizado: 18 de marzo de 2008


    ¿Qué gobierno responde a la voluntad de los electores?

    Los resultados de las elecciones han dado una mayoría a las candidaturas del PSOE, que han obtenido en el recuento final concentrando el voto de los trabajadores, de los jóvenes, incluso de los emigrantes, un total de 11.282.310 votos para el PSOE frente a 10.276.238 para el PP.

    Muchísimos han respirado con alivio, que sin embargo no disipa los interrogantes sobre qué va a suceder ahora con los puestos de trabajo, la protección social, los servicios públicos, con la cuestión vasca y los conflictos autonómicos.

    No faltan quienes piensen que los resultados electorales marcan un paso atrás. Así, los pablistas de Espacio Alternativo hablan en su balance de “un proceso de derechización generalizado” y de que “lo ocurrido en estas elecciones tampoco es ajeno al reflujo de los movimientos sociales”, y el PRT dice en el editorial de su periódico que “ganó el voto resignado”.

    Y, sin embargo, durante la campaña y precampaña electoral ha habido más huelgas que durante todo el año 2007, incluyendo huelgas masivas como la de enseñanza de Cataluña, y huelgas duras y prolongadas como la de los funcionarios de Justicia, que exigen igualdad de salarios, rompiendo la discriminación que supone el “Estado de las autonomías”. En Madrid, decenas de miles se han movilizado contra la privatización de la sanidad que promueve el gobierno de Esperanza Aguirre. Sectores amplísimos de la clase trabajadora y de los sindicatos están movilizados contra graves amenazas.

    Los trabajadores han concentrado su voto en las candidaturas del PSOE –en detrimento de IU y de la mayor parte de formaciones regionalistas, incluida ERC– a escala estatal para impedir el retorno de los franquistas del PP que durante estos cuatro años y en la propia campaña electoral han mantenido una ofensiva para recuperar el gobierno, apoyándose en el aparato de Estado (y, en especial, en los jueces), en las asociaciones de víctimas y en la jerarquía de la Iglesia Católica.

    En el caso de Cataluña y el País Vasco el voto masivo de los trabajadores al PSOE afirma la unidad de la clase obrera de estas nacionalidades con el resto de la clase obrera del estado, indica que los trabajadores catalanes y vascos se identifican con los trabajadores de Madrid y Andalucía, que forman parte de la misma clase. Y afirma que el pueblo catalán y el pueblo vasco dan la representación nacional al Partido Socialista para que garantice sus aspiraciones propiciando soluciones democráticas. Sólo en 1977 y en 1982 se había dado una expresión electoral tan clara de la alianza de trabajadores y pueblos.

    Tras las elecciones, todos se dirigen al gobierno Zapatero. La patronal ya ha hecho públicas sus reivindicaciones: recorte de impuestos (eliminación de los impuestos de sucesiones y patrimonio, reducción del impuesto sobre sociedades y del IRPF), una nueva contrarreforma laboral, más recortes de pensiones (además de fomentar los fondos de pensiones privados e invertir el fondo de reserva de la Seguridad Social en la Bolsa), más privatizaciones… La Unión Europea, que tiene a su peón directo Solbes en el gobierno, ha presentado exigencias muy similares. Bush, que ha llamado inmediatamente a Zapatero, exige más presupuesto militar y más tropas, especialmente para Afganistán, que va camino de convertirse en un nuevo Iraq.

    Pero con su voto al Partido Socialista, los trabajadores también buscan conseguir sus objetivos y reivindicaciones. Los trabajadores de Justicia se han dirigido por carta a Zapatero exigiendo su intervención. Centenares de trabajadores de Correos han firmado el llamamiento a los candidatos de las organizaciones obreras –que promovían nuestras candidaturas– exigiendo la defensa del correo público. Otros tantos han sucrito una carta similar en defensa de la sanidad pública. En el caso particular del País Vasco, el voto a las candidaturas del PSOE, así como las pérdidas de voto del tripartito vasco (PNV, EA, IU), de Aralar y del PP tienen un significado claro: el Partido Socialista tiene el mandato de traer la paz, de acabar con la violencia y el enfrentamiento entre pueblos, lo que sólo es posible imponiendo la plena libertad de partidos, acercando a los presos vascos a Euskadi, abriendo paso al diálogo sin exclusiones, estableciendo el derecho a la soberanía nacional. Y esto pese a los dirigentes del PNV, de ERC, e incluso de ETA, que proponían Kosovo como salida. Es un claro NO al intento de romper la unidad de la clase obrera y la fraternidad ente los pueblos.

    La crisis económica amenaza a los trabajadores. En especial a los inmigrantes y jóvenes trabajadores. Se anuncian cientos de miles de despidos en la construcción y en la industria. Sin duda hay dinero para hacerle frente, lo tienen los especuladores, la banca, los que evaden sus impuestos en Liechtenstein, en Andorra, en Gibraltar o en Holanda gracias a la protección de la Unión Europea.

    Las primeras propuestas y medidas del gobierno Zapatero no van por ese camino. De inmediato y sin esperar siquiera a la constitución de las nuevas Cortes, ha enviado más tropas a Afganistán, como reclamaban la OTAN y Bush, que se felicitan del envío de 36 soldados más. Ha anunciado en el Comité Federal del PSOE cuatro pactos con el PP, sobre terrorismo, sobre financiación autonómica, sobre la “política europea” y la renovación de órganos constitucionales. Y quiere implicar a los sindicatos, a través de un nuevo “diálogo social”, en esta política.

    Pacto con el PP es lo que piden los “mercados económicos”, lo que exigen las instituciones de la Unión Europea y sus portavoces privilegiados como el grupo Prisa, etc. Pero pactar con el PP es dar la espalda al mandato expresado por los trabajadores con su voto el 9 de marzo.

    Pactar con el PP en la “política antiterrorista”, ya sabemos qué es. Significa ante todo mantener una Ley de Partidos en nombre de la cual están procesados el secretario general del Partido Socialista en el País Vasco, Patxi López, y el presidente del Gobierno Vasco Ibarretxe. Significa aplicar la política “antiterrorista” que quieren los jueces franquistas, encabezados por los de la Audiencia Nacional, y la policía y la guardia civil, aplicar la política de enfrentamiento entre pueblos de Aznar. Garzón acaba de prohibir sustituir a los concejales de ANV que dejen su cargo. Y todos se preparan para un enfrentamiento de órdago entre el Parlamento Vasco y el Tribunal Supremo a cuenta de la disolución del grupo parlamentario del PCTV en el Parlamento Vasco

    Un acuerdo sobre financiación autonómica, aunque suponga destinar algo más de dinero utilizando el superávit de las cuentas del Estado, supone disciplinar a todos al déficit cero que impone la Unión Europea y volver a los enfrentamientos presupuestarios y fiscales entre Autonomías.

    Finalmente, renovar el Tribunal Constitucional y el Consejo del Poder Judicial en consenso con el PP sólo es posible dando más poder a los franquistas, que lo utilizan para sabotear cualquier paso adelante del gobierno.

    Todo se concentra en el nuevo gobierno. Los militantes obreros no podemos asistir a este escenario como meros espectadores, ni limitarnos a eventuales denuncias a la política del gobierno. Hay que actuar en la misma línea del movimiento de masas que exige con muchas instancias sindicales al Gobierno medidas a favor de los trabajadores y los pueblos del Estado español. Hay que ayudar a los trabajadores y sus organizaciones a concentrar esas demandas en la dirección del Partido Socialista y en particular en Zapatero para que constituyan un gobierno acorde con la voluntad de los 11 millones de votantes. Sin ocultar nuestra posición: que tales medidas sólo son posibles rompiendo con el aparato franquista (y, por tanto, con la Monarquía) y con la Unión Europea.

    Para el próximo 14 de abril proponemos preparar en todas las localidades actos (y mesas y cortejos en las manifestaciones) con esta orientación, para ayudar a este combate, que tiene su concreción organizativa en las iniciativas promovidas por Trabajadores y Jóvenes por la República.

     
     
     
     

    Polémica sobre el trotskismo

    Coincidiendo con las calumnias vertidas en el 90 aniversario de la Revolución de Octubre por los grandes medios de comunicación capitalistas, José Gutiérrez publicó en “kaosenlared” un refrito de falsedades que son lugares comunes en la “literatura” de encargo contra “el lambertismo”, es decir, contra la IV Internacional.

    Luis González, autor del riguroso y clarificador libro El trotskismo en España, ha contestado rebatiéndole y mostrando cómo, además de los motivos que inspiran en general las campañas contra el marxismo, en este caso hay un interés particular, que es echar tierra sobre traiciones a los trabajadores tan sonadas como las que protagoniza la corriente de José Gutiérrez, en el gobierno del Brasil o en la mayoría gubernamental de Italia.

    Podéis ver el artículo y la contestación de Luis González en la Web de kaosenlared
    Información sobre el libro "El trotskismo y los trotskistas" de Jean-Jacques Marie
    Información sobre el libro "El trotskismo en España" de Luis González