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Nos vamos de vacaciones. No porqué no haya temas que tratar… Empezando por que se habala de que IU podría formar grupo parlamentario con ERC (un grupo parlamentario recibe más dinero que un diputado en el grupo mixto) y acabando por la operación Semana Santa que pondrá a prueba la red viaria de Tarragona y nuestros servicios.

Nos vamos a centrar en un cambio profundoa nivel estructural del blog y la web de la Federación. Espero que el regreso sea muy pronto.

El penúltimo día de campaña seguí atentamente un pobre debate entre candidatos en Onda Cero. En el tema Infraestructura y Economía de las infraestructuras no se habló y sobre la economía todo se quedó a nivel macroeconómico coincidiendo todos en que abrimos un periodo de crisis, recesión o el nombre que queramos darle.El único de los precandidatos que proporcionó alguna propuesta interesante fue CiU. Muy interesantes para ser sincero. Aunque sin poder reproducirlas exactamente puede afirmar que iban todas en la linea de la potenciación del pequeño empresario y del emprendedor. No en vano se afirma que CiU ha representado siempre a la “petita burgesia catalana”. Nacionalismo y tópicos a parte, si por algo se caracteriza la derecha, por lo general, es por la buena gestión económica. Y, en el caso de CiU, al estar localizada en un territorio pequeño con tradición empresarial, es por la buena gestión de esa actividad.

El asunto es que no existe en España ni mentalidad de cambio ni tradición emprendedora. Hace bien poco afirmaba un docente estadounidense en una clase maestra dirigida a futuros diplomados en empresariales: “salís de aquí deseando trabajar en La Caixa, mientras mis alumnos salen deseando crear su propia empresa”. Cuando la economía marcha nos apuntamos al carro del dinero fácil y la zancadilla al vecino si es necesaria y cuando la economía frena el funcionariado es la profesión más demandada.

Varios son los problemas que arrastramos. El primero la tradición colectiva, que ni me molestaré en comentar con la salvedad que esta tradición es la que hace que nuestros diferentes órganos de gestión (no sólo públicos), sean incapaces de sentar bases para favorecer la excelencia, la creatividad y el talento. Luego está la seguridad. Emprender requiere asumir riesgos. Si no hay riesgo, difícilmente habrá resultados. El deseo del empleo indefinido o del funcionariado es la antítesis del emprendedor. La poca capacidad y/o voluntad para abrirnos al extranjero (no haciendo erasmus más festivos que otra cosa, sino compartiendo capital humano) también influye mucho.

Ahora nos encontramos con una gran masa de trabajadores muy poco formados y/o capacitados, especialmente en Cataluña. El sector servicios y la construcción han sido capaces de absorber gran cantidad de empleado al que no se le exigía el mínimo conocimiento de la profesión dado que el resultado a obtener era el mismo. Llegado el cambio de ciclo y que sobran empleados, los peores trabajadores van cayendo dado que ahora ya no todos consumen y quien lo hace es exigente.

¿Vamos a ser capaces de sentar unas bases para hacer un cambio? Y no me refiero a medidas de urgencia. Debemos crear unos cauces que permitan asentar un cambio de modelo que se mantenga estable, por lo menos, a 20 años vista.

Albert Hurtado

Al grito de ¡agua va!, se arrojaba desde las viviendas los residuos sobrantes en una época donde no existía el alcantarillado de una sociedad civilizada como la actual. Hoy existen los alcantarillados que eliminaron de nuestras ciudades aquellos focos de infecciones y los malos olores, pero seguimos siendo poco civilizados con la racionalización de un bien cada día más escaso, el agua. Pero el tufillo sigue saliendo, esta vez desde algunos partidos políticos.

Hoy escuchamos perplejos que el gobierno de Cataluña (PSC y sus socios separatistas), al grito de ¡agua va!, llevarán agua desde acuíferos de Tarragona o desde el Segre para cubrir las necesidades de Barcelona. Y no es que me oponga a cerrar el grifo de los ciudadanos de Barcelona es que tampoco hubiera habido que oponerse a llevar agua a otras regiones.

En este sentido la demagogia de los gobiernos socialistas al oponerse al mal llamado trasvase del Ebro fue mayúscula. El colmo de la demagogia política mostrada berreando que ni una gota para regar campos de golf en Valencia o Murcia, mientras se sabe perfectamente que las licencias para estos reclamos turísticos no se conceden sin previsión de sistemas de tratamiento de aguas grises que garanticen el abastecimiento.

El programa de C’s, sin aportar nada desconocido, manifestó su postura favorable al reparto equitativo del agua. Que ningún ciudadano de Tarragona o Lérida piense que le están robando la cartera al llevar agua a Barcelona mientras por Badalona se llevaba años desperdiciando a través de las canalizaciones. Llevar agua a las zonas necesitadas es lo lógica, pues es un bien de todos, no de ningún territorio o localidad. Robar la cartera es hacer demagogia con ello mientras se está aplicando a puertas abiertas una gestión pésima de los recursos hídricos.

España tiene unas cuencas ricas y unas cuencas pobres. Podemos ver la situación en Galicia a final del 2007 que, aunque llevaba tanto tiempo como en Cataluña sin recibir agua de lluvia, mantenía sus pantanos rozando el 100%. ¿Qué pasaría si se interconectasen todas las cuencas? ¿Qué pasaría si, como se hace con la electricidad o el gas, también pudiésemos conectarnos a países vecinos?

Paco García

Se sabía. Todas las personas de Tarragona sabíamos que, en el momento en que el AVE llegase a “la capital”, pasaríamos a ser un apeadero. Un lugar de paso no más importante ferroviariamente hablando que La Riba, por ejemplo. Ahora, nuestra sociedad civil reclama lo que el área necesita.

¿Qué podemos añadir a las reivindicaciones de las cámaras de comercio? Pues poco. El tren pasó. Ahora lo más que podemos hacer es gestionar bien lo que se nos ha dejado  y evitar que otras infraestructuras que están ya planteadas se materialicen en “practicamente nada”. Tampoco podemos dejar que la mala gestión de las infraestructuras ponga freno al desarrollo del área metropolitana del camp de Tarragona, área que influye positivamente en las zonas de El Vendrell, Montblanc y Ebre. Así, podemos observar que el desarrollo de la economía en el núcleo Tarragona, Reus y Valls es necesario para el avance de toda la provincia. Más aún en el periodo de cambio de modelo económico al que nos enfrentamos.

Juan Rodríguez

En su día no se hizo mención en este post debido a qué era jornada de reflexión. Ahora es el momento de denunciar cómo, a pesar de usar 25 lenguas, el castellano vuelve a ser eliminado de manera vil:

http://www.ciutadans-ciudadanos.net/news.php?id_pagina=22&id_post=4774

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