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#finsaqueoRAE: Los porqués de la campaña para que RAE y Asale publiquen bibliografías de las fuentes de sus obras

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Después del DRAE, destaca de manera definitiva la oferta del Diccionario panhispánico de dudas, obra la más completa en su especie, lograda, por cierto con el aporte de tantas obras precedentes, algunas nutricias de varias generaciones y a las que debemos nuestra gratitud: los manuales de don Manuel Seco (todos hemos «manuelsaqueado»), de don José Martínez de Sousa, de Manuel Rafael Aragó, y otros más. [...] Y, a partir de ellos, el trabajo elogiable y paciente del equipo de «Español al Día», de la Real Academia Española, encabezado por Elena Hernández. Y, luego, el análisis y comentario de las propuestas del mencionado equipo, los aportes de todas las Academias de la Lengua, a través de sus delegados a la Comisión específica, y la revisión y discusión de cada lema. Y, por fin, la aprobación de los plenos.

Pedro Luis Barcia (dir. Academia Argentina de Letras): «La lengua en los medios orales de comunicación».

 

La denuncia del saqueo —reconocido, como se ve en la cita precedente— que la Real Academia Española realiza de la obra ajena, hoy en connivencia con la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), es un tema ya recurrente en este blog. Que en sus obras normativas, incluso en las más recientes, sólo aparecen referenciadas las fuentes de los ejemplos citados (las otrora llamadas «autoridades», hoy sin valor canónico), pero no el aparato crítico que todo trabajo intelectual que se precie de científico —como últimamente dicen ser las obras académicas— debe incluir, es un hecho que hemos constatado y documentado en diversas ocasiones:

21/09/2010 - La nueva Ortografía académica, o cómo seguir saqueando impunemente

26/02/2010 - La nueva RAE, un espejismo de representatividad, neutralidad ideológica, laboriosidad y modernidad, 8: del inconsenso al expolio

08/05/2006 - ¿Qué fuentes usaron Elena Hernández y su equipo para redactar el Panhispánico?

Y no sólo se ha constatado aquí: es también una práctica subrayada en muchas de las reseñas que se han hecho de las últimas obras académicas, crítica a la que RAE y Asale han hecho reiterado caso omiso (las negritas son mías):

También se echa en falta en el volumen una bibliografía temática en la que se recogieran las obras que se han manejado para elaborar la Ortografía, en particular las del maestro José Martínez de Sousa y otros especialistas en ortografía y ortotipografía, la cual representaría el reconocimiento de la deuda intelectual contraída con ellos por las Academias. [Alberto Rivas Yanes (Comisión Europea): «La nueva Ortografía de la lengua española. Reseña», Puntoycoma, 112 (marzo-abril 2011).]

 

[...] una vez más, también ha omitido la Academia la nómina de los autores y obras que los académicos y redactores han tenido a la vista a la hora de componer la presente. Hace mucho que pasaron los tiempos en que la Academia presentaba sus textos como si los hubiera recibido directamente del cielo y los hubiera trascrito por inspiración divina. Hoy sabemos que la sabiduría es fruto del esfuerzo personal y que nada se nos da gratuitamente. Somos cada uno, autores personales o instituciones, quienes debemos responder de nuestro propio trabajo. Esto es aplicable a la obra que criticamos, porque ni la forma, ni la distribución del texto, ni el contenido pueden evitar que se adivinen al trasluz otras obras de autores no académicos. Estas dos omi­siones son tanto más graves cuanto que la involucrada en ellas es la mismísima Real Academia Española.

[José Martínez de Sousa: «La ortografía académica del 2010: cara y dorso. (Reseña)», 2011.]


La nueva gramática académica no rehuye señalar que hay temas debatidos: en ese sentido no habla ex cátedra, sino como una obra científica (aunque este aspecto quede lamentablemente mermado por no incluir bibliografía). [...] Por cierto: es básico que la Nueva gramática esté disponible lo más pronto posible en Internet, aunque carezca de entrada de todas las mejoras de indización y referencia de las que sin duda puede dotarse. La obra es tan rica e importante que su simple texto buscable prestaría un valioso servicio a consultantes de todo el mundo. La versión electrónica debería incluir urgentemente las numerosísimas referencias bibliográficas que han debido de servir para su redacción, [...].

[José Antonio Millán: «Ante la Gramática», El País, 03/01/2010.]

 

De fet, la NGLE queda adscrita entre les darreres gramàtiques redactades de les llengües modernes, i, amb tot, presenta característiques d’una gramàtica de corporació acadèmica: composició unitària de la teoria que l’anima, tradició i prudència en la terminologia emprada –malgrat algunes novetats inexcusables– i absència total de bibliografia de referència. [...]

Quan les teories gramaticals actuals presenten explicacions diferents del mateix fenomen s’exposen en aquesta obra sumàriament atribuint a morfòlegs, sintactistes, gramàtics en general, les dues o més posicions presentades; i després s’opta per una, sense cap argument en contra de les que s’han deixat de banda. Per això l’ús freqüent de “se postula” en la redacció, que evita la tria teòrica de l’enfocament.
Aquest estil allunya la redacció de la NGLE dels estils propis dels estudis lingüístics de recerca i universitaris, com ara la gramàtica italiana, GGIC (1988-1995), la GDLE (1999) o la GCC (2002), en les quals les posicions teòriques dels autors i les referències bibliogràfiques són sempre presents en l’exposició.

[Paz Batanner (UPF): «Nueva gramática de la lengua española» (Vol. 1: Morfología y Sintaxis I. Vol. 2: Sintaxis II). Ressenya", Llengua i Ús, 47 (2010).]

 

Finalmente, permítaseme lamentar que la Academia no se sienta obligada a proporcionar al lector la nómina de autores que han sido consultados para realizar la presente. Todos los autores serios de diccionarios de dudas como este añaden su correspondiente bibliografía, indicadora de que en este mundo hay más personas que han tenido la misma idea y han realizado obras semejantes con anterioridad. No hacerlo así es hacerse merecedor de una mala nota, que es la que aquí queda explícita.

[José Martínez de Sousa: «El Diccionario panhispánico de dudas ¿cumple con su deber?», 2005.]


Tendencia, pues, a las mayúsculas de ornato, a las mayúsculas que establecen jerarquías, a las mayúsculas que individualizan sin criterio ni sistema. Tendencia que ya fue advertida por José Polo en 1974, en Ortografía y ciencia del lenguaje, y en 1990, en Manifiesto ortográfico de la lengua española. Para otro artículo y revista que lo acoja, queda demostrar cuánto debe la ortografía académica nueva a autores, ya citados, como Ángel Rosenblat, y José Polo; y a Manuel Seco, José Martínez de Sousa, Hilda Basulto, Lidia Contreras, Jesús Mosterín, Francisco Marcos Marín, etc., que, constructivamente, han escrito para mejorar la ortografía académica; pero no publican, para provecho propio, "ortografías comerciales" que la parafrasean y engordan embrollándola (empleado este verbo en todas las acepciones del último Diccionario académico).

[Juan Crespo (UMA): «Formas de prescripción en la Ortografía de la RAE. De la prescripción a la descripción: la nueva tendencia», Estudios de lingüística, Universidad de Alicante (ELUA), 17 (2003), pp. 223-245.]

Y en la blogosfera:  

También echo de menos dos secciones que, bajo mi punto de vista, deberían aparecer en cualquier publicación a la que se le pretenda otorgar el carácter de científica y que, generalmente, se colocan al final de la obra: un índice alfabético y una lista de bibliografía consultada, herramientas que son de gran utilidad para el lector que desee consultar un tema concreto o para aquel que desee ampliar conocimientos sobre cualquier asunto. 

[Paco Aljama: «Ortografía de la lengua española_, 2010: comedia, auto y loa. 3.ª parte: loa», El blog del Atisbador, 14/01/2011.]

Recientemente, un lector de esta bitácora me dio a conocer (gracias, Jesús) un nuevo caso de expolio del esfuerzo ajeno tan grave y vergonzoso como todos los que hasta ahora han cometido las autoridades académicas. Roxana Fitch, autora de la página colaborativa Jergas de Habla Hispana y del diccionario homónimo, detectó que alguien de la RAE entraba frecuentemente en su web y su curiosidad la llevó a ponerse en contacto con la institución, iniciativa que le permitió obtener esta explicación del director de la Asale, Humberto López Morales:

Muy estimada Sra. Roxana Fitch:

Ante todo, mil gracias por su interés en nuestros trabajos. Se lo agradecemos muy de veras. El proyecto que dirijo es el del Diccionario Académico de Americanismos (DAA), que lleva unos tres años y que deberá terminarse a finales de 2009, puesto que su presentación se hará en el marco del V Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebrará en Valparaíso, Chile, en marzo de 2010. Nuestro equipo de trabajo en Madrid, integrado por lexicógrafos españoles e hispanoamericanos, prepara primeros borradores, en parte, utilizando fuentes librescas, materiales que después son enviados a las 20 Academias americanas, que enmiendan, suprimen, añaden, etc., puesto que son ellas las verdaderas autoras de nuestro Diccionario.

En efecto, en esa primera parte de acopio de materiales, nuestros colaboradores han acudido con frecuencia al diccionario de usted, y eso se ha debido a que es de lo mejor que existe en la bibliografía lexicográfica de Hispanoamérica. Me complace decirle que todos sentimos un profundo respeto y una gran admiración por su estupendo trabajo sobre las jergas. Desde aquí le agradezco -en nombre de todos- que haya elaborado materiales tan ricos y, en su mayoría, exactos, lo que sin duda ha ayudado no poco a nuestras tareas iniciales.
Mucho nos complacerá, desde luego, dar a su trabajo los créditos necesarios en la publicación de nuestro DAA.
Quedo a su disposición para mayor información, si así lo desea.

Suyo, muy cordialmente,

Humberto López Morales

Coordinador del DAA
Secretario General de la Asociación de Academias de la Lengua Española

[Pulsa aquí para ver el original.]

 

Agradecida y esperanzada por esta respuesta, la autora tijuanense envió esta petición al director de la Asale:

Le escribí de nuevo a don Humberto López Morales preguntándole si podía apoyarme de alguna manera (tal vez una recomendación) para encontrar una editorial que se encargue de publicar la segunda edición del diccionario de papel. Aparte de ser un recurso útil para quien no tiene computadora o conexión a la red, o simplemente para quien, como yo, se entretiene leyendo páginas enteras de un diccionario por simple curiosidad, me sirve para financiar el proyecto ya que no cuento con fondos académicos para este trabajo de investigacíón lingüística. Para mí el proyecto de JHH es un compromiso de por vida porque todos sabemos que los hispanohablantes continuarán a acuñar vocabulario nuevo como siempre lo han hecho.

Ésta entonces es una carta abierta para don Humberto porque todavía no me responde.

 

Pues bien, a día de hoy, ni en el Diccionario de Americanismos académico que tanto debe al trabajo de Fitch se han publicado los créditos prometidos, ni tengo constancia de que ella haya recibido el apoyo que solicitó de las academias para publicar por mejores cauces que los actuales la segunda edición de la obra. Así lo afirmaba la lexicógrafa tijuanense en una entrevista:

“Sigo teniendo problemas para encontrar una editorial que se quiera encargar de publicarme la segunda edición del diccionario, porque esta vez no quiero tener problemas de distribución en América Latina, como las broncas que actualmente tengo. 

Con que la Real Academia Española recomendara mi diccionario ya sería suficiente, creo yo, como para que una editorial se animara a publicar la siguiente edición del diccionario, que esta vez superaría las 600 páginas”, confiesa a ZETA la orgullosa tijuanense, a propósito, traductora de profesión y profesora por convicción de diversos idiomas como inglés, italiano, japonés y español.

Por el momento, la joya de “Jergas de Habla Hispana” sólo puede conseguirse en Libro Club.

La mención de fuentes es también obligada en las obras lexicográficas que las usen, más aún cuando se ha prometido dar esos créditos. A fin de cuentas, «el trabajo científico, y la lexicografía es ciencia aplicada, requiere la constante consulta de fuentes y el reconocimiento honesto de los autores que transitaron previamente el camino» (K. Coral:«El Diccionario panhispánico de dudas: unidad y corrección idiomáticas», Coiné, año VI, núm. 4, 2006). Por tanto, que se omitan con semejante alevosía es simplemente vergonzoso e inexcusable. Y en mi opinión,  una sociedad que consiente esta clase de abusos de sus mismas autoridades lingüísticas debería empezar a reaccionar.

Así pues, y para facilitar algún cauce de protesta, he decidido emprender en Facebook y Twitter (hashtag #finsaqueoRAE) una campaña de adhesiones a la siguiente causa: Queremos que la RAE incluya la bibliografía de las fuentes de sus obras.

En el menú marginal de este blog encontraréis un widget que os permitirá sumaros a la causa y que podéis incluir en vuestra propia web o en vuestro blog, copiando este código en la plantilla html:  

iframe src=’http://widgets.causes.com/badges/cause?cause_id=599973&width=300&height=210&tagline=Support+Our+Cause&faces=1&awareness=0’ style=’width: 300px; height: 210px; overflow: hidden; border: none;’ allowTransparency=’true’ scrolling=’no’ frameborder=’0’

Ya se han adherido usuarios diversos, con una especial movilización por parte de especialistas del lenguaje y miembros de la comunidad universitaria. Para ampliar las adhesiones, os rogamos la máxima difusión.

Pasado un tiempo, la campaña se dará a conocer a los responsables académicos. Esperemos que logre el eco suficiente para ejercer la presión necesaria sobre estas instituciones y conseguir así que modifiquen el rumbo de su política hacia caminos más éticos.

[Actualización (06/04/2011): la lista de distribución sobre lingüística hispánica Infoling se ha hecho eco de la causa y nos ha prestado su apoyo: Campaña por la defensa de la ética científica en la lingüística hispánica.  

Actualizaciones (07/04/2011): dado que no tienen cuenta en Facebook, el lingüista y lexicógrafo Luis Fernando Lara (El Colegio de México), el hispanista y romanista Klaus Zimmermann  (Universidad de Bremen) y el ortógrafo, ortotipógrafo y lexicógrafo José Martínez de Sousa se han adherido personalmente a esta campaña, y nos han autorizado a publicar aquí su adhesión. Viniendo de personalidades de su talla, este gesto de solidaridad es particularmente destacable, y su actitud, modélica para la comunidad de hispanistas.

Actualizaciones (08/04/2011): En La Página del Idioma Español, Ricardo Soca hace pública su adhesión a esta causa con el artículo «¿Por qué las academias de la lengua no citan fuentes?».

Barrapunto se hace también eco de esta campaña (gracias, Javier Candeira): «La RAE plagia investigaciones ajenas», de donde ha saltado a Menéame.

Actualización (10/04/2011): dado que no tienen cuenta en Facebook, el lingüista Juan Carlos Moreno Cabrera (UAM) y la romanista e hispanista Sabine Schlickers (Univ. de Bremen) se han adherido personalmente a esta campaña, autorizándonos a publicar aquí su apoyo.

Actualización (12/04/2011): José Antonio Millán tilda la falta de bibliografía de asunto sangrante en esta entrada de su blog El candidato melancólico.]


Silvia Senz

 

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05/04/2011 14:39 Enlace a esta entrada.Campañas/Campanyes No hay comentarios. Comentar.

El reglamento vigente de la RAE, digitalizado

He subido a la red el reglamento vigente que establece el funcionamiento interno de la RAE, donde, entre otros detalles, el lector podrá comprobar el carácter confesional de esta institución —al que ya nos referimos en La nueva RAE, un espejismo de representatividad, neutralidad ideológica, laboriosidad y modernidad, 2: la «liturgia» académica—, sesgo ideológico que ha quedado y queda impreso en su obra lexicográfica.


Reglamento de la RAE, 1995. (En vigencia.)

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Las razones materiales del (neo)panhispanismo: el cártel español y la Hispanidad

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Oriol Malló Vilaplana: El cártel español. Historia crítica de la reconquista económica de México y América Latina (1898-2008), Foca Ediciones, 2011.

EL CÁRTEL Y LA HISPANIDAD

La definición es más o menos compartida por todas las escuelas económicas: Un cártel es un “sindicato o agrupación voluntaria de empresas para defender sus intereses. Se deriva de la voz alemana Kartell y las empresas que forman parte del mismo conservan su propia personalidad jurídica, su independencia financiera y no se hallan vinculadas a una administración común. Los carteles proliferaron en Alemania a finales del siglo XIX y comienzos del XX. El cártel nace siempre con la finalidad de limitar la competencia y aumentar los beneficios de las empresas.

El objetivo esencial de un cártel es limitar la oferta disponible, con el objetivo de que los precios aumenten por el juego de la oferta y la demanda.

Así los cárteles fijan los precios del bien o servicio ofertado al mercado, precio que suele ser superior al que cada empresa hubiese fijado en un régimen de competencia, y por tanto los beneficios también son mayores. Apoyándose en lo anterior, el cártel nace para obtener de manera conjunta los mayores beneficios posibles del mercado.”

Luego ¿podemos considerar las multinacionales españolas como un cártel que aplica en América Latina una “defensa comuna de intereses” para “limitar la competencia”, “aumentar los beneficios” y “fijar los precios”? Sin lugar a duda existen cinco sectores de la economía -turismo, obras públicas e infraestructuras, telecomunicaciones, banca y energía (gas, electricidad y petróleo)- donde las multinacionales españolas funcionan como un cártel que controla segmentos enteros del mercado.

Dentro de estos mercados capturados por el cártel español se aplica no sólo una misma política de precios sino que existe una coordinación de sus intereses oligopólicos mediante una batería de instituciones a su servicio. Desde las cámaras de comercio españolas hasta las embajadas, el Instituto Cervantes, el Real Instituto Elcano, la Fundación Carolina y otros organismos públicos y privados, como su periódico de cabecera, El País, controlado desde 2010 por capital norteamericano, se genera una política exterior cuya principal premisa es la protección y defensa de los intereses corporativos hispánicos.

La idea es siempre la misma: extender mediante el lobbysmo o cablideo, la publicidad, la corrupción institucional, la seducción cultural y otros mecanismos de influencia las redes de colusión que permiten sostener los beneficios de este oligopolio a escala continental. Coadyuvando en esta labor no faltan las poderosas redes de emigrantes ibéricos y sus sagas empresariales así como las cien familias que con escasas variantes controlan las economías nacionales y a menudo sus gobiernos. La herencia española, el poder fáctico criollo, el sistema de castas, la influencia de la iglesia católica, siempre de matriz española, así como el malinchismo de las burguesías locales hacen el resto.

Las redes de la hispanidad generaron el esquema del poder en las Américas y pese al fin del imperio español en 1898 su legado persiste a día de hoy.

En la cúpula de este cártel se encuentra su presidente de honor, el rey Juan Carlos I quien, como jefe de estado, asume un papel de defensor y cabildero de las multinacionales española. Explícita labor que ejerce también mediante su rol tutelar sobre todas las repúblicas latinoamericanas gracias a su simbólica y permanente puesto de presidente in pectore de las cumbres iberoamericanas que desde 1991, en Guadalajara, México, marcan el rumbo de la reconquista económica del continente y su subordinación al nuevo eje de poder neoliberal formado por Madrid y Miami, bajo el control directo de Washington.

Un cártel que tiene en la figura de sus consejeros delegados, o presidentes del gobierno español, sus máximos representantes. De Adolfo Suárez a José Luís Rodríguez Zapatero. No hay duda que sin la figura de Felipe González (1982-1995) y su apabullante agenda de favores, contactos y relaciones en América Latina el desembarco del cártel ibérico de los negocios no habría sido posible en toda su extensión y magnitud.

Así pues, la historia de este cártel y sus redes políticas, económicas y culturales es el objetivo central de este libro que pretende en poco más de 400 páginas trazar el recorrido de un poderoso grupo de hombres, empresas y conceptos que tras la conversión de España en protectorado euroamericano soñaron convertir las viejas posesiones en su nuevo espacio colonial. Esta es la larga, compleja y terrible historia de la hispanidad y sus más letales consecuencias: el cártel español.

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